Volkswagen invierte 7.000 millones en una gigafactoría en Sagunto
El consorcio confirma la fábrica de baterías en España y su plan para electrificar Martorell y Landaben
La mayor inversión industrial privada llevada a cabo nunca en España, 7.000 millones movilizados, y la oportunidad de transformar por entero el sector del automóvil en nuestro país ha sido el anuncio estrella en la presentación ayer de resultados de Seat. La publicación la pasada semana por parte del Gobierno de las bases del Perte del Vehículo Eléctrico (Perte VEC) –el macro plan de ayudas con fondos europeos para impulsar la transformación del sector– trae sus primeras consecuencias. La más inmediata, la confirmación ayer por parte del grupo Volkswagen de que optará a dicho Perte, cuya concesión va ligada a su ambicioso plan de inversiones para España, un proyecto junto a otros socios que contempla movilizar hasta 7.000 millones para la electrificación de la planta de Seat en Martorell (Barcelona) y de Volkswagen en Landaben (Navarra), así como la construcción de la nueva factoría de baterías que debe nutrirlas.
Como se anunció la semana pasada, y ayer se confirmó, la planta se ubicará en Sagunto (Valencia), una gigafactoría que comenzará a construirse a final de este año, empleará a 3.000 personas cuando esté a pleno rendimiento y se confía en que pueda iniciar su producción en 2026. Según fuentes del sector consultadas por ABC, la necesidad de no perder ni un mes y la disponibilidad inmediata de los terrenos han sido determinante para elegir Sagunto, al igual que las conexiones con el puerto de Valencia así como la proximidad a la planta de Ford de Almusafes, si bien por ahora la posibilidad de que la fábrica de baterías también suministre a esta factoría no está ni mucho menos cerrada. El consorcio Volkswagen quiere primero asegurarse las necesidades de suministro de Martorell y Pamplona.
La decisión de elegir Sagunto se ha hecho en base a un centenar de criterios, pasando la opción valenciana por delante de las candidaturas de Extremadura, Aragón y Cataluña, esta última lastrada por la tardía reacción de la Generalitat, que «despertó tarde», tal y como denunció tajante el presidente del comité de empresa de Seat, Matías Carnero (UGT). La de Sagunto, con una capacidad de 40 GWh anuales, será la segunda fábrica después de la de Alemania y de las seis plantas de baterías que tiene previstas VW en Europa. El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, equiparó el anuncio con la llegada de Ford en el año 1976.
Compensar empleos
«Electificaremos España, se trata de una gran oportunidad. Vamos a movilizar 7.000 millones de euros», explicó ayer a través de videoconferencia el responsable de componentes del grupo Volkswagen y presidente del Consejo de Administración de Seat, Thomas Schmall, durante la presentación de resultados de la firma española, que a menudo ha comparado la oportunidad que se abre para la economía española, particularmente para Seat, al impulso que supuso para la industria nacional la década de los sesenta con el 600.
El presidente de Seat, Wayne Griffiths, recordó que el volumen de inversión industrial prevista es el mayor anunciado nunca por una firma individual en España, un impulso para transformar un sector en el que se asume que la electrificación va necesariamente a significar una reducción de empleos en las fábricas –únicamente en Seat se estima un excendente de entre 2.500 y 2.800 empleos–. Estas pérdidas deberían compensarse con la creación de nuevos puestos de trabajo en otras ramas, como los 3.000 previstos en Sagunto.
Además de las inversiones, Seat presentó ayer el balance
Seat se dejó 256 millones en 2021, un año que debía ser de recuperación al final lastrado por la falta de semiconductores
correspondiente a 2021, cuando se perdieron 256 millones de euros, una cifra que empeora el resultado de 2020, cuando la automovilística tuvo 194 millones en números rojos.
Las cifras reflejan en todo caso las dificultades de un ejercicio que debía ser de recuperación, pero que ha acabado lastrado por la crisis de los semiconductores, que ha obligado a ralentizar la producción, cuando no pararla en algunas semanas. «No es el año que esperábamos», reconoció Griffiths. Del mismo modo, las cifras de 2021 son peores a las de 2020 al no anotarse casi 100 millones de dividendos que sí pudieron contabilizarse en 2020. El de 2021 será pues el segundo ejercicio en números rojos después de que anteriormente, y en lo que fue un cambio de tendencia histórico, Seat encadenase cinco años con resultados en positivo, y firmase en 2019, el último antes de la pandemia, el mejor resultado de su historia, con 346 millones de beneficio.
Pese a ello, desde Seat se subraya que la salud de la marca es buena, con una gran aceptación y demanda en el mercado, especialmente Cupra. Pese al retroceso en la producción, las ventas de vehículos del grupo crecieron un 10%, pasando de 427.000 a 470.000 coches, un avance impulsado sobre todo por el excelente comportamiento de Cupra, que ha multiplicadi por tres sus ventas (80.000 coches), y ya representa el 25% de la cifra de negocio del grupo).
Seat por su parte vendió un 2% menos. La perspectiva para 2022 viene marcada por la incertidumbre por la guerra en Ucrania.