Larga cambiada
La Comisión Europea ofrece su asesoramiento a Sánchez para que bajen los precios de la energía en España: basta con que copie al resto, como cuando la tesis
Tírate una semana viajando por Europa, repartiendo abrazos y buscando alianzas, para que Bruselas se lave las manos y la víspera del día D para atajar el problema del precio de la energía, la Comisión diga que no hay casi nada de lo tuyo, de tus reivindicaciones, y que tu idea-solución estrella (desacoplar el gas del mecanismo que fija los precios) se debatirá como pronto en mayo. Una larga cambiada, con sabor a «ahí te las apañes», se avecina sobre las pretensiones de Sánchez, al que que como aperitivo la comisaria Simson le clavaba ayer un rejón en todo lo alto ofreciéndole «ayuda» para enseñarle a bajar el precio de la energía, como ya han hecho otros países. Macron no ha necesitado gira para bajar 30 céntimos cada litro de combustible. Tampoco Draghi ha tenido problemas para bajar 25 céntimos. Ni el alemán Scholz, ni el portugués Costa, ni el polaco Morawiecki... y así hasta la práctica totalidad de veintiséis de los veintisiete (adivinen la excepción). Algunos incluso lo hicieron a final del año pasado, mucho antes de la invasión rusa de Ucrania. Veintiséis de los veintisiete (vuelvan a adivinar la excepción) vieron venir el problema. Y esa es la diferencia entre los líderes que tienen la perspicacia y el tino de prever, y se anticipan, y quienes solo se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena y aparecen como un boxeador apalizado por la realidad, dando puñetazos al aire intentando acertar con el mentón del rival. La displicencia con la que la Simson ha tratado el ramillete de soluciones-estrella de Sánchez casi raya la humillación. Ya que no sabes, copia, le ha venido a decir. Como con la tesis, doctor.