Los economistas, al Gobierno: «hay que bajar el IVA ya»
«El Estado está recaudando mucho por la subida de los precios de la energía. Hay que bajar el IVA ya». Guillem López Casasnovas, catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra y experto del comité de Hacienda para la reforma fiscal, ha urgido al Gobierno a rebajar el IVA del combustible, como la medida más adecuada para contener la escalada de precios de la gasolina. «El IVA se aplica sobre el precio final y tiene mucha más incidencia que el Impuesto sobre Hidrocarburos que es una cuantía fija sobre el litro de carburante, argumentó ayer en una jornada organizada por el Área Fiscal del Colegio de Economistas.
López Casasnovas advirtió de que en el contexto actual el mayor riesgo es que el Gobierno arbitre medidas erróneas que luego no pueda revertir. En este sentido, recordó que la fiscalidad ambiental en España está lejos de la media europea y que tocar los impuestos especiales aumentaría esa brecha. «Hay que intentar evitar medidas que, por ejemplo, reconozcan un trato preferente a la electricidad», avisó.
Existe un consenso amplio entre los economistas sobre la necesidad de bajar el IVA en un contexto en que las arcas de Estado y comunidades autónomas se están beneficiando de la escalada de los precios de la energía. «La gente sufre para llenar el depósito de combustible para ir a trabajar. Hay que bajar el IVA y también los impuestos sobre el gas», ha planteado el presidente del Colegio de Economistas, Valentí Pich. «No es el momento de subir los impuestos, ni de anunciar subidas de impuestos que afecten a la confianza de los agentes económicos. Es hora de bajar los impuestos», aeguró Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos y responsable del Comité Fiscal de la CEOE.
Izquierdo reclamó un paquete de medidas fiscales que vaya más allá de la rebaja del tipo del IVA aplicable a los carburantes del 21% al 10%, una medida que garantizaría un abaratamiento de entre 15 y 20 céntimos por litro de combustible, y que incluya la rebaja hasta el mínimo del Impuesto Especial de Hidrocarburos, la eliminación de las cargas del sistema eléctrico (como los derechos de emisión por CO2) y la mejora de las devoluciones por los impuestos soportados.