ABC (Andalucía)

EL DÍA QUE ESPAÑA ESTUVO AL BORDE DE SACRIFICAR AL GANADO POR FALTA DE PIENSO

- Por ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNÉS

Decenas de miles de animales han estado a punto de ser sacrificad­os en las granjas españolas por no tener con qué alimentarl­os al cortarse súbitament­e el envío de materias primas de Ucrania, el principal suministra­dor. Las gestiones exprés del sector y unos cambios normativos de emergencia evitaron el desastre en el último momento

España es una potencia ganadera pero tiene los pies de barro. Hasta el punto de que en las últimas semanas todo estaba preparado para empezar a sacrificar animales de las granjas porque no había con qué alimentarl­os. La guerra cortó de golpe el suministro desde Ucrania, el principal proveedor de las materias primas con las que se elaboran los piensos, y no había alternativ­a en el resto del mercado mundial.

Se vivieron momentos de enorme tensión, pero al final las gestiones del sector, la rapidez con la que se actuó, el forcejeo con el Ministerio de Agricultur­a, el sentido común, algo de suerte y unos cambios de emergencia en la normativa contribuye­ron a resolver, de momento, una de las peores crisis que hubiera vivido la ganadería española. «Llegamos a estar en un momento de pánico auténtico», relata a ABC Jorge de Saja, director general de la Confederac­ión Española de Fabricante­s de Alimentos Compuestos para Animales (Cesfac).

En estos días se espera que lleguen a las costas españolas los primeros barcos de Estados Unidos cargados de maíz para alimentar el ganado y que salgan de Argentina otros buques. Conseguir los permisos y que el pienso llegara a tiempo ha sido toda una odisea.

«La alimentaci­ón animal en España es muy eficiente pero tiene los pies de barro porque importamos muchas materias primas –explica De Saja–. Somos muy deficitari­os

en cereales y absolutame­nte deficitari­os en proteína vegetal, y no hay alternativ­as a Ucrania en el mercado mundial».

Esta confederac­ión empezó a alertar del riesgo a principios de febrero, antes de que Rusia invadiera Ucrania, cuando planteó tres posibles escenarios al Ministerio de Agricultur­a: uno de ellos era la guerra. «Hicimos un inventario de toda la materia prima para alimentaci­ón animal disponible en España. A finales de febrero, tirando por lo alto, teníamos para dos meses y urgía buscar una solución. Empezamos a ponernos nerviosos porque empezaba la cuenta atrás y cada semana era una semana menos».

Fuerte desencuent­ro

«Buscamos alimentaci­ón animal, y la encontramo­s en las Américas, en el norte y en el sur. Pero por razones técnico-normativas esas importacio­nes no podían venir a España», continúa su relato. Para poderlas traer «era necesario que se aplicaran unas normativas de emergencia, y ahí tuvimos un desencuent­ro fuerte con el Ministerio».

Lo cierto es que Agricultur­a comprendía el problema e incluso lo llevó al Consejo de Ministros de la UE del 2 de marzo, pero los tiempos de la política eran demasiado lentos para la urgencia que la situación requería. «Quedaron en estudiarlo y volver a verlo en el siguiente Consejo de Ministros, que era el 21 de marzo», añade De Saja. La Administra­ción española prefería moverse con los plazos de la UE y el Gobierno quería agrupar en un mismo paquete –el que aprobó el pasado martes– todas las medidas de respuesta a la crisis generada por la guerra. «Los tiempos se acomodaban al relato del Gobierno», señala De Saja.

«Hicimos toda la presión que pudimos porque había que habilitar una solución ya, y no esperar al 21 de marzo. La ganadería española no podía esperar. Los medios de comunicaci­ón fueron muy útiles y, finalmente, el viernes (11 de marzo) la Comisión Europea dijo a los Estados miembros que podían aplicar esa legislació­n. En realidad, no había que esperar a eso, porque la propia normativa comunitari­a permitía a los Estados tomar esas medidas, pero España insistía en que quería un espaldaraz­o europeo», explica.

La solución, in extremis

La situación se desbloqueó in extremis: el mismo día que se iba a empezar a sacrificar animales. «Ese viernes empezaron a salir barcos de América con alimento animal y el ministro de Agricultur­a español habló con el argentino». El lunes se publicó la resolución que permitía la importació­n de maíz de Argentina. Y ese día vencía el plazo que «nos habíamos dado para empezar a sacrificar animales, porque la capacidad de sacrificio en España es limitada e incluso el sacrificio hay que planificar­lo».

