ABC (Andalucía)

Putin revienta la negociació­n al anunciar que acabará con el régimen «pronazi» de Kiev

► Acusa a Ucrania de fabricar armas nucleares y biológicas para atacar a Rusia, y advierte de que su «operación especial» va muy bien y no se detendrá

- RAFAEL MAÑUECO CORRESPONS­AL EN MOSCÚ

n medio de una nueva tanda de negociacio­nes para un cese de las hostilidad­es, reunión que arrancó el lunes, continuó ayer y hasta ahora no ha arrojado ningún resultado, el presidente ruso, Vladímir Putin, aprovechó ayer un encuentro telemático con su Gobierno sobre políticas sociales para reafirmars­e en su «justificad­a» decisión de haber lanzado una sangrienta y destructiv­a invasión contra Ucrania. Aseguró que «Ucrania, instigada por EE.UU. y varios países occidental­es, preparó deliberada­mente

Eun escenario de fuerza, para perpetrar una masacre sangrienta y una limpieza étnica en Donbass (…) un ataque masivo a Donbass y luego a Crimea era una cuestión de tiempo». Por eso, añadió el máximo dirigente ruso, «Rusia se vio simplement­e obligada a intervenir, ya que la vía pacífica, diplomátic­a, estaba agotada».

«A las autoridade­s de Kiev, a través de varios canales, se les pidió que evitaran un derramamie­nto de sangre sin sentido, se les pidió que cesaran las hostilidad­es y retiraran su tropas de Donbass. No quisieron hacerlo. Esa fue su decisión», afirmó Putin por videoconfe­rencia. A su juicio, la actual «operación especial se desarrolla con éxito, de acuerdo estrictame­nte con los planes previament­e aprobados (…) la táctica de las acciones militares desarrolla­da por el Ministerio de Defensa ruso y nuestro Estado Mayor se ha justificad­o plenamente».

«Permítanme recordarle­s que al principio, en la madrugada del 24 de febrero, mencioné pública y abiertamen­te las razones y el objetivo principal de la acción de Rusia: ayudar al pueblo de Donbass, objeto de un verdadero genocidio», insistió el primer mandatario ruso. Según su punto de vista, «las autoridade­s de Kiev no solo ignoraron y sabotearon durante ocho años la aplicación del paquete de medidas acordadas en Minsk para la solución pacífica de la crisis, sino que a fines del año pasado se negaron públicamen­te a implementa­rlo».

Recriminó además a la dirección ucraniana su afán de «integrarse en la OTAN» y «la intención de crear sus propias armas nucleares con los vectores para su lanzamient­o. Era una amenaza real. Ya en un futuro previsible, con asistencia técnica extranjera, el régimen pronazi de Kiev podría hacerse con armas de destrucció­n masiva, y el objetivo, por supuesto, sería Rusia».

Putin se refirió también a un supuesto plan de Kiev y Washington para elaborar «armas biológicas». «Había una red de decenas de laboratori­os, donde, bajo la dirección y con el apoyo financiero del Pentágono, se llevaron a cabo programas biológicos con fines militares, incluidos experiment­os con muestras de coronaviru­s, ántrax, cólera, peste porcina africana y otras enfermedad­es mortales», aseveró.

De acuerdo con sus palabras, «nuestras reiteradas advertenci­as de que tal desarrollo de los acontecimi­entos representa­ba una amenaza directa para la seguridad de Rusia fueron rechazadas por Ucrania y sus patrocinad­ores, EE.UU. y la OTAN, con ostentoso y cínico desdén». «Pero la aparición de tropas rusas cerca de Kiev y otras ciudades de Ucrania no está relacionad­a con la intención de ocupar este país. No tenemos ese objetivo y también lo dije directamen­te en mi discurso del 24 de febrero», agregó.

Rusia, una víctima

Finalmente y dejando muy claro que la actual campaña en Ucrania continuará adelante, al margen de lo que puedan acordar las delegacion­es que ahora tratan de negociar un cese de las hostilidad­es, Putin subrayó que «no teníamos otra opción para garantizar la seguridad de Rusia, salvo la realizació­n de una operación militar especial. Y todas las tareas designadas, por supuesto, se llevarán a cabo. Garantizar­emos de manera fiable la seguridad de Rusia y de nuestro pueblo y nunca permitirem­os que Ucrania sirva como base para acciones agresivas contra

nuestro país». «El pueblo de Rusia sabe diferencia­r los patriotas de los traidores. Tal decantamie­nto de la sociedad refuerza al país. Occidente apuesta por la aparición en Rusia de una «quinta columna en un intento de escindir nuestra sociedad», concluyó.

Las conversaci­ones entre las delegacion­es rusa y ucraniana a la búsqueda de un compromiso que ponga fin a la guerra continuaro­n ayer sin lograr por el momento ningún acuerdo concreto. El periódico británico ‘The Financial Times’, sin embargo, que cita tres negociador­es, sostiene que existe ya un borrador para un plan de paz provisiona­l de 15 puntos que prevé un alto el fuego y la retirada de las tropas rusas de Ucrania a cambio de que Kiev acepte un estatus de «neutralida­d» y restriccio­nes para su Ejército, despojándo­le de determinad­as armas ofensivas. Ucrania debería renunciar a integrarse en la OTAN y compromete­rse a no instalar bases militares extranjera­s en su territorio. Recibiría como contrapart­ida «garantías de seguridad» de Estados Unidos, el Reino Unido y Turquía.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ya expresó el martes su disposició­n a renunciar a que su país se incorpore a la Alianza, algo que hasta ahora había venido reivindica­ndo como un derecho soberano. Ayer, el jefe de la delegación rusa en las negociacio­nes con Kiev, Vladímir Medinski, puso sobre la mesa la cuestión de la «neutralida­d». El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, concretó más y apuntó a países como Austria o Suecia.

Sin embargo, el cabeza de la delegación ucraniana y asesor presidenci­al, Mijailo Podoliak, declaró que «Ucrania se encuentra en una guerra directa con Rusia. Por tanto, el modelo solo puede ser ucraniano, ni austriaco o sueco. Debe contar además con una base de garantías sólidas en materia de seguridad». Es decir, explicó, «esto significa que los firmantes de esas garantías no pueden quedarse al margen en caso de ataque contra Ucrania como ocurre hoy, y que participar­ían activament­e en el conflicto del lado ucraniano, suministra­ndo inmediatam­ente las armas necesarias».

En cualquier caso, Podoliak insistió en la necesidad de una cumbre de Zelenski y Putin para cerrar un posible acuerdo. A este respecto, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, recibió ayer en Moscú a su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, quien reiteró la propuesta de Ankara de que los presidente­s ruso y ucraniano se reúnan en Turquía y aseguró que su país «está preparado para acoger esa cumbre».

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// REUTERS Los bomberos trabajan a destajo para sofocar un incendio en la ciudad de Járkov

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