PP y Vox chocan en la vicepresidencia y retrasan la investidura de Mañueco
► Los de Abascal quieren que García-Gallardo asuma más competencias en la Junta de Castilla y León
El reloj sigue corriendo sin que aún haya fecha para la celebración del pleno de investidura de Alfonso Fernández Mañueco como presidente de la Junta de Castilla y León. La razón no es otra que el cierre del organigrama del Gobierno autonómico entre los dos socios, PP y Vox, que ha encallado en la figura del vicepresidente, cargo que asumirán los de Abascal en la persona de Juan García-Gallardo, el que fuera candidato a la Presidencia en las elecciones autonómicas del 13-F.
Una vez acordado que Vox gestionará tres consejerías –Agricultura, Industria y Empleo y Cultura– falta por definir qué funciones tendrá la vicepresidencia, dado que no contará con cartera propia. En este punto, PP y Vox no han conseguido acercar posturas en esta materia, ya que los de Abascal han reclamado para sí la comisión de secretarios generales –que coordina a todas las consejerías– y, sobre todo, la Dirección General de Comunicación, que actualmente está adscrita al presidente. Sin embargo, los populares no están por la labor de deshacerse del departamento encargado de difundir los mensajes del Gobierno, así que, a cambio, han ofrecido a Vox la coordinación de los delegados territoriales de la Junta en las nueve provincias, oferta que no ha sido aceptada a la espera de otras opciones.
Pendientes del Congreso
Y en esas están las dos formaciones, tratando de dotar de contenido a la figura del vicepresidente, con el PP sin querer soltar determinadas competencias y con Vox reclamando más, conscientes como son de que los populares quieren llegar al congreso de Sevilla del 1 y 2 de abril con el Gobierno de Castilla y León completamente cerrado.
Pero eso no sucederá hasta que se convoque el pleno de las Cortes autonómicas, que se sigue retrasando después de que inicialmente se barajase el día de mañana –que ya no podrá ser– y el del próximo lunes 28 –que tampoco–. En el mejor de los casos, y contando con que el viernes se reúna la Mesa del Parlamento, la sesión de investidura se podría celebrar el martes, pero sólo si antes PP y Vox cierran todos los flecos aún pendientes, entre los que también se encuentran aspectos programáticos que Mañueco deberá presentar en su discurso de investidura.
Lo cierto es que el encargado de poner en marcha el engranaje para que se convoque el pleno en el que se elija al jefe del Ejecutivo autonómico es el presidente de las Cortes, Carlos Pollán, de Vox, formación que al tiempo que negocia con el PP está inmersa en el proceso de búsqueda de activos para colocar en las tres consejerías, incluidos sus tres titulares. Así que los de Abascal no tienen precisamente prisa para convocar la sesión, como tampoco la tenían cuando el 10 de marzo se constituyeron las Cortes de Castilla y León y quince minutos antes cerraron el acuerdo de legislatura con los populares.
Y, mientras tanto, el solo anuncio de que Vox se hará cargo en Castilla y León del departamento de Industria y Empleo ha puesto en pie de guerra a los sindicatos, que desde el minuto uno mostraron su monumental disgusto ante lo que calificaron como «mala noticia». El futuro vicepresidente, Juan García-Gallardo, tras el previsible recibimiento sindical, se despachó ayer con un tuit que es toda una declaración de intenciones: «Por fin podemos decirlo: UGT tiene razón. Vox va a combatir sus privilegios, el clientelismo y años de saqueo a lo público».
El encontronazo estaba servido y, horas después, los dos líderes sindicales se lanzaron contra los de Abascal. Así, el secretario autonómico de CC.OO., Vicente Andrés, se refirió a un gobierno «semidemocrático» y advirtió de la «herejía» del presidente en funciones de la Junta de entregar Empleo a Vox porque «matará 20 años de acuerdos e integración» en la comunidad. A su juicio, sería una «barbaridad» dar ese departamento a quienes «están radicalmente en contra y nos quieren llevar a la cárcel». Además, advirtió de que «el huevo de la serpiente ya está dentro». «Aquí alguien se ha equivocado de siglo», dijo de García-Gallardo por declarar que «los sindicatos somos los enemigos de España». «Parece absolutamente ridículo, este hombre no está informado, nos organizamos para defender nuestros derechos, eso es democracia y no lo entiende», concluyó, para desear que «alguien, incluido el poder judicial, le llame la atención».
También el líder de UGT, Faustino Temprano, aseguró que intentan confundir a ciudadanos y trabajadores con sus mensajes, «mezclando el proceso de concertación con las subvenciones».
Los sindicatos advierten de que «el huevo de la serpiente está dentro», ante la llegada de Vox a la Consejería de Empleo