«La corrección política aburre; la vida muerde»
El intérprete protagoniza ‘Caballero Luna’, la nueva y ambiciosa serie de Marvel que estrena hoy Disney+
«No veo películas y series para escapar de la realidad sino para sentir que no estoy solo»
James Bond perdido en el antiguo Egipto; una de superhéroes que olvida quiénes son los buenos y los malos. Así es ‘Caballero Luna’, la nueva serie de Marvel sobre un personaje con distintas personalidades encarnado por un actor que es pura fusión, mitad guatemalteco, mitad cubano, igual que su castellano, repleto de guiños a la «madre patria». Como la serie, Oscar Isaac combina calidad y ligereza, seriedad y humor, el cóctel perfecto entre Indiana Jones y el profesor chiflado. Lo de menos, o no, es el traje. «Es mejor sacrificar la comodidad para verte poderoso», bromea.
—Es la segunda vez que trabaja para Marvel. ¿Qué le convenció para volver al género, en esta ocasión como héroe y no como villano?
—El personaje de Steven Grant. Empecé a crearlo antes de decidir que lo iba a hacer. Cuando hablé con Kevin Feige y con el director sentí que había una oportunidad de hacer algo único, un estudio de personaje...
—...con trastorno de identidad disociativo.
—Entrar en ese mundo y en ese mente... Cómo sería tener ese trastorno, las dificultades de las personas que la padecen y cómo surge para sobrevivir, de traumas, de abusos. Es un tema muy interesante.
—En ‘X-Men: Apocalipsis’ tenía relación con Egipto, como aquí. Este año, Bardem recibió críticas por hacer de cubano sin serlo. ¿Estas polémicas desvirtúan su profesión?
—Sí, exacto. Para mí ser actor es crear cosas. Lo que yo tengo de especial no es representación tanto como imaginación. La gente encuentra cualquier razón para criticar o dejar de ver algo, pero para mí lo interesante es ver a un actor crear a alguien o entrar en un mundo que no tiene nada que ver con su biografía.
—‘Caballero Luna’ se burla de la corrección política. ¿El humor complaciente infantiliza al público?
—Sí. La corrección política es aburrida porque la vida muerde, tiene dientes; es difícil, es complicada. El arte y el entretenimiento tienen que tener algo que se siente como real, que es como la vida. No es fácil, no todo es blanco y negro. Las cosas que yo hago tienen que tener un poco de «edge» (filo). —El género funciona, en parte, porque el ser humano cree en la ciencia, en la tecnología, en el progreso. Es una de las claves del imperio de Marvel. ¿Cree que la guerra de Ucrania hará que se pierda la fe en la humanidad y se deje de confiar en los superhéroes? —Puede ser, pero lo más interesante y único de esta historia es que usamos los símbolos y el lenguaje de mitología, de superhéroes, para hablar de una experiencia interna. Cuando empecé a investigar este trastorno disociativo, el lenguaje que se usa es el de los sueños, de símbolos. Por eso tenía sentido usar este género para hablar de esas cosas.
—Es más compleja que otras de Marvel. ¿Sirve igualmente de escapismo?
—Es necesario el entretenimiento, al fin y al cabo. Pero yo no veo películas y series para escaparme de la realidad; las veo para sentir que no estoy solo. Eso es lo más profundo de esta historia, que los que necesitan escapar de un trauma y un abuso pueden ver hasta una de superhéroes de Marvel y sentir que se ven ellos mismos.
—Con ‘Caballero Luna’ repite en la ciencia ficción, como ya hiciera en ‘Star Wars’, en ‘Ex Machina’...
—Es un género en el que existe libertad para hablar de cosas muy complicadas, pero con un lenguaje diferente. A veces hay más libertad para hablar en estos géneros.
—En Spiderman el poder conlleva una responsabilidad; aquí parece más una carga.
—Una cosa es ser superhéroe, pero el superpoder es la integración. En esta serie, ser un superhéroe es una maldición. Khonsu [el dios egipcio al que ‘obedece’] representa el trauma, es la voz de la adicción. La voz que te dice que no sos bueno. Que tenés mucha pena. La conciencia, sí, pero la mala conciencia. Algo que se debe reconocer en uno mismo y poder integrar en tu personalidad.