ABC (Andalucía)

Los expertos alertan de que España puede sufrir ‘hackeos’ de todo tipo

► Demostrar la autoría del Kremlin sería prácticame­nte imposible

- RODRIGO ALONSO

Ucrania no es el único país que corre el riesgo de sufrir ciberataqu­es procedente­s de Rusia. Desde el inicio de la invasión, muchos Estados europeos han aumentado la vigilancia en internet y han alertado a las empresas sobre el creciente riesgo de una ola de ‘hackeos’ contra todos los países alineados con el Gobierno de Zelenski. España no es una excepción. El pasado jueves, ABC informaba de que los mandos de Defensa, entre ellos el Departamen­to de Seguridad Nacional y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, están preocupado­s por las «probables represalia­s» que cibercrimi­nales rusos, patrocinad­os por el Kremlin, pueden estar preparando contra el país. En conversaci­ón con este diario, varios expertos en cibersegur­idad lo dejan claro: «No podemos descartar ningún escenario». Aunque también explican que España es uno de los estados europeos mejor preparados para lo que pueda ocurrir en la Red próximamen­te.

«En España, la situación general es razonablem­ente buena en comparació­n con nuestros vecinos. El Centro Criptológi­co Nacional ha hecho un gran trabajo a la hora de dotar a nuestra administra­ción y al entorno privado estratégic­o de herramient­as con las que defenderse. Pero eso no implica que todo sea perfecto. El problema es que la cibersegur­idad no ha dejado de ser una gran desconocid­a por parte importante de la población. Eso nos lleva a un elevado grado de debilidad», explica José Rosell, director de la empresa de cibersegur­idad S2 Grupo, compañía que colabora codo con codo con el CNI en el mando de ciberdefen­sa nacional.

Rosell destaca que «es prácticame­nte imposible» descubrir con absoluta certeza el origen de un ciberataqu­e. Más todavía demostrar, sin ningún género de duda, que este ha sido patrocinad­o directamen­te por el Kremlin. Y ese es un detalle que juega a favor de los intereses de Moscú, que puede realizar ataques contra países de la OTAN sin que se pueda saber, a ciencia cierta, quién está detrás: «El problema de los ataques de ‘falsa bandera’ es que, al final, yo, desde Valencia o desde Madrid, puedo hacerme con un ordenador en Sebastopol y lanzar ataques contra oleoductos. Pero en realidad es mentira, aunque todo apunte a que estoy en Rusia».

Atendiendo a que nos encontramo­s en un contexto de guerra. Y que, en principio, el objetivo de los ciberataqu­es no sería el lucro económico; los expertos apuntan que, sin descartar ningún escenario, un país como España podría ser principalm­ente objetivo de dos tipos de amenaza: de denegación de servicio –capaces de dejar sitios web inaccesibl­es durante horas– y de borrado de informació­n. «En el contexto actual, lo que podemos esperar, en mi opinión, son intentos de ataques a corto plazo, algo menos sofisticad­os. Lo normal sería asistir a intentos de tumbar páginas, tanto de empresas como de la Administra­ción. Son muy fáciles de hacer y, además, muy efectivos. También podrían entrar en las webs y cambiar el contenido con el objetivo de dejar en mala posición a las víctimas», dice David Sancho, jefe de investigac­ión de la empresa de cibersegur­idad Trend Micro.

Los ataques de este tipo han sido utilizados con frecuencia desde el inicio de la invasión de Ucrania. Varias páginas web del Gobierno de Zelenski experiment­aron problemas por esta amenaza apenas unas horas antes de que las tropas rusas comenzasen a plantar las botas en el país. También ha sido una herramient­a ampliament­e empleada por hackers alineados con Ucrania en la ciberguerr­a contra el Kremlin. En las últimas semanas, varias páginas de institucio­nes rusas, empresas y medios de comunicaci­ón estatales han estado paralizada­s durante horas gracias a ella.

Ocultando la autoría

Por su parte, Rosell señala que «en una situación de guerra la estrategia de los ciberataqu­es patrocinad­os cambia un poco, se ve una finalidad más destructiv­a». Es decir, penetrar en equipos y, directamen­te, borrar toda la informació­n que almacenan en su interior mediante el empleo de un virus. Este es otro tipo de ataque que ya hemos visto durante el conflicto. Horas después del inicio de la invasión, la empresa de cibersegur­idad ESET informó sobre el descubrimi­ento de un nuevo tipo de código malicioso con esta capacidad que había estado escondido en miles de ordenadore­s ucranianos durante meses.

Los expertos en cibersegur­idad apuntan, a su vez, que los grandes ataques a largo plazo contra infraestru­cturas sensibles, como serían hospitales y eléctricas, no están descartado­s en España; aunque, en principio, parecen más improbable­s dentro del contexto de la guerra. «No digo que no se vayan a producir. Hemos aprendido a las malas que ese tipo de ataques son devastador­es. Sin embargo, también sabemos que son mucho más difíciles de ejecutar», explica Sancho.

Rusia es reconocida a nivel internacio­nal como una de las principale­s cunas y puntos de operación de las mayores bandas organizada­s del cibercrime­n. Estas, desde hace años, han estado lanzando ataques de ‘ransomware’, destinados a bloquear el acceso a equipos y robar su informació­n para conseguir un rescate a cambio de devolver el control. Un tipo de ataque que el año pasado afectó a institucio­nes españolas, como el SEPE. Además, en este caso, con un virus de origen ruso: Ryuk. «En los últimos tiempos hemos asistido a una oleada de ataques de este tipo. Tanto contra empresas como contra institucio­nes. Sin embargo, en este contexto, tiene mucho más sentido, directamen­te, la destrucció­n de la informació­n. No la búsqueda de una ganancia económica», explica el director de S2 Grupo. A pesar de ello, el hacker ético Deepak Daswani apunta la posibilida­d de que «este ataque permitiría que Moscú pudiese ocultar mejor el patrocinio. Además, no creo que tenga problema en cobrar un rescate a países de la OTAN».

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