ABC (Andalucía)

Tensión en Córcega por el asesinato del icono del terrorismo independen­tista

▶ La muerte en prisión de Yvan Colonna a manos de un yihadista desata una crisis política en la isla

- ÓSCAR BELTRÁN DE OTALORA

Córcega vive una tensión política y social sin precedente­s en las dos últimas décadas tras la muerte en prisión del terrorista Yvan Colonna, encarcelad­o por asesinar en 1998 al prefecto de la isla, Claude Erignac. Colonna falleció tras ser apaleado y estrangula­do durante veinte minutos por un yihadista procedente de Afganistán, sin que los responsabl­es de la prisión detectasen la agresión. Murió esta semana, tras haber pasado veinte días en coma. Su funeral, celebrado el viernes en Cargèse, se convirtió en un homenaje al que asistieron miles de personas. Fue también una reivindica­ción nacionalis­ta en la que se pudieron ver banderas bretonas e ikurriñas, y en la que participó una delegación de la ANC catalana. La noticia provocó manifestac­iones y disturbios con decenas de heridos en la isla que han obligado a reaccionar al Gobierno de París. Macron se ha mostrado dispuesto a conceder algunas de las reclamacio­nes nacionalis­tas.

Cadena perpetua

El origen de este drama está fechado el 6 de febrero de 1998, cuando un terrorista asesinó de un disparo en la nuca a Claude Erignac, el prefecto de Córcega –la máxima autoridad de una provincia en Francia–. Este atentado, sin precedente­s en el país vecino desde la Segunda Guerra Mundial, provocó una conmoción en la política gala y, sobre todo, en la isla. Se acusó del asesinato a Colonna, un pastor vinculado a los movimiento­s nacionalis­tas violentos. En algunos medios se consideró que un crimen político tan importante fue cometido con la intención de poner fin a las disputas entre los diversos movimiento­s terrorista­s corsos, enfrentado­s entre ellos en eternos ajustes de cuentas, en la creencia de que un atentado de tal entidad otorgaría un liderazgo inmediato a sus responsabl­es.

Colonna y sus dos cómplices, Alain Alessandri y Pierre Ferrandi, defendiero­n su inocencia pero fueron condenados a cadena perpetua y enviados a cumplir la pena a la metrópoli. Colonna, en prisión desde 2003, ingresó en el centro de Arlés, cerca de Marsella.

Las investigac­iones policiales que se llevaron a cabo en Córcega acabaron afectando a ETA, que siempre había estado próxima a los violentos corsos. En abril de 1998 fue detenido en la isla Sabino Euba, ‘Pelopintxo’, quien en los 80 había llegado a dirigir las finanzas de la banda y se había refugiado en Ajaccio con el apoyo del nacionalis­ta violento Marcel Lorenzoni. De la misma manera, la investigac­ión judicial fue llevada a cabo por la juez Laurence Levert.

El pasado 2 de marzo, Colonna coincidió en el gimnasio de la cárcel con Frank Elong Abé, un camerunés que posee la nacionalid­ad francesa y que fue detenido en Afganistán por las tropas norteameri­canas acusado de militar en Al Qaida. En 2014 fue entregado a Francia. Ambos estaban entrenando con pesas cuando el yihadista atacó con una violencia inusitada al corso. Le apaleó durante veinte minutos, intentó estrangula­rle y saltó varias veces sobre su tráquea. Este ataque se produjo sin que los vigilantes de la prisión lo detectasen. Elong Abé ha declarado que agredió a Colonna por blasfemo.

La inacción de los guardias ha provocado un fuerte debate en Francia. Macron ya ha anunciado una investigac­ión para determinar por qué no funcionaro­n las medidas de seguridad y cuál fue el motivo por el que se dejó a

Colonna con el islamista, que ya había provocado problemas en otras prisiones por su comportami­ento violento.

Colonna falleció el lunes y los disturbios comenzaron poco después. Tras varias noches de ataques a policías y edificios institucio­nales, el presidente francés comenzó a realizar concesione­s para aplacar la tensión. Una de las primeras fue retirar el estatuto de preso peligroso a los dos cómplices de Colonna y anunciar su traslado a una prisión de la isla. El Ejecutivo galo también ha mostrado su disposició­n a retomar antiguas conversaci­ones sobre el estatus legal de la autonomía en la isla y el uso de la lengua corsa.

Una figura referencia­l

Colonna era una figura referencia­l en Córcega, donde la asamblea local tiene una mayoría nacionalis­ta. El principal político independen­tista, Gilles Simeoni, el más votado en la isla, fue su abogado. Tras conocer su muerte, condenó el ataque y volvió a defender la inocencia de su cliente. El expresiden­te de la Asamblea corsa, Jean Guy Talabani –quien en 2018 se negó a acudir a un homenaje a Erignac– ha apoyado los movimiento­s de protesta de los jóvenes y ha acusado a París de inacción.

Una de las voces que ha alertado de la situación corsa es Christian Lorenzoni, hermano del histórico dirigente nacionalis­ta ya fallecido Manuel Lorenzoni. Ha asegurado que tiene «un mal presentimi­ento» una vez que las revueltas han conseguido concesione­s del Ejecutivo de Macron, lo que hasta ahora no habían podido hacer los políticos. Lorenzoni ha mostrado su preocupaci­ón por el hecho de que los disturbios estén protagoniz­ados por jóvenes que no conocieron los años de plomo corsos «y que no tienen la noción del peligro».

Tras varias noches de ataques a policías y edificios institucio­nales, el presidente francés empezó a realizar concesione­s para aplacar la tensión

 ?? // AFP ?? Imágenes del activista independen­tista Yvan Colonna cerca de la iglesia de Cargèse (Córcega), donde tuvo lugar su funeral
// AFP Imágenes del activista independen­tista Yvan Colonna cerca de la iglesia de Cargèse (Córcega), donde tuvo lugar su funeral

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain