Basiri, el ‘padre de la patria’ saharaui que desapareció en El Aaiún
El nacionalismo saharaui nació de la prédica de un periodista que fue arrestado por las autoridades españolas en 1970
El ‘padre de la patria’ saharaui se llama Bassir Mohamed uld Hach Brahim uld Lebser, aunque era conocido como Basiri. Periodista, tenía 28 años cuando, en junio de 1970, se transformó en lo que hoy se conoce como un detenido-desaparecido tras ser arrestado por las autoridades españolas. Éstas intentaban frenar el nacimiento de un movimiento independentista en el Sahara. La desaparición o asesinato de Basiri marca el inicio de una historia que, llena de equívocos, ha gravitado en la conciencia de España por décadas.
Basiri nació en 1942 en Tantan (Tarfaya), muy cerca de la frontera norte del Sahara español con Marruecos. Su familia pertenecía a la tribu de los Erguibat, fundada por un descendiente de Mahoma. Estudió periodismo entre El Cairo y Damasco. Cuando en 1966 regresó a Casablanca, venía imbuido de las ideas panarabistas y socialistas de Nasser y el Baazismo.
En 1968, un artículo donde defendía un «Sahara de los saharauis» puso en alerta al régimen marroquí. Tuvo que marcharse a Esmara, en zona española. Fundada en 1898 por un jeque que se proclamó ‘mahdi’ (redentor), Esmara es la ciudad santa del Sahara. Su población espera la llegada de otro ‘mahdi’. Basiri encajó en ese deseo. Allí también encontró las humillaciones cotidianas que dieron tracción a su independentismo. Alguien tuvo la idea de desplegar al batallón Cabrerizas, originalmente una unidad disciplinaria del Ejército español.
El 11 de diciembre de 1969, dos jóvenes que oían el informativo en árabe de la BBC le contaron que se había dicho que España, Marruecos y Mauritania negociaban la partición del Sahara entre estos dos últimos. Uno de esos jóvenes era Brahim Gali, quien estuvo internado en un hospital de Logroño entre abril y junio de 2021 tras entrar furtivamente en España con el conocimiento del gobierno español.
Basiri, Gali y un tercero convocaron una reunión secreta en la que se fundó la Organización Avanzada del Sahara, el embrión del que sería el Polisario (1973) y la República Árabe Saharaui Democrática (1976). Tomás Bárbulo, el periodista español que mejor ha investigado los hechos, relata en ‘La Historia Prohibida del Sáhara Español’ (Ed. Península, 2002) la escena como se la refirió Gali:
–Bueno, ¿queréis algo serio de verdad? –espetó Basiri a sus amigos–. Si no estáis dispuestos a morir o a enfrentaros a muchos problemas, a interrogatorios, a las cárceles, es mejor no intentarlo.
La organización creció rápido, sobre todo entre las Tropas Nómadas. No sería hasta seis meses después cuando el espionaje del gobernador Pérez de Lema se dio cuenta de que las proclamas de Basiri habían incendiado el desierto. Una contramanifestación cuya represión dejó varias víctimas mortales entre los saharauis (entre dos y decenas, según las fuentes), destapó el pastel.
Pérez de Lema creyó que como Basiri había crecido en Marruecos, era un agente marroquí. Nada más lejos de la realidad, ya que precisamente la renuncia de España a la provincia de Tarfaya era motivo de resentimiento entre los saharauis. Detenido el 17 de junio como cabecilla de los contramanifestantes, Basiri fue interrogado en El Aaiún por militares y dos oficiales de la Policía Armada llegados de Madrid. La última vez que se le vio fue cuando el comandante Asensi llegó de madrugada con una patrulla de legionarios del Tercio Juan de Austria a buscarlo para expulsarlo del país. Lo hicieron subir a un Land Rover que cruzó la ciudad y enfiló la carretera de la playa. Avanzó diez kilómetros y se detuvo en unas dunas. Allí, bajo la arena del desierto se pierde la pista de Basiri. Como escribe Bárbulo, su desaparición «arruinó la mejor ocasión de llegar a una descolonización pacífica del territorio».