La OTAN activa su defensa ante un posible ataque químico o biológico
Biden deja entrever que el empleo de esas armas o nucleares en Ucrania «desencadenaría una respuesta similar», pero descarta enviar tropas
La OTAN ha activado sus mecanismos de defensa ante un posible ataque de Rusia en la guerra de Ucrania con armas nucleares, radiológicas, biológicas o químicas (NRBQ).
Esta hipotética escalada del conflicto, que buscaría cambiar el rumbo empantanado de la guerra para las tropas rusas, podría afectar por su cercanía a alguno de los países aliados del Este, según anunció ayer el secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, en la rueda de prensa posterior a la cumbre extraordinaria de Bruselas.
Esta activación de las defensas de la OTAN ante ataques NRBQ implica, para empezar, poner en guardia a los batallones multinacionales que despliegan en los países fronterizos a Rusia. Entre ellos, el de Letonia donde se encuentran unos 560 militares españoles en el batallón que lidera Canadá.
El secretario general de la OTAN insistió en que el uso de este armamento por parte de Rusia en Ucrania «cambiaría la naturaleza del conflicto». El general estadounidense Tod D. Wolters, como jefe de la OTAN en Europa, ha sido el encargado de activar el blindaje de las fuerzas de la Alianza Atlántica ante un eventual ataque o accidente NRBQ.
Con esta amenaza de fondo, los países aliados también apoyarán a Ucrania con el envío de «equipos de detección, protección y apoyo médico, así como capacitación para descontaminación y gestión de crisis».
«Estamos preocupados, en parte porque vemos la retórica y cómo Rusia está tratando de crear algún tipo de pretexto acusando a Ucrania, EE.UU. o los aliados de prepararse para usar armas químicas y biológicas. Y hemos visto antes que esta forma de acusar a los demás es en realidad una forma de crear un pretexto para hacer lo mismo ellos mismos», respondió Stoltenberg tras una pregunta sobre si tenía indicios de la Inteligencia de algún ataque inminente con este tipo de armamento NRBQ.
«Por supuesto, las acusaciones contra Ucrania y los aliados de la OTAN son absolutamente falsas. Será una flagrante violación del derecho internacional y tendrá amplias consecuencias y, por supuesto, será extremadamente peligroso. Afectará a la gente de Ucrania. Pero también existe el riesgo de que tenga un efecto directo en las personas que viven en los países de la OTAN, porque podemos ver la contaminación, podemos ver la propagación de agentes químicos o armas biológicas en nuestros países», detalló Stoltenberg.
«También sabemos que Rusia ha usado agentes químicos contra su propia oposición, y los han usado antes en territorio de la OTAN, en Salisbury [Reino Unido]. Y sabemos que Rusia ha facilitado, apoyado, al régimen de Assad en Siria cuando utilizó armas químicas contra su propia población», indicó Stoltenberg. El secretario general insistió que el uso de esas armas NRBQ cambiaría el rumbo de la guerra «y tendría amplias consecuencias».
Biden y el ataque químico
«Continuaremos contrarrestando las mentiras de Rusia sobre su ataque a Ucrania y exponiendo narrativas fabricadas u operaciones fabricadas de ‘bandera falsa’ para preparar el terreno para una mayor escalada, incluso contra la población civil de Ucrania. Cualquier uso por parte de Rusia de un arma química o biológica sería inaceptable y tendría graves consecuencias», reiteró.
Sobre este mismo asunto, el presidente estadounidense, Joe Biden, descartó una intervención militar en Ucrania –«no, no»–, pero dejó entrever que la Alianza respondería si hay un ataque químico, biológico o incluso nuclear: «Desencadenaría una respuesta similar».
Eso sí, no quedó claro de inmediato si el presidente tenía la intención de sugerir que tal ataque llevaría a EE.UU. o a sus aliados a desplegar tropas para ayudar a Ucrania.
En este contexto, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, denunció en su intervención por videollamada ante los 30 líderes de la OTAN el uso de bombas de fósforo blanco por parte del Ejército ruso.
Estas bombas son fabricadas con una aleación de tungsteno con pequeñas partículas de níquel y cobalto. Al explotar, se desintegra y disemina un polvo que actúa como metralla. La reacción química del fósforo blanco crea un intenso calor que produce la muerte o quemaduras alcanzando órganos internos.
Preguntado específicamente sobre el uso de las bombas de fósforo blanco por parte rusa, Stoltenberg esquivó dar una respuesta afirmativa. Sería reconocer que estamos en esa nueva fase de la guerra... esa línea roja que la OTAN no quiere que Rusia cruce. Así, el secretario general de la OTAN respondió: «Hemos visto informes muy creíbles sobre el uso de la fuerza militar contra civiles. Por supuesto, esta es una gran preocupación para todos los aliados de la OTAN». Sin mención al fósforo blanco, prohibido por la Convención de Ginebra, que en teoría regula estas situaciones durante una guerra.
«La guerra de Rusia contra Ucrania ha hecho añicos la paz en Europa y está causando un enorme sufrimiento humano y destrucción», aseguró Stoltenberg quien anunció «un reseteo» de las capacidades de disuasión de la OTAN sobre todo en el flanco este.
Tal y como se anunció el miércoles, a los cuatro batallones permanentes que despliega la Alianza Atlántica desde 2017 en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia, ahora se sumará una presencia permanente de tropas aliadas en Bulgaria, Rumanía, Eslovaquia y Hungría. En estos momentos, los países de la OTAN despliegan 40.000 militares en la zona oriental.
Además, la Alianza desplegará «más buques, más aviones y realizará más maniobras» ante la amenaza de Rusia en el flanco este. Stoltenberg informó de que «estos planes serán diseñados para la Cumbre de Madrid», que se celebrará el 29 y 30 de junio.
El otro asunto capital del que dio cuenta Stoltenberg es que la OTAN seguirá ayudando con armas y ayuda humanitaria a Ucrania, pero «sin botas sobre el terreno», tampoco aviones que lleven a cabo una zona de exclusión aérea, tal y como ha pedido el presidente Zelenski. «Nuestro deber también es evitar que el conflicto escale fuera de las fronteras de Ucrania», señaló el secretario general de la OTAN.
Un año más con Stoltenberg
Por otra parte, tal y como reveló Stoltenberg en su cuenta de Twitter, la OTAN ha decidido extender un año más el mandato noruego, hasta el 30 de septiembre de 2023. ¿El motivo? La guerra en Ucrania supone «la mayor crisis de seguridad en una generación». Stoltenberg lleva en el cargo desde el 1 de octubre de 2014 y su relevo iba a ser anunciado en la Cumbre de Madrid.