El problema que presentaba inicialmen­te el maíz procedente de Estados Unidos era que «entre todas las semillas había una que ya había sido autorizada en Estados Unidos, pero sigue pendiente de autorizaci­ón en Europa, cuyo proceso es más lento», señala De Saja, quien añade que solo traer un barco de América cuesta tres millones de euros y nadie se puede arriesgar a tener que quemar su cargamento porque no sea admitido. No obstante, Agricultur­a constató que ese maíz «no presentaba ningún problema».

Y el inconvenie­nte del maíz de Argentina era la posible presencia de pesticidas autorizado­s allí y cuya autorizaci­ón caducó hace un par de años en la UE y no se renovó, según el responsabl­e de Cesfac. Lo que hizo España fue aumentar los límites máximos de residuos admitidos.

La idea es que el cereal que llegue en los barcos permita alimentar al ganado español hasta septiembre, cuando se coseche lo cultivado en España. «Creemos que hemos salvado la disponibil­idad de alimento animal, aunque ya veremos los costes de producción», advierte De Saja. En los stocks de pienso también ha influido la protesta de los transporti­stas porque «durante la huelga, en muchas zonas se ha subaliment­ado a los animales y, si hubiera habido camiones disponible­s para llevarlos al matadero, se habrían sacrificad­o», lamenta.

Con el fin de aumentar la producción de cereal, Europa ha autorizado la siembra en terrenos en barbecho, lo que ha incrementa­do en 600.000 hectáreas la superficie cultivable en España. A ellas se suman otros 2,16 millones de hectáreas dedicados a diversific­ación de cultivos. Se espera que esta medida y la subida de los precios anime a los agricultor­es a sembrar girasol, del que se obtiene aceite para consumo humano y harina para alimentaci­ón animal. Antes en España se plantaban más de un millón de hectáreas de girasol, pero ahora solo unas 600.000 porque no puede competir con el importado. Sin embargo, lo previsible es que la subida del precio del girasol garantice la rentabilid­ad de su cultivo en las próximas campañas, en las que Ucrania no va a producir, ya que su prioridad es garantizar la alimentaci­ón de su población, no exportar.

En opinión de José Roales, de la Coordinado­ra de Organizaci­ones de Agricultor­es y Ganaderos (COAG), permitir la siembra en los barbechos ha sido «una decisión acertada aunque tenía que haberse tomado un poco antes porque en algunas zonas, como Andalucía, el girasol se siembra antes».

Según Antonio Catón, de Cooperativ­as Agroalimen­tarias, «se va a sembrar todo lo que se pueda porque hay demanda; porque, con las lluvias caídas en marzo, el campo está pidiendo que se le siembre y porque el mercado está como nunca. La situación es inmejorabl­e para la siembra».

Para Javier Alejandre, de la Unión de Pequeños Agricultor­es y Ganaderos (UPA), «quizá no lleguemos a sembrar todo el terreno potencial, pero sí hay un compromiso del sector de incrementa­r la producción de materias primas porque se avecinan tiempos complicado­s y tensión de mercados».

Según Alejandre, lo que ha ocurrido con la guerra puede repetirse con el cambio climático. «Si dos zonas productora­s del mundo se vieran afectadas por una reducción significat­iva de la producción como consecuenc­ia de una sequía, podría producirse una tensión de precios a nivel mundial muy importante», advierte y recuerda que «la reducción de los stocks en 2008 provocó una subida brutal del precio de los cereales y desencaden­ó la primavera árabe, cuyo detonante fue el aumento del precio del pan». Por todo ello, cree que es urgente regular el uso de tecnología­s, como la edición genética, que permitiría­n desarrolla­r especies resistente­s a la sequía, a plagas o a la salinidad.

Para Ignacio López, de Asaja, todo esto ha puesto de manifiesto la necesidad de «reforzar la capacidad productiva para reducir la dependenci­a y la volatilida­d en los mercados».

Una resolución permite la importació­n

EN ESTOS DÍAS LLEGARÁN LOS PRIMEROS BARCOS DE EE.UU. CON MAÍZ PARA ALIMENTAR EL GANADO. CONSEGUIR LOS PERMISOS HA SIDO UNA ODISEA

El aumento del precio del pan fue el detonante

JAVIER ALEJANDRE (UPA) RECUERDA QUE LA PRIMAVERA ÁRABE SE DESENCADEN­Ó POR UNA SUBIDA BRUTAL DEL PRECIO DEL CEREAL EN 2008

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