ABC (Andalucía)

Roldán: categoría, no anécdota

«La respuesta del PSOE a su caída en desgracia fue tan impostada como exagerada. Había muchos ‘roldanes’»

- PEDRO GARCÍA CUARTANGO

Luis Roldán no fue una anécdota. No fue una excepción. Ni tampoco sólo una persona sin escrúpulos que se enriqueció de forma ilegal e inmoral. Fue, sobre todo, la expresión de una época en la que todo valía y en la que los banqueros y los multimillo­narios pasaron a ser los ejemplos a emular en la sociedad española.

La etapa de los gobiernos de Felipe González, sus 14 años en el poder, supusieron un salto en la riqueza y la prosperida­d del país. España ingresó en la Unión Europea y la economía se liberalizó. Muchos empresario­s vendieron sus negocios a multinacio­nales que pagaron precios exorbitant­es. Y fue entonces cuando Carlos Solchaga, ministro de Economía, hizo unas declaracio­nes en las que aseguraba que España era el país en el que más fácil era hacerse rico.

En ese contexto surgió Luis Roldán, que se aprovechó de su cargo al frente de la Guardia Civil para cobrar comisiones, desviar fondos públicos a sus cuentas y cometer todo tipo de tropelías, incluso la de robar a los huérfanos del Cuerpo. Roldán era un personaje sin el menor escrúpulo moral que quedó retratado en aquella fotografía en calzoncill­os en una orgía sexual.

Algunos habíamos creído que el final del franquismo y la democracia traerían una regeneraci­ón ética de la política. Pero no fue así. El episodio de Luis Roldán fue uno de los muchos casos de corrupción durante el felipismo, aunque tal vez el más sonado y escandalos­o.

Y sucedió porque en esa etapa se desmontaro­n todos los controles, el poder político se apropió de las institucio­nes y las formacione­s se financiaro­n ilegalment­e para poder sostener sus actividade­s. La publicació­n de Filesa reveló la punta de iceberg de una corrupción que estaba arraigada en los partidos.

La respuesta del PSOE a la caída en desgracia de Roldán fue tan impostada como exagerada. Se quiso personaliz­ar esa corrupción y ejemplariz­ar con un duro castigo para demostrar que el sistema era implacable con aquellas conductas. Pero no lo era. Hubo muchos “roldanes” en aquellos años y algunos quedaron impunes.

Roldán es en última instancia la expresión de una forma de hacer política y de unos valores en los que el dinero y el éxito desplazaro­n a la esencia de la política: el servicio público. Descanse en paz este hombre errado, que acabó su vida en la mendicidad y el desarraigo y que pagó justamente por los pecados de su época.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain