Detenido a tiros un maltratador que intentó acuchillar a los agentes
Reincidente, había intentado entrar en la casa de su expareja en Rincón de la Victoria
Los vecinos del paseo marítimo de Rincón de la Victoria tenían ayer aún el miedo metido en el cuerpo. Con incredulidad mostraban la sangre impresa en un banco desde la noche anterior, recordaban los charcos en la acera, el lugar donde cayeron los cuchillos, los gritos, las voces, las carreras y los disparos de la Guardia Civil para detener a un hombre la noche de antes. «Mi hijo se creía que eran fuegos artificiales, pero lo que sonaba eran los disparos», señala José Carlos, cuyo coche tiene un agujero de bala en el portón trasero.
Sobre las 21.30 horas del lunes Emergencias recibió una llamada telefónica. Se alertaba de que había un individuo intentando entrar en el domicilio de su expareja. El hombre tenía antecedentes policiales por violencia de género. Y una orden de alejamiento que le impedía acercarse a su exmujer. Hasta el lugar se destacaron varias patrullas de la Guardia Civil y de la Policía Local.
La Benemérita llegó a las inmediaciones del domicilio. Dos agentes subieron, se entrevistaron con la mujer y el resto se puso a buscar al sujeto,
pero el detenido había emprendido su huida. Fue cuando una pareja de agentes se topó con el supuesto maltratador, que se mostraba muy agresivo y amenazante. «Iba a por los guardias civiles, quería matarlos», afirma Salvador Domínguez. La refriega entre los agentes y el detenido fue en la puerta de su casa.
Los agentes le insistieron en que depusiera su actitud, pero el hombre hacía caso omiso y desatendía las indicaciones.
«Sacó un cuchillo grande y luego sacó otro para intentar abalanzarse sobre los agentes. Quería matarlos», rememora Ana Belén Herrera,
otra vecina, que recuerda las dimensiones de los cuchillos con los que comenzó a amenazar a los guardias civiles.
Los testigos cuentan cómo trató de pinchar primero a una agente de la Guardia Civil, que mientras se retiraba, huyendo de las posibles cuchilladas, disparó a las piernas. Tres balas fueron las que le impactaron en las piernas del agresor. Aun así, no paró. Siguió agresivo. «Empezaron a pegar tiros, pero seguía yendo a por ellos. No sé si era la adrenalina o que iba puesto de algo», relata Herrera, que vive en los pisos justo al lado del paseo marítimo.
Intentó matarse
Al no conseguir llevar a cabo sus propósitos de lesionar a los dos agentes, los testigos aseguran que les dijo a los guardias civiles, que ya habían recibido refuerzos, que se mataba. «Primero se cortó el abdomen y luego intentó el cuello, pero un guardia civil le pegó con la porra extensible», asegura Herrera, que indica el lugar donde quedaron tiradas las dos armas blancas.
De este modo, el agresor comenzó a caminar hacia un banco. Allí se quedó sentado, mientras era reducido por los agentes. Ante las heridas, se requirió la presencia de los servicios sanitarios. «Estaba todo lleno de sangre. Han estado limpiando, pero había charcos y el banco sigue manchado, porque está impregnado».
El detenido fue trasladado hasta el Hospital Regional de Málaga para recibir atención sanitaria. Allí ingresó grave. «Los guardias estaban muy asustados. Cuando todo pasó, uno de ellos tenía un ataque de ansiedad. Han pasado mucho miedo. Los han querido matar», concluye Ana Belén Herrera.
«Iba a matarlos», relatan testigos presenciales. El sujeto recibió tres disparos en las piernas pero siguió atacando a los guardias