‘Piercing’ millonario en la lengua
Analizar a bote pronto la nueva economía de la lengua no es tarea simple. El Gobierno sabe que con el Perte de 1.100 millones de euros de fondos europeos se abre un escenario inédito para el activo cultural más importante de nuestro país en el mundo. El idioma nunca tuvo antes los medios suficientes para desarrollar todas las potencialidades que van desde la enseñanza en el extranjero a las industrias culturales. Pero regar con millones la política del español sin un plan estratégico compartido con quienes más saben del tema es un error. Y es justo lo que ha ocurrido.
El dinero sin estrategia definida es el carro delante de los bueyes. Que la RAE se haya ubicado en el extrarradio del proyecto es una pésima noticia porque pasa por alto su labor pionera en las bases de datos y la Inteligencia Artificial aplicada al español, así como el prestigio y los logros del trabajo panhispánico realizado durante décadas, o sus relaciones con gobiernos e instituciones de Iberoamérica que ni la política ni la diplomacia pudieron igualar.
¿Hay tiempo para corregir esta grave falta? Tal vez, siempre que se haga con convicción. No puede ponerse un ‘piercing’ millonario en la misma lengua que se desprecia en tres o cuatro comunidades autónomas, y a la que el Gobierno ha borrado como vehicular en la Ley de educación. Inundar de millones la política del idioma desde esa atalaya sólo conducirá a proyectos deformes. El Instituto Cervantes, situado por el Gobierno en el centro de este lago millonario del Perte para el español, tiene la oportunidad de demostrar su capacidad correctora antes de que la falta de plan malogre una inmensa oportunidad: el liderazgo del español global desde un país en el que sólo habita uno de cada diez hablantes de los 500 millones que lo tienen como lengua materna.
Hay demasiados tachones en la política de Pedro Sánchez con el español para fiarse. La ley ya citada, la política autonómica (la diáspora de médicos en Baleares es un buen ejemplo), algunos pactos e incluso la pobre diplomacia cultural han permitido silenciamientos humillantes por parte de los socios del Gobierno. Un Perte no lo tapará todo.
El hecho de que desde el Gobierno no se respondan las preguntas de ABC al respecto de esta iniciativa millonaria no deja mucho margen y nos obliga a desconfiar de tanta improvisación.