El Papa se verá con el patriarca de Moscú y dice que hará «todo» para frenar la guerra
«Pido a Europa que trate a los refugiados del Mediterráneo como a los ucranianos»
El Papa Francisco regresa a Roma «muy contento» del viaje de algo más de 36 horas a la isla de Malta, «aunque ha sido demasiado breve», lamentó durante un encuentro de 20 minutos con periodistas a bordo del avión papal. Francisco confirma que estudia la posibilidad de viajar a Kiev. Con lenguaje pontificio aclaró que «no hay un no preventivo a la propuesta, pero no sé si se hará, ni si es conveniente, si se podrá hacer o si debo hacerla». «Estoy dispuesto a hacer todo lo que se pueda hacer», subrayó.
«No he hablado con Putin»
Sí que confirma los planes para encontrarse con el líder de la Iglesia ortodoxa rusa y una de las personas más escuchadas por el presidente ruso Vladímir Putin, el patriarca Kirill de Moscú.
«Desde hace tiempo se piensa un encuentro con él. Estamos trabajando, se estudia una posible reunión en Oriente Medio», aseguró. El obispo de Roma afirma que no ha mantenido conversaciones con Vladímir Putin desde que comenzó la invasión e interrogado sobre qué le diría asegura que «lo que digo a las autoridades en privado es lo mismo que digo en público, no tengo un doble discurso». Según Francisco, la diplomacia de la Santa Sede «está haciendo de todo» para detener el conflicto en Ucrania. «Estamos al límite, no se puede dar a conocer todo lo que hacen en la Secretaría de Estado por prudencia y reserva», reveló.
Un periodista le habló del rastro de ejecuciones sumarias en las calles de Bucha, al paso del ejército ruso. «No lo sabía, gracias por habérmelo dicho. La guerra es una crueldad, es algo inhumano».
Una de las protagonistas del viaje a Malta ha sido la salud del Papa, por los dolores en la rodilla derecha que le impide pasar demasiado tiempo de pie, subir escaleras o caminar trayectos largos. Ayer, durante la misa, debió transcurrir parte del rito sentado. «Pero estoy muy contento del viaje», insistió.
Aseguró que el momento que más le ha impresionado ha sido el encuentro con refugiados con el que cerró su viaje a Malta. «Allí he escuchado cosas terribles, el sufrimiento para llegar, los campos de concentración en la costa líbica… Es criminal cuando les mandan de regreso a Libia», lamentó. «Pido a Europa que, igual que está abriendo las puertas a quienes llaman de Ucrania, que la abra a quienes llegan del Mediterráneo», sugirió.
Francisco estuvo muy cerca de Hal Far, el principal centro de acogida del país, con una capacidad para recibir unas mil personas. Allí entran en un limbo burocrático y duermen en prefabricados de latón hasta que se resuelve su solicitud de asilo.