El amigo de los amigos de Trump
Víktor Vekselberg, nacido en Ucrania, es fundador y presidente de la junta directiva del Grupo Renova, un holding que agrupa varios fondos de inversiones con intereses en la industria energética rusa. La revista Forbes calcula la fortuna de este empresario, de 61 años, en unos 13.000 millones de dólares, lo que lo coloca como el noveno hombre más rico de Rusia. Pero más allá de su fortuna, lo que hace de Vekselberg un tipo de enorme interés son sus privilegiadas relaciones con el presidente ruso, Vladímir Putin, pero también con Michael Cohen, abogado del expresidente Donald Trump.
A Trump se le acusó de haber recibido fondos rusos para pagar parte de su campaña presidencia.En concreto, según se supo en 2018, Cohen habría sido beneficiario de medio millón de dólares que recibió de una sociedad vinculada directamente a Víktor Vekselberg. Que el pago se produjera justo después de la elección presidencial y que Vekselberg forme parte de la lista de sancionados por su intromisión en el proceso electoral son datos muy relevantes.
Los investigadores descubrieron que Cohen creó Essential Consultants LLC, una firma tapadera con la que realizó numerosas transacciones, de hasta 4,4 millones de dólares en poco más de un año, tanto para pagar como para recibir dinero. Entre ellas, el pago de 500.000 dólares de Vekselberg al exabogado de Trump, cuya consecuencia fue la inclusión del oligarca ruso en la lista de sancionados por intromisión en el proceso electoral estadounidense. El rastro del dinero ingresado por Essential Consultants partía de la sociedad neoyorquina Columbus Nova, gestionada por Andrew Intrater, primo de Vekselberg, el mayor inversor de la firma. Intrater hizo dos donaciones a la campaña electoral de Trump, que sumaron casi 300.000 dólares.
No es el único vínculo con Trump. En 2016, en plena elección presidencial, Vekselberg coincidió con Putin y con Michael Flynn en una cena en Moscú en la que hubo una gran cordialidad entre ellos. El primer Asesor de Seguridad Nacional de Trump, que apenas duró tres semanas en el cargo al tener que renunciar por sus contactos con los rusos, mantenía una estrecha relación también con el oligarca.