Villarejo y vuecencia
La fiscal general, Dolores Delgado, ha sido cogida en otra mentira flagrante en una de las sub-ramas de ese fértil vivero de escándalos llamado Villarejo
«En atención a lo solicitado, tengo el honor de informar a V. E. de lo ocurrido». En esta frase, V. E. (vuecencia) es Dolores Delgado y el informante honorario es el entonces fiscal superior de Madrid, Jesús Caballero, que a través de un correo electrónico le daba cuenta al detalle, en diciembre de 2020, de las diligencias abiertas contra el fiscal del ‘caso Villarejo’, Ignacio Stampa, por revelación de secretos. V. E. –o simplemente Lola en aquellas cuchipandas de la ‘peña Rianxo’ con el comisario– siempre ha negado saber nada del asunto y ese correo vuelve a poner en evidencia la complicada relación con la verdad que tienen, por este orden, V.E., Dolores Delgado, Lola, la fiscal general, la exministra de Justicia y la novia de Baltasar Garzón, que son la misma persona y seis distintas a la vez, de tan poliédrica que es Delgado. Parece claro que vuecencia estaba muy al tanto de una investigación que se fue alargando por orden de la Fiscalía General con el fin de que Stampa, que aspiraba a una plaza en Anticorrupción, quedase descabalgado. Parece improbable que no leyera aquel correo electrónico pues cualquier cosa referida al comisario siempre le interesa, no como fiscal general, quita quita, sino como ‘simplemente Lola’ pues el bufete de su novio –‘simplemente Balta’, en la ‘peña Rianxo’– representa a tres procesados en el ‘caso Villarejo’. San Raimundo de Peñafort nos asista para encontrar una leve explicación a que Delgado siga al frente de la Fiscalía con tal acumulación de concomitancias profesionales y afectivas con el elenco de este culebrón. En una democracia sana resulta imposible sobrevivir en semejante torbellino de intrigas. Tras el correo que publica ABC, vuecencia no debiera seguir un minuto más en la
Fiscalía.