Contra la volatilidad
No se explica por qué un club tan sofisticado como la UE no tiene forma de mitigar los ‘shocks’ energéticos
LA Unión Europea carece de mecanismos de mitigación de la volatilidad de los precios del petróleo ni de ninguna otra materia prima relacionada con la producción de energía. Cuesta entender el porqué. Una zona que presume de su buena regulación y de su sofisticación a la hora de intervenir en los mercados exhibe aquí una carencia lamentable. Los gobiernos creían que los elementos de coste y los impuestos que tenían a su disposición para incidir en el precio de la energía serían suficientes, pero no ha sido así como se ha podido comprobar reiteradamente
Los mecanismos de mitigación se han diseñado básicamente para defenderse de la volatilidad del petróleo, pero no habría problemas para usarlos con el gas. No son mecanismos de subsidio, aunque a veces puedan recurrir puntualmente a ellos. Lo que hacen es reducir la volatilidad, es decir, hacer más graduales las subidas o bajadas bruscas de los precios absorbiendo los ‘shocks’ puntuales.
En 2012, el Banco Mundial publicó su informe ‘Mitigating Vulnerability to High and Volatile Oil Prices’, en el que resumía lo aprendido en la primera década del siglo XXI: «La última década ha sido testigo de un aumento sin precedentes en los precios mundiales del petróleo y en la volatilidad de los mismos… Después de alcanzar un máximo de 145 dólares por barril en julio de 2008, el precio al contado del West Texas cayó bruscamente y tocó fondo en unos 30 dólares por barril a finales de año».
Estos mecanismos están pensados para compartir el riesgo entre consumidores, empresas y gobiernos. Se trata de instrumentos de gestión de riesgos diseñados expresamente para repartir los ‘shocks’ en plazos más largos. Las dos categorías principales de instrumentos de gestión del riesgo de precio son físicos y financieros. Los primeros incluyen la fijación estratégica de precios y la creación de calendarios de compras y ventas físicas, todo tipo de contratos y subastas. Los instrumentos financieros incluyen futuros y opciones negociadas en los mercados, opciones y ‘swaps’ extrabursátiles, bonos vinculados a materias primas, etc.
España tenía un mecanismo de este tipo –la subasta a tres meses–, pero el Gobierno denunció en 2013 que estaba siendo manipulada por las empresas. En vez de perfeccionar el mecanismo, se eliminó.
El viernes pasado, Lawrence Summers, profesor de Harvard y ex asesor de Obama, le dijo al presidente Biden que deje de hablar de los impuestos que quiere poner a los beneficios caídos del cielo (‘windfall profits’) y que «es una buena idea» emplear la reserva estratégica de petróleo para inducir una bajada de su precio. Summers propuso que el Gobierno venda toda la reserva y recompre el petróleo más barato usando contratos de futuro. Lo que está sugiriendo es un mecanismo de mitigación de volatilidades combinado con un eventual beneficio fiscal. Aquí de momento, seguimos peleándonos por los beneficios caídos del cielo. jmuller@abc.es