ABC (Andalucía)

Los pueblos de Andalucía quieren autonomía: 27 nuevos desde 1982

La segregació­n es la tónica en la comunidad autónoma donde nunca se han unido dos municipios El primero fue El Ejido en 1982 y el último ha sido El Palmar de Troya en 2018. Hay un proceso abierto ahora

- STELLA BENOT

La fusión de dos municipios de Badajoz a los que apenas separaba una calle ha sido noticia nacional. Los alcaldes de Don Benito y Villanueva de la Serena plantearon a sus vecinos un referéndum para unir sus fuerzas y convertirs­e en la tercera ciudad de Extremadur­a por volumen de población. Con 64.000 habitantes están por detrás de Badajoz y Cáceres y superan a la capital de la comunidad autónoma (Mérida) después de que los vecinos dieran su aprobación no sin cierta polémica. El objetivo es claro: tener acceso a mayores subvencion­es, poder competir por los fondos europeos y, por lo tanto ofrecer mejores servicios públicos. Es un proceso largo y burocrátic­o que no terminará hasta 2031 pero que ya se ha iniciado sin retorno.

Sin embargo, este planteamie­nto es completame­nte insólito en el municipali­smo andaluz donde nunca en la historia de la Democracia se han fusionado dos ayuntamien­tos. Todo lo contrario, desde 1982 se han segregado términos municipale­s y hay 27 nuevos pueblos en la comunidad autónoma hasta un total de 785 en la actualidad.

Esta es también la tónica en España donde sólo se han fusionado cuatro municipios gallegos a principios de los 2000 pero la mayoría de las modificaci­ones en las lindes municipale­s han sido para crear nuevos pueblos.

La Junta de Andalucía, administra­ción competente, no tiene ahora ningún otro expediente de segregació­n abierto aunque todavía está pendiente de resolución el de la localidad onubense de Tharsis. Esta Entidad Local Autónoma pidió la segregació­n del municipio matriz de Alosno y fue aprobada por el Consejo de Gobierno en 2018. Había acuerdo entre el municipio matriz, Alosno, y la entidad que quería segregarse pero una asociación de vecinos de la localidad, denominada «Asociación por Alosno» presentó un recurso ante el TSJA pidiendo la nulidad del proceso. El Alto Tribunal le dio la razón y el contencios­o ha llegado hasta el Supremo ya que Tharsis ha recurrido y se está a la espera de que finalice el procedimie­nto, lo que supondrá más de un año. El caso de estos municipios onubenses es paradigmát­ico ya que la segregació­n generó diversas manifestac­iones de los vecinos a favor y en contra y generó un clima de tensión en la localidad y la ELA de Tharsis.

Un caso de éxito

El primer municipio que se creó por segregació­n fue El Ejido en Almería que se separó de Dalías en el año 1982. La jugada salió bien porque ahora El Ejido es la tercera ciudad en importanci­a en la provincia de Almería y cuenta, según el censo oficial del INE, con 84.005 habitantes. Dalías, sin embargo, se ha quedado en 4.031 vecinos.

La provincia donde más municipios nuevos se han creado ha sido Granada que es también la que tiene mayor número de pueblos de toda la

Tharsis quiere separarse de Alosno, en Huelva, pero un grupo de vecinos recurrió y el proceso está en el Tribunal Supremo

comunidad autónoma. Entre los años 1993 y 2018 se crearon ocho nuevos municipios con una curiosidad: dos de ellos se desgajaron de la localidad de Arenas del Rey, Játar y Fornes. Aquí las circunstan­cias han sido diferentes porque el pueblo matriz, Arenas del Rey, tiene un censo de 1.178 habitantes, mientras que Játar registra 599 vecinos y Fornes 555 habitantes.

En el otro extremo está Huelva que sólo tiene un municipio nuevo, La Zarza-Perrunal cuya matriz fue Alosno, el mismo municipio del que se quiere desgajar Tharsis. En este caso el peso poblaciona­l es diferente ya que Alosno roza los cuatro mil habitantes (3.942 según el INE) mientras que Tharsis tiene 1.480 vecinos censados.

Un caso excepciona­l

La normativa para crear nuevos municipios en Andalucía establece un procedimie­nto garantista y complejo que lleva años de tramitació­n aunque todo el plazo depende de la voluntad del ayuntamien­to matriz y del acuerdo de los que se quieren segregar. Y establece claramente que tiene un carácter «excepciona­l». Un dato llamativo. No hay que cumplir ningún requisito mínimo de población para crear un pueblo nuevo.

La ley prevé diversas formas para cambiar los términos municipale­s: segregació­n, fusión, agregación e incorporac­ión, si bien en Andalucía sólo se ha utilizado el primer supuesto.

Los territorio­s quieren su autonomía y la capacidad para gestionar sus recursos y tomar decisiones sobre su futuro.

Hay que tener en cuenta varias cuestiones que son relevantes. Sólo se pueden separar núcleos de población ya asentados y necesitan de la conformida­d expresa, acordada por mayoría absoluta, del ayuntamien­to matriz. Además, deben cumplir varios requisitos demostrand­o «interés público», que el territorio del nuevo municipio cuente con unas caracterís­ticas que singularic­en su propia identidad sobre la base de razones históricas, sociales, económicas, laborales, geográfica­s y urbanístic­as; y que entre los núcleos principale­s de población del municipio matriz y del territorio que pretende la segregació­n exista una notable dificultad de acceso caracteriz­ada por la distancia, orografía adversa, duración del trayecto en vehículo automotor, carencia de servicio público de transporte de viajeros u otras de similar naturaleza.

La Línea

Si hay un municipio con especiales circunstan­cias en Andalucía es La Línea de la Concepción. O eso es lo que piensa su alcalde, Juan Franco, quien ha iniciado los trámites para pedir que su pueblo obtenga la calificaci­ón de Ciudad Autónoma. En julio de 2021, el Pleno del Ayuntamien­to aprobó iniciar los trámites para ser declarado Ciudad Autónoma, un estatus como el que tienen Ceuta y Melilla. Para ello, deberá realizar una consulta a sus vecinos previa autorizaci­ón del Congreso y del Senado, en un proceso que está en trámite.

El alcalde linense busca así impulsar la economía de su ciudad que tiene unas caracterís­ticas especiales ya que, con 50.000 habitantes, unos 11.000 cruzan todos los días la verja para trabajar en Gibraltar. El Brexit y la pandemia han castigado a un territorio que tiene, además, un 41% de paro y muy pocas empresas asentadas. Con la declaració­n como Ciudad Autónoma tendrían acceso a un régimen fiscal especial con el que podrían competir con Gibraltar a la hora de captar empresas.

Este estatus supondría una segregació­n de la comunidad autónoma andaluza, con la provincia de Cádiz y con la mancomunid­ad de municipios del Campo de Gibraltar.

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