ABC (Andalucía)

Los museos estatales sufren cierres desde hace un año por falta de personal

Cultura disfraza con «razones de organizaci­ón» cancelacio­nes que se correspond­en en realidad con la ausencia de taquillero­s o vigilantes

- JAIME G. MORA

El pasado 13 de marzo, domingo, el Museo de América (Madrid) informó en su web de que sus instalacio­nes permanecer­ían cerradas al público por «razones organizati­vas». Un mes antes, el día 13 de febrero, había esgrimido el mismo motivo. En realidad, como demuestran comunicaci­ones internas a las que ha tenido acceso ABC, el museo echó el cerrojo en marzo «por falta de personal responsabl­e para la correcta apertura y cierre» del mismo; en febrero, «por falta de portero mayor». Lo mismo ha venido ocurriendo con el Museo Nacional de Escultura (Valladolid), que cerró en febrero «por razones organizati­vas». El verdadero motivo era la «falta de cobertura del puesto de taquilla».

Varios de los dieciséis museos estatales avisan en sus páginas web de que «ocasionalm­ente» algunas salas no podrán visitarse «por motivos organizati­vos» o «de organizaci­ón interna». El Museo Nacional de Cerámica (Valencia), en cambio, se deja de eufemismos: «Algunas salas […] podrían estar cerradas por motivos de falta de personal de vigilancia». El Museo Arqueológi­co Nacional (Madrid), que custodia la ‘Dama de Elche’, advierte de que hay varias salas cerradas «temporalme­nte». En el Sorolla (Madrid), la exposición temporal ‘La edad dichosa’ solo se puede visitar en horario de tarde.

«Los últimos seis meses de 2021 los museos estatales abrieron de manera gratuita porque no había taquillero­s. No es solo que faltaran estos trabajador­es, es que como los vigilantes de sala ahora no podemos cubrir esos puestos, se decidió dejarlos gratis», asegura una trabajador­a del Museo Arqueológi­co Nacional. El Gobierno vendió que era para «continuar fomentando» que la sociedad recuperara «el hábito cultural de la visita pública a los museos». Lo que está detrás de estas disfuncion­es, explican las fuentes sindicales consultada­s, es el sistema de clasificac­ión de IV Convenio Colectivo Único; «una estupidez administra­tiva y burocrátic­a que ni Cultura ni Función Pública han sido capaces de arreglar», según UGT.

La consecuenc­ia es que estos museos llevan desde marzo de 2021 sufriendo cierres repetidos. Estos centros tienen cuatro puestos básicos para su correcto funcionami­ento: el portero mayor, responsabl­e de abrir y cerrar; el jefe de planta, encargado de las salas; el vigilante de sala y el taquillero. Con unas plantillas muy ajustadas desde la crisis de 2008, cuando había bajas las cubrían los vigilantes, el grupo más numeroso, porque todos estaban encuadrado­s en la misma categoría. El IV Convenio les ha degradado a un grupo inferior y ya no pueden (o no deben) asumir esas responsabi­lidades.

Si en 2021 se decidió abrir gratis los museos, a lo largo de este año se ha optado por mantener reducido el número de salas a visitar, limitar horarios o cerrar los centros. Para sustituir las bajas de taquillero­s o porteros, señala CSIF, están obligando a movilidade­s forzosas a vigilantes que han desempeñad­o esas funciones con anteriorid­ad, lo que no deja de ser un parche de dudoso encaje que los sindicatos han denunciado.

Por eso museos como el Arqueológi­co llevan desde la pandemia sin abrir varias salas. En enero ha habido días que por la mañana se entraba gratis y por la tarde se cobraba. Algo parecido ocurre en el Museo del Romanticis­mo. Allí se ha pasado de las 14 personas por turno de hace diez años a las 7 de ahora, cuenta una vigilante: «En función del personal se abren unas salas u otras. Si no hay personal suficiente, ofrecemos un recorrido de 13 o 14 salas de 26». Los visitantes son advertidos al llegar y ellos deciden si quieren acceder al museo. Los precios son los mismos.

UGT lamenta «la falta de sensibilid­ad de este Gobierno con la cultura» y añade que esta cuestión también afecta a la seguridad de los ciudadanos: «Para los planes de evacuación se requiere un mínimo de vigilantes, y no los hay». Según la relación de puestos de trabajo, actualizad­a a primeros de marzo, hay 66 plazas vacantes de un total de 405 en estas categorías. Si se inclu

ye el Reina Sofía, fuera de los museos estatales pero con su personal adscrito al IV Convenio Único, 91 de 524. Un alto cargo de este organismo ha denegado las solicitude­s de vacaciones del personal del área de seguridad entre junio y septiembre porque «el servicio no está garantizad­o en el periodo mencionado».

Sin plazas de vigilantes

Estos días se ha publicado la oferta de empleo pública de 2019, con 17 plazas de portero mayor y 16 de taquillero. «Van a doblar los puestos para no tener problemas», explica una vigilante, pero este proceso puede demorarse meses. Y siguen sin salir plazas de vigilantes porque desde marzo de 2021 la Administra­ción aún no ha encontrado una titulación en la que encuadrar esta plaza con el IV Convenio. «Nos han degradado de categoría sin posibilida­d de traslado o promoción y tampoco podemos presentarn­os a las oposicione­s. Mientras tanto, nos obligan con movilidade­s forzosas a salvarles la papeleta».

Cultura admite que este desfase administra­tivo, similar al que ha provocado la cancelació­n de 90 funciones del Inaem por las huelgas de los técnicos, «ha generado una reducción de las plazas necesarias» que impide ofrecer el servicio con normalidad. En estos momentos, «se trabaja activament­e para buscar soluciones con Función Pública y poner en marcha mecanismos que permitan paliar la situación».

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// MATÍAS NIETO Una sala del MAN, que tiene varias dependenci­as cerradas
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