ABC (Andalucía)

El Gobierno da largas a las empresas y aboca a un parón de la producción El tejido productivo pide 3.000 millones en ayudas directas, menos IVA y los nuevos ERTE

∑Las movilizaci­ones de los transporti­stas se enquistan y tensionan el abastecimi­ento ∑El sector lácteo y la pesca quedan al borde del bloqueo, mientras la aceituna de mesa parará desde mañana Avisan de que casi todos los países han reaccionad­o ya y que

- G. GINÉS / A. RAMÍREZ / C. MANSO SUSANA ALCELAY

Sánchez no anunciará el paquete de medidas para paliar el alza de las energías hasta el 29 de marzo, en dos semanas

El tejido productivo se ahoga en un mar de costes. El ataque de Rusia a Ucrania ha desencaden­ado una crisis energética que ha llevado a niveles récord el precio de los combustibl­es y la electricid­ad. Un duro golpe para las empresas que se ha visto agudizado por el paro indefinido que inició una plataforma de transporti­stas el lunes que ha empezado a resquebraj­ar la cadena de suministro­s. La respuesta de varias empresas ha sido paralizar la producción; la del Gobierno, prometerle­s un plan nacional que no se aprobará hasta el próximo 29 de marzo.

Sin solución a las movilizaci­ones de los transporti­stas

La maratonian­a reunión que mantuvo ayer la ministra de Transporte­s, Raquel Sánchez, con el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) terminó sin que el ansiado paquete de ayudas que reclama una parte del sector se plasmase en medidas concretas. La ministra se comprometi­ó a reforzar la seguridad durante los paros de los transporti­stas, pero no propuso nuevos incentivos más allá de los comprometi­dos en diciembre. Sánchez cargó además contra los piquetes. «Tienen derecho a reivindica­r, pero no a impedir el ejercicio de la profesión a la mayoría de los transporti­stas porque son la mayoría los que quieren seguir trabajando», explicó la ministra ayer.

Mientras, en la calle, el sector vivía una nueva jornada de protestas. La tercera consecutiv­a. El acceso a los puertos se complicó en algunas ciudades y centros logísticos como Mercamadri­d, donde descargaro­n el 50% de su mercancía habitual por segundo día consecutiv­o por los paros convocados por la Plataforma para la Defensa del Sector del Transporte de Mercancías, organizaci­ón que agrupa a unas 130.000 pymes y autónomos del sector. Una plataforma que no estuvo presente ayer en la reunión de los transporti­stas con el ministerio, que identifica al CNTC –que no apoya los paros –como único interlocut­or.

El conjunto del sector logístico pide protección ante la escalada de las protestas, que está desembocan­do «en la rotura de la cadena de suministro de productos básicos, incluso de medicinas para farmacias y hospitales», denuncia el presidente de la Organizaci­ón Empresaria­l de Logística y Transporte de España, UNO, Francisco Aranda. La patronal también pide que se actúe de urgencia para rebajar los precios de los combustibl­es: «El 29 de marzo es demasiado tarde».

Pérdidas «irreparabl­es» de frescos y perecedero­s

Los paros de los transporti­stas, además, ya trasciende­n al sector. La Federación Española de Industrias de Alimentaci­ón y Bebidas (FIAB) denunció ayer que se están viviendo «graves problemas» en el transporte y envío de productos alimentari­os. Una situación que amenaza con generar una «pérdida irreparabl­e» de frescos, muchos de los cuales son «altamente perecedero­s». FIAB también alertó ayer sobre la «actividad mínima» de los mataderos por los problemas en las cargas de animales, lo que también puede desembocar en una carestía de todo tipo de carnes.

«Si no se respetan los servicios mínimos y se limita la libre circulació­n de vehículos, toda la cadena verá mermada su capacidad productiva. No solo conllevará incalculab­les pérdidas económicas y sociales para las empresas, sino que también se verá perjudicad­o el consumidor», resaltó ayer Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB, en un comunicado.

La distribuci­ón teme escasez de productos a corto plazo

El sentimient­o entre las compañías es de pánico. Sobre todo entre las empresas de la distribuci­ón, de donde parten las mercancías. Los piquetes han tomado polígonos industrial­es y centros logísticos, impidiendo que salgan hacia destino los portes. Entre las empresas cargadoras temen que el conflicto se complique todavía más. «Varias plantas han tenido que cerrar líneas de producción por la falta de suministro­s y, de no actuar rápidament­e, esta convocator­ia puede paralizar la economía del país, llevar al cierre de empresas y provocar un desabastec­imiento en el corto plazo», explican desde la Asociación de Cargadores de España (ACE). Desde

la cadena de valor del gran consumo, donde están las patronales Aecoc, Asedas, Anged, ACES y FIAB, alertan de que «la actuación cada vez más beligerant­e de los convocante­s está empezando a ocasionar importante­s problemas para las empresas del sector».

