Un execonomista del Banco Mundial presidirá Costa Rica
El polémico Rodrigo Chaves tiene varias acusaciones por acoso sexual
La democracia más sólida de Centroamérica dio el pasado domingo un viraje sorpresivo. Costa Rica eligió como presidente a un controvertido economista que mantiene un discurso en el que ha prometido acabar con «las viejas prácticas» de la política tradicional. Rodrigo Chaves se convirtió ese día en el nuevo presidente costarricense con el 52,85% de los votos en una segunda vuelta contra José María Figueres, el reflejo más palpable de esa tradición de la que Chaves reniega.
A la luz de su postulación resurgieron las denuncias de funcionarias del Banco Mundial, institución en la que Chaves trabajaba antes de ser amonestado por conductas de acoso sexual contra sus colegas. Por estas publicaciones, el futuro presidente ha tildado de «canallas» y «mentirosos» a la prensa que cuestiona su pasado.
Sin embargo, se mostró más comedido tras su victoria. «Esta misma noche guardemos la banderas partidarias que fácilmente nos pueden dividir y nos confrontan, que nos unamos todos bajo el azul, blanco y rojo de la bandera tricolor que nos enorgullece», dijo el presidente electo. También felicitó a su contrincante, José María Figueres Olsen, del partido Liberación Nacional, por su «hidalguía». Chaves pidió que trabajaran juntos para hacer lo que Figueres llamó como «el milagro costarricense». «Somos una de las mejores democracias del mundo», agregó.
Por su parte, Figueres aceptó su derrota y dijo que le deseaba lo mejor a su contrincante en un breve discurso concedido a sus seguidores.
El país que recibe
Costa Rica es la excepción a todo en Centroamérica, una región caracterizada por albergar a gobernantes autoritarios como Daniel Ortega en Nicaragua. Y muy cerca de allí, el triste ejemplo de la dictadura castrista en Cuba o la de Maduro en Venezuela. El país es considerado como la democracia centroamericana más sólida, y la del mejor avance social desde el nacimiento de las repúblicas, en el siglo XIX. No obstante, el ‘pura vida’ del que tanto se enorgullecen los costarricenses se ha visto en problemas debido a la crisis económica provocada por la pandemia y una crisis fiscal que ha puesto en aprietos las finanzas del Estado. A pesar de los avances en materia de derechos realizados por el expresidente Carlos Alvarado, del Partido Acción Ciudadana (PAC), su gestión termina con un severo desgaste provocado por la incapacidad de gestionar las cuentas y algunos escándalos de corrupción protagonizados por sus funcionarios.
Chaves deberá lidiar con algunas grietas en la sólida institucionalidad de Costa Rica, así como recuperar el modelo de bienestar que durante años ha sido la marca insignia de los costarricenses. Una tarea nada fácil, frente al desencanto que mostró la sociedad en esta última elección. Ambas vueltas electorales tuvieron un abstencionismo de más del 40%, cifra histórica y nunca antes vista en la larga tradición política del país.
Los conocimientos en economía — la profesión original de Chaves— jugarán un papel primordial para recuperar la afectada situación de Costa Rica. En los últimos años la situación de pobreza ha empeorado, provocando que el 23% de la población atraviese el umbral. Sin duda, ese será su mayor reto.