ABC (Andalucía)

«No es una sorpresa. Ya hemos visto en las últimas semanas que Putin ataca hospitales y guarderías»

► El primer ataque de Rusia a zonas civiles en la capital ucraniana provocó ayer dos muertos

-

Un joven observa la destrucció­n de un edificio de nueve plantas por proyectile­s rusos en el barrio de Obolon, en Kiev «¿Así viene Putin a liberarnos?», es la pregunta que se formula una y otra vez Victor Levsevski a unos metros de lo que era su apartament­o. La vivienda en la que había invertido todos sus ahorros y donde disfrutaba de su jubilación junto a su esposa y su perro, es ahora escombro. La guerra se ha intensific­ado en los últimos días en los alrededore­s de Kiev y Rusia dio un paso más y bombardeó varios lugares dentro de la capital, entre ellos el barrio de Obolon, uno de los distritos más populosos de la ciudad.

El proyectil impactó en el hueco de la escalera del edificio de nueve pisos. «Fue como un terremoto, de pronto la casa retumbó y sentimos como un fuerte viento, una especie de tsunami. Salimos volando a la calle entre el humo y las llamas», recuerda Victor rodeado de sus vecinos, todos con la mirada perdida, sin terminar de encajar que su vida ha cambiado para siempre. «Lo primero que he hecho es tocarme los brazos, la cabeza y las piernas para cerciorarm­e de que seguía vivo, luego he mirado al edificio y…», el jubilado rompe a llorar de emoción. En el fondo se siente afortunado porque ha salvado la vida, otros dos vecinos no han tenido esa suerte. Pero sabe que nada será igual a partir de ahora. Le toca intentar rescatar todo lo aprovechab­le y buscar un refugio donde pasar la noche.

Visita del alcalde

Obolon es todo un aviso para los ciudadanos de Kiev. Hasta ahora era un lugar conocido por sus grandes centros comerciale­s y la factoría de cerveza homónima, la mayor del país. Ahora es también la tarjeta de presentaci­ón de los rusos en la capital. El edificio de Victor era una casa de gente humilde, no hay oposicione­s militares a la vista. Un ataque directo de este tipo contra estructura­s civiles busca aterroriza­r a los vecinos para que se vayan, vacíen los accesos a la capital antes de una operación a gran escala.

Alina vive en el bloque vecino. Este barrio, como otros de la periferia de Kiev, son urbanizaci­ones de la era soviética con bloques y bloques de edificios de la misma altura. Una especie de ‘tetris’ de cemento con parques y zonas verdes separando un bloque del otro. «Ha impactado al lado, pero el mío puede ser el próximo. Estaba en el balcón cuando ha sucedido el ataque y todo ha retumbado. Los cristales de mi cocina se han roto, pero no he sufrido ningún otro daño y soy muy afortunada», asegura Galina, que a sus 87 años no tiene intención alguna de abandonar el barrio. «No es una sorpresa porque ya hemos visto en las últimas semanas que Putin ataca hospitales, guarderías o escuelas. No respeta nada y para él los civiles somos invisibles. Es una persona enferma», lamenta la anciana, que es una de las pocas personas que se pueden ver en Kiev con mascarilla. La guerra ha borrado la pandemia de la mente de los kievitas, pero no de la de Galina que frente a dos coches calcinados mantiene los protocolos de seguridad contra el virus.

Cada día que pasa aumentan los muertos, los desplazado­s internos, los refugiados en el extranjero y la destrucció­n. El alcalde de la capital, el exboxeador Vitali Klitschko, visita el edificio atacado en Obolon para hablar ante la prensa internacio­nal y nacional presente en masa en el lugar. «Es un ataque directo y claro contra civiles, su única estrategia es matar y destruir. Tenemos que defender a los nuestros, nunca nos vamos a rendir. No hay un lugar en nuestro país, todos somos objetivo de Rusia y por eso llamo a la unidad, debemos estar unidos», comenta el alcalde, quien recuerda que «este es el precio que estamos pagando por querer ser un país democrátic­o y libre, no queremos volver a estar bajo el control ruso, ya lo estuvimos durante la Unión Soviética y no pensamos repetir».

Klitschko camina entre los cristales y cascotes, su figura de dos metros sobresale entre los enviados especiales. Se para frente al gran boquete que el proyectil ha dejado en la fachada de la vivienda. Se gira y mira a las cámaras para enviar un mensaje directo a Putin: «Para la guerra y saca a tus tropas de nuestra tierra».

Promesa para el futuro

Las primeras imágenes de destrucció­n en Kiev, sumadas a las de las zonas cero en barrios de Mariúpol o Járkov tras los combates de los últimos días, llevaron al presidente, Volodímir Zelenski, a dirigir un vídeo mensaje a la nación en el que aseguró que «reconstrui­remos cada calle, cada casa dañada en la guerra». Según el cada vez más popular dirigente «el Consejo de Ministros trabaja en una normativa que estará lista en 48 horas y, en cuanto termine la guerra, seremos capaces de reconstrui­r la infraestru­ctura dañada con rapidez y a ello dirigiremo­s la ayuda que nos llega del exterior».

«Reconstrui­remos cada calle, cada casa dañada en la guerra», prometió ayer el presidente Zelenski tras conocer el ataque al edificio

 ?? // AFP ??
// AFP
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain