Una juez suspendió las visitas del asesino de su hijo y otro acordó custodia compartida
El padre de Sueca fue condenado en agosto por maltrato, pero siguió viendo al niño
Una juez de Sueca (Valencia) suspendió el pasado agosto el régimen de visitas de José Antonio A. C., de 47 años, a su hijo Jordi –al que mató a puñaladas el domingo– y otorgó la custodia y la patria potestad a la madre. Lo hizo después de que María Dolores, la progenitora de 40 años, denunciara a su exmarido por malos tratos y este fuera condenado a 40 días de trabajos en beneficio de la comunidad y se le impusiera una orden de alejamiento de ella de ocho meses, que sigue activa.
¿Por qué si se había suspendido ese régimen de visitas el niño estaba pasando el fin de semana con su padre? En apariencia por una falta de coordinación judicial, según apunta la información facilitada por el TSJ de la Comunidad Valenciana.
La pareja presentó una demanda de divorcio de mutuo acuerdo en el Juzgado número 5 de Sueca en julio del año pasado en el que establecen la custodia compartida del niño, de diez años. Al mes siguiente otro juzgado, el número 4, con competencias en violencia de género, cambia ese régimen de custodia y suspende las visitas en una sentencia de conformidad de las partes y, por tanto, firme.
Sin embargo, en septiembre la ya expareja ratifica en el primer juzgado el convenio regulador de julio (el de la custodia compartida) y se dicta sentencia. Ninguno informó al juez de que había un procedimiento penal por malos tratos y otra sentencia que eliminaba las visitas, según la explicación del TSJ. Este segundo juez acordó un fallo sin conocer el procedimiento penal abierto. No saltó ninguna alerta que hubiera evitado la resolución. La falta de coordinación judicial parece evidente, pero además la madre decidió que el pequeño pudiera seguir viendo a su padre sin imaginar el peligro que corría.
«Voy a amargarte la vida»
El domingo, solo unas horas después de que Jordi cumpliera once años, su padre le clavó un cuchillo en el cuello y lo apuñaló en otras zonas del cuerpo. Este nuevo caso de violencia vicaria, a través de la que el agresor pretende hacer el mayor daño posible a su expareja a través de sus hijos, vuelve
Mata a su exmujer en un pueblo de Cuenca y hiere al novio de ella tras saltarse la orden de alejamiento revisada el jueves pasado
a poner el foco en un problema que sigue sin resolverse y que el año pasado surgió con toda su crudeza en el doble crimen de Anna y Olivia, arrojadas al mar por su padre en Canarias.
Según relataron algunas personas del entorno de la familia de Sueca, el presunto asesino de su hijo llegó a expresarle a su exmujer que «le iba a amargar la vida». Incluso la abuela del menor y madre del parricida alertó a los agentes de la Policía Local minutos después de las dos de la tarde de que su hijo estaba «loco» e iba «a matar» a su nieto.
Los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local, avisados por María Dolores, acudieron al domicilio de su exmarido donde encontraron al cuerpo sin vida del niño. Tanto la madre como la abuela del menor sufrieron ataques de ansiedad, por lo que fueron evacuadas al Hospital de Alzira.
Marta, una de las primas de la madre, aseguró a Europa Press tras el parricidio que la familia era «consciente» de que el padre era un maltratador: «Siempre lo habíamos sospechado, sobre todo psicológicamente, pero nunca piensas que va a ser capaz de hacer algo así». Según ella, la madre está «destrozada» y se siente «culpable». Añadió que el hombre «nunca» había mostrado actitudes violentas hacia el niño: «Dentro del monstruo que era nunca le había gritado. Con el niño es con el único con el que se comportaba como una persona un poco normal». Sin embargo, explicó que no dejaba de acosar a su expareja y se había saltado antes la orden de alejamiento.
Valoración de riesgo bajo
Igual que hizo la madrugada del domingo al lunes otro maltratador: Carlos B. R., que apuñaló a su expareja Victoria Cristina A.S. hasta la muerte en Nohales (Cuenca), al novio de ella –al que causó varias heridas graves por arma blanca– y luego se autolesionó cuando iba a ser detenido por una patrulla de la Guardia Civil. Tuvo que ser operado de urgencia. El individuo tenía vigente una orden de alejamiento de su expareja y madre de sus dos hijos de 14 y ocho años. El pasado jueves la UFAM de la comisaría de Cuenca había realizado una valoración de riesgo de la víctima apreciando un riesgo bajo, según fuentes del caso.