Sánchez, en la lona; las familias, en el alambre
Y si usted se lamenta, pasará sin piedad a formar parte de ese colectivo de ultraderecha que rompe la concordia del sanchismo
L Epresidente del Gobierno está grogui. Como el boxeador ‘sonado’ –con perdón–, tirado en la lona. Varado como los camiones que atascan el reparto de bienes y, problamente, escaso de papel higiénico y demás víveres de primera necesidad. Y es que Pedro Sánchez ha basado su acción de Ejecutivo en la propaganda y se ha rodeado de cantamañanas. Aunque ha demostrado que el mayor de ellos es él mismo. España ahora necesita expertos, solucionadores y de esos ni hay ni se les espera. ¿En serio ni uno solo de los más de 780 asesores que tiene en nómina el Gobierno más caro y numeroso de la historia sirve para solucionar el dramón que vive el país? Es el nivel. De momento, la Comisión Europea se ha postulado para ayudar a Sánchez y compañía, pero respecto a la crisis energética. Que están ya mareaditos –hartos, pero hartos– de tanto ‘road-show’ sanchista por Europa, en busca de amiguitos que apoyen sus propuestas para frenar el precio de la energía. Bruselas ha dicho que no tiene una única respuesta para hacer frente a los altos precios de la electricidad en la Unión, dada la diversidad de situaciones, diseño del mercado y niveles de interconexión, pero constata que casi todos los países ya han tomado medidas para reducir el impacto del alto precio de la electricidad en los consumidores más vulnerables y ofrece asesorar a los países que no lo han hecho. Blanco y en botella, España, no leche, que ya no tenemos.
Mientras tanto, crecen y crecen los catalogados por el propio Gobierno como de ultraderechas en este país. Está la calle ‘abarrotá’. Agricultores, ganaderos, cazadores, pescadores, transportistas, taxistas... casi todos los sectores al completo. Eso sí, ciudadanos y trabajadores, no de representantes sindicales, esos tienen otras cosas que hacer. Que los representados se representen ellos mismos. Pero el asunto es más grave si cabe. Ayer mismo, tras meses desaparecidos, y de auténtica locura de alza de precios en el país –luz, gas, carburantes... y una inflación galopante–, y cuando los transportistas llevan ya once días parados y protestando por toda España porque ya no aguantan más, UGT y CC.OO. decidieron manifestarse por la crisis energética. Los líderes sindicales lograron reunir a un puñado de manifestantes por tierras españolas. Según datos de la delegación de Gobierno, solo en Madrid, el principal centro de protesta, 500 personas, algo así como 800 veces menos que agricultores y ganaderos el domingo pasado. Ni medio ‘coloraos’ se han puesto.
Y ya sabe: si no llega a fin de mes y protesta; si no puede hacer la compra y se queja; si se pela de frío porque la calefacción es un artículo de lujo… si entonces usted se lamenta pasará a formar parte de ese colectivo de ultraderechistas y fascistas que rompen la concordia del sanchismo. Sánchez está en la lona, Zapatero y su panda de sobrecogedores, en la inopia, y los demás, en el alambre. Pero no proteste que es peor. ¡Ah! y repita comigo, la culpa es de Putin.