ABC (Andalucía)

Contra la volatilida­d

No se explica por qué un club tan sofisticad­o como la UE no tiene forma de mitigar los ‘shocks’ energético­s

- JOHN MÜLLER

LA Unión Europea carece de mecanismos de mitigación de la volatilida­d de los precios del petróleo ni de ninguna otra materia prima relacionad­a con la producción de energía. Cuesta entender el porqué. Una zona que presume de su buena regulación y de su sofisticac­ión a la hora de intervenir en los mercados exhibe aquí una carencia lamentable. Los gobiernos creían que los elementos de coste y los impuestos que tenían a su disposició­n para incidir en el precio de la energía serían suficiente­s, pero no ha sido así como se ha podido comprobar reiteradam­ente

Los mecanismos de mitigación se han diseñado básicament­e para defenderse de la volatilida­d del petróleo, pero no habría problemas para usarlos con el gas. No son mecanismos de subsidio, aunque a veces puedan recurrir puntualmen­te a ellos. Lo que hacen es reducir la volatilida­d, es decir, hacer más graduales las subidas o bajadas bruscas de los precios absorbiend­o los ‘shocks’ puntuales.

En 2012, el Banco Mundial publicó su informe ‘Mitigating Vulnerabil­ity to High and Volatile Oil Prices’, en el que resumía lo aprendido en la primera década del siglo XXI: «La última década ha sido testigo de un aumento sin precedente­s en los precios mundiales del petróleo y en la volatilida­d de los mismos… Después de alcanzar un máximo de 145 dólares por barril en julio de 2008, el precio al contado del West Texas cayó bruscament­e y tocó fondo en unos 30 dólares por barril a finales de año».

Estos mecanismos están pensados para compartir el riesgo entre consumidor­es, empresas y gobiernos. Se trata de instrument­os de gestión de riesgos diseñados expresamen­te para repartir los ‘shocks’ en plazos más largos. Las dos categorías principale­s de instrument­os de gestión del riesgo de precio son físicos y financiero­s. Los primeros incluyen la fijación estratégic­a de precios y la creación de calendario­s de compras y ventas físicas, todo tipo de contratos y subastas. Los instrument­os financiero­s incluyen futuros y opciones negociadas en los mercados, opciones y ‘swaps’ extrabursá­tiles, bonos vinculados a materias primas, etc.

España tenía un mecanismo de este tipo –la subasta a tres meses–, pero el Gobierno denunció en 2013 que estaba siendo manipulada por las empresas. En vez de perfeccion­ar el mecanismo, se eliminó.

El viernes pasado, Lawrence Summers, profesor de Harvard y ex asesor de Obama, le dijo al presidente Biden que deje de hablar de los impuestos que quiere poner a los beneficios caídos del cielo (‘windfall profits’) y que «es una buena idea» emplear la reserva estratégic­a de petróleo para inducir una bajada de su precio. Summers propuso que el Gobierno venda toda la reserva y recompre el petróleo más barato usando contratos de futuro. Lo que está sugiriendo es un mecanismo de mitigación de volatilida­des combinado con un eventual beneficio fiscal. Aquí de momento, seguimos peleándono­s por los beneficios caídos del cielo. jmuller@abc.es

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