Coto al botellón y las despedidas de soltero en los pisos turísticos
► La patronal del sector suscribe un código de buenas conductas para erradicar el ruido en sus viviendas ► En el horizonte, mejorar también la imagen de una actividad económica que genera 1.200 millones anuales
La asociación que agrupa a los propietarios de pisos cree que el momento de recuperación es idóneo para implantar las medidas
El ruido y el escándalo que determinados grupos de turistas llevan a las comunidades de vecinos es un lastre al que la Asociación de Viviendas Turísticas de Andalucía (AVVA) se ha propuesto poner coto. Por el prejuicio que supone para el descanso del resto de propietarios y la mala imagen que trae consigo para un sector que genera en la región más de 1.200 millones de euros anuales. Con ese objetivo, la patronal ha acordado, entre otras medidas, prohibir el alquiler de los inmuebles para la práctica del botellón o la celebración de despedidas de soltero.
La iniciativa ha quedado recogida en un código de buenas prácticas suscrito por la Asociación y el Colegio de Administradores de Fincas de Málaga y Melilla, aunque según ha explicado a ABC el presidente de la AVVA, Carlos Pérez-Lanzac, ya se ha elevado la propuesta al Consejo Andaluz para implementarlo en toda la comunidad. «Algunas de las medidas ya se aplican por parte de muchas empresas y gestores de viviendas, por lo que queremos y entendemos que debe ser un compromiso de todo el sector», apunta.
La Asociación representa a más de 9.000 inmuebles y 45.000 plazas de alojamiento repartidas por toda la comunidad, lo que hace evidente el interés del sector por extender la norma y garantizar la convivencia en las fincas en las que desarrolla su actividad. «La turismofobia no sólo depende de la relación con los vecinos de la comunidad», apunta el presidente, que considera que la medida contribuirá también a erradicar de la propia ciudad a esos «malos actores o turistas» y que la ciudadanía vea en los visitantes una fuente de empleo y riqueza.
La mayoría de los apartamentos que componen la oferta de los centros históricos cuentan con uno o dos dormitorios, lo que según Pérez-Lanzac no cuadra con los intereses de los grupos para organizar despedidas. «No vemos tanto ese problema, pero de darse el caso, tenemos un código por el que guiarnos y saber cómo actuar», subraya.
Junto a la prohibición expresa del arrendamiento para turismo de alcohol y despedidas, el código de buenas prácticas incluye compromisos a cumplir tanto por parte de los propietarios o empresas gestoras como de los administradores de fincas. Los primeros deberán, por ejemplo, entregar a los huéspedes información de las normas de la comunidad sobre ruidos, correcto uso de zonas comunes, piscinas, terrazas, estacionamientos de bicicletas, o el depósito de basura.
Asimismo, deberán promover el respeto de las horas de sueño de los vecinos, con especial atención en las entradas y salidas de la vivienda o informar y evitar «comportamientos poco decorosos o estéticos» como colgar ropa de los balcones y fachadas de los edificios. También dispondrán de un teléfono de emergencias 24 horas; facilitarán el teléfono de contacto del propietario o gestor a quien lo solicite e instalarán un medidor de sonido en caso de molestias reiteradas a los vecinos por el ruido.
Por su parte, los administradores de fincas harán lo propio incluyendo estas normas en el reglamento interno de la comunidad, facilitándole a la gestora de la vivienda con fines turísticos los acuerdos y normas de la finca e informando a los propietarios de cualquier incidencia que se produzca. En el caso de que la comunidad tenga problemas frecuentes con una vivienda gestionada por una empresa asociada a la AVVA, se deberá notificar para que la Asociación intervenga.
«Tenemos mecanismos de media
ción, pero si llegado el momento el conflicto no tuviera solución, usaríamos incluso los servicios jurídicos», sostiene Carlos Pérez-Lanzac. Pese a todo, desde la patronal aseguran que apenas se aprecian conflictos en los alojamientos gestionados por empresas profesionales. De hecho, en el caso de Málaga capital y, según los datos obtenidos a través del área de Seguridad, el volumen de incidencias en viviendas turísticas respecto al total de pernoctaciones «es menor del 0,05%».
Profesionalizar el sector
El presidente asegura que «los gestores profesionales tienen más herramientas y están más concienciados de la responsabilidad tanto con sus clientes como con los propietarios y dueños del resto de inmuebles», por lo que la mayoría de incidencias se aprecian en los apartamentos gestionados por particulares de forma independiente. Es por ello que desde la AVVA defienden la «profesionalización» del sector; para dotar a su actividad de seguridad y garantías y aumentar en competitividad y calidad del servicio.
«Creemos que este periodo de recuperación en el que estamos es el momento perfecto para fomentar que todas las viviendas, de forma unificada, implementen este código», considera, «los puntos son aplicables en todas las provincias y el compromiso debe ser del sector».