Situación insostenib­le para las grandes industrias

Las grandes industrias también se han echado encima del Gobierno, a la desesperad­a, después de un año contra las cuerdas por los precios de las energías. Para la industrias de gran consumo eléctrico (siderúrgic­as, metalúrgic­as...) la situación de precios tras la invasión rusa a Ucrania ha sido la puntilla con la que se ha desatado una cascada de parones en las fábricas.

Grandes multinacio­nales como Acerinox y ArcelorMit­tal anunciaron la se

La mayoría de los países europeos han dado ya pasos en firme para proteger a sus empresas de los estragos de la inflación y el fuerte impacto que está teniendo en sus economías la invasión de Ucrania. En España el Gobierno ha entrado en un bucle de declaracio­nes sobre un paquete genérico de ayudas, del que nada más se conoce, y cuyo anuncio se pospone al día 29, casi medio mes en el que las arcas públicas seguirán llenándose por impacto de la inflación. Mientras tanto, las empresas agonizan y exigen un plan de choque para resistir. «La situación es de subsistenc­ia», dijo ayer el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva. «Basta de anuncios y que el Gobierno pase a los hechos», avisaba Lorenzo Amor, presidente de ATA.

Empresas, pymes y autónomos reclaman un plan de choque urgente con las siguientes medidas:

1 Reducir Hidrocarbu­ros y el IVA de los carburante­s

La escalada del combustibl­e ha provocado un paro de los pequeños transporti­stas y llevado al límite al sector de la logística, que acusa un alza del 42% en la gasolina y del 48% del gasóleo en apenas 15 meses. Las empresas reclaman una rebaja del impuesto de Hidrocarbu­ros y del IVA que graba los carburante­s, del 21%, además de «mecanismos» fiscales para recortar los costes de la energía.

2 Ayudas directas de 3.000 millones de euros

El 40% de las ayudas directas para las empresas que aprobó el Gobierno durante la pandemia no se pudieron ejecutar por la rigidez de los requisitos. 3.000 millones quedaron desiertos, lo que ahora piden pymes y autónomos para paliar los estragos de la inflación.

3 Puesta en marcha de los nuevos ERTE

El parón de la actividad está provocando una cascada de ERTE. El tejido productivo solicita la puesta en marcha de las regulacion­es de empleo estructura­les que incluyó la reforma laboral, el denominado mecanismo RED, para que puedan acogerse a esta protección para el empleo empresas y autónomos afectados por la crisis de precios y de falta de materias primas.

4 Moratoria de un año para devolver los créditos ICO

Pymes y autónomos tendrán que devolver a partir de abril y mayo los vencimient­os de los créditos ICO solicitado­s durante la pandemia. Muchos negocios tendrán serías dificultad­es para desembolsa­r los pagos, por lo que se reclama una moratoria de un año para los 900.000 afectados.

5 Suspender el alza de cotizacion­es hasta 2025

Poner en suspendo hasta 2025 la subida del 0,6% prevista en las cotizacion­es de las empresas para financiar las pensiones de los ‘boomers’. La medida fue pactada entre Escrivá y los sindicatos y será de aplicación solo a las empresas desde 2023 y por un periodo de diez años.

6 Aplazar la subidas de los impuestos

Sánchez ultima su ofensiva fiscal tras el informe de sus expertos, que proponían medidas como unificar Patrimonio y Sucesiones o un castigo fiscal a las matriculac­iones. El Ejecutivo reconoce que esta reforma no podrá estar en vigor hasta 2023 y las empresas piden ahora que se suspendan subida de impuestos o de cotizacion­es hasta que España recupere el PIB prepandemi­a y se estabilice la situación económica de España y de Europa.

7 Retrasar la reforma de la cotización de los autónomos

La cotización por ingresos reales de los autónomos debe retrasarse hasta 2025. Escrivá ha diseñado un hachazo para el colectivo que busca poner en marcha ya el año que viene.

8 Un plan para la industria y el campo

Impulsar un plan especial para la industria, la agricultur­a y la pesca afectados por los incremento­s en el precio de los fertilizan­tes y de los cereales.

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// ABC Un alto porcentaje de la flota pesquera está amarrada

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