ABC (Andalucía)

«En España había 14.000 ucranianos irregulare­s»

- ANDREA MUÑOZ MADRID

La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) lleva desde 1994 operando sobre terreno ucraniano. Con los últimos acontecimi­entos ha declarado el nivel de emergencia 3 en el país invadido por Rusia, el máximo del que dispone el organismo. Sophie Muller lleva más de veinte años dedicada al ámbito de los derechos humanos y desde 2019 es la representa­nte de Acnur en España.

—¿Cómo está gestionand­o Acnur la riada de refugiados por la guerra en Ucrania?

—Nosotros somos el actor de la ONU dedicado al apoyo a las autoridade­s de los países a los que llegan las personas desplazada­s por la guerra, respondemo­s con ayuda humanitari­a. Con esta crisis hemos reforzado los equipos, ahora son 130 compañeros los que están allí, cuando antes eran cien.

—¿Cómo era la situación en Ucrania antes de que estallara el conflicto?

—Ya era compleja por las consecuenc­ias que trajo la crisis de Crimea en 2014. Pese a ello, ya se había logrado un nivel de seguridad estable en el territorio y nuestro enfoque era el de buscar soluciones. Estábamos en el momento de aprovechar esa estabilida­d, aunque siempre con cautela, para que los afectados pudieran retomar la normalidad en sus vidas.

—¿Cuánto dinero han recaudado mediante donaciones?

—El Comité Español de Acnur –o España con Acnur– es la ONG española encargada de la captación de fondos. Por el momento, no hay una cifra exacta de las recaudacio­nes, pero ya se han superado los 7,5 millones de euros.

—¿Se imaginó vivir una guerra de esta magnitud en pleno siglo XXI?

—No, este conflicto ya ha generado el número más grande de desplazado­s forzosos en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. En un mes, más de 3,9 millones de refugiados han huido de Ucrania, entre 10 y 12 millones están atrapados en el país y la cifra de desplazado­s internos asciende ya a 6,5 millones de personas.

—¿Cree que la invasión rusa de Ucrania está dejando de lado a otros refugiados?

—La atención que genera la situación puede ocasionar un desenfoque hacia otras. El resultado es una desestabil­ización a los países que están en situacione­s complejas, como el Congo o Yemen. Además, se pueden incrementa­r las tensiones nacionales, debilitar los gobiernos y generar situacione­s de conflicto o lucha interna, como discrimina­ción o persecució­n.

—¿Cómo actúan ante esto?

—Desde Acnur hacemos un llamamient­o a todos los actores, donantes y participan­tes que trabajan en beneficio de los refugiados para que no se olviden de las otras crisis, porque pondría en peligro la estabilida­d internacio­nal. Pedimos atender esta nueva crisis, que nos supera por su amplitud, gravedad e intensidad, sin que aumenten las preexisten­tes.

—¿Cómo está respondien­do España ante la crisis de los refugiados?

—Por encima de la protección temporal que ha activado la Unión Europea, España ha decidido ampliar el ámbito personal de esta directiva, incluyendo a las personas de terceras nacionalid­ades que estaban legalmente en Ucrania y que no podían acudir a la protección de su país de origen. Además, se han agilizado los procedimie­ntos de concesión de protección temporal, incluyendo a las personas ucranianas que ya residían en España, 120.000 –de las que 14.000 estaban en situación irregular–.

—¿A qué peligros se exponen los refugiados?

—Es una población sumamente vulnerable, el 90% de las personas que salen de Ucrania son mujeres solas con niños y hombres mayores. Se enfrentan a situacione­s de explotació­n y redes de trata. Su salud mental es muy crítica por el ‘shock’ que han vivido, muchos han dejado sus casas o a parte de su familia para huir a otros países.

—¿Piensa que se está dejando de lado a algún colectivo?

—El de las personas con discapacid­ad, tanto menores como adultos, que se encuentran todavía en Ucrania.

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// J. R. LADRA Muller, en su despacho

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