Moisés Naím: «Los intelectuales deben luchar contra las guerras identitarias»
‘La revancha de los poderosos’ (Debate) retoma la reflexión sobre la democracia
Hace ya casi diez años, Moisés Naím diagnosticó el fin del poder tal y como lo conocíamos: se había hecho más fácil de obtener, más difícil de usar y más fácil de perder. Los tropiezos de las democracias occidentales confirmaron aquella hipótesis. Una década después, Naím examina el ascenso de una derivada perversa de esos mecanismos que describe en ‘La revancha de los poderosos’, un ensayo publicado por Debate y que ha traído a España a una de las figuras clave del pensamiento político y social en América Latina y Estados Unidos, también en Europa.
Director del Banco Mundial en la década de los noventa y responsable de ‘Foreign Policy’ entre 1996 y 2010, además de científico y estudioso de la realidad económica, política y social global, Naím hace una lectura de conjunto sobre las amenazas a la democracia: «‘El fin del poder’ fue un estudio de las fuerzas que intentan debilitarlo. ‘La revancha de los poderosos’, en cambio, analiza el choque de dos fuerzas: las que socavan el poder y las que lo concentran. Ambas operan de manera simultánea».
En 2013, el 49% de la humanidad vivía en regímenes autocráticos. Hoy la cifra alcanza el 70%. «De las 195 naciones en el mundo, 34 son democracias y solo 15 países calificaban en un proceso de democratización», el número más bajo desde 1978, asegura. «Hay
una recesión democrática y dentro de ese proceso, una guerra cultural, que forma parte de las distracciones. Claro que la desigualdad es importante, y el cambio climático, pero nos impide ver la manera sigilosa en la que unos pretenden cargarse la democracia desde dentro», explica.
Para Moisés Naím, este proceso de acoso a las democracias es un fenómeno global que incluye las tres ‘p’: populismo, polarización y posverdad. «Cosas que pensábamos transitorias se han vuelto permanentes y las que pensábamos permanentes se han vuelto transitorias. Por ejemplo, el trabajo remoto. Nunca nadie pensó que una decisión motivada por la pandemia nos conduciría a sistemas híbridos semipresenciales. Al mismo tiempo, cosas que pensábamos permanentes y sólidas como la democracia de EE.UU., hoy en día están siendo debatidas».
Batallas culturales
«Es una época de oro para los analistas que son capaces de ponerle espejos a la gente para que puedan mirar desde otro ángulo», diagnostica Naím ante el rol que deben jugar los debates de ideas y quienes los propician. «Los intelectuales deben luchar hoy día contra dos tentaciones: el excepcionalismo, es decir, escribir sobre lo que ocurre en sus países como si fuese un fenómeno único, sin hacer el esfuerzo comparativo, y la segunda tentación, la guerra identitaria».
A juicio de Moisés Naím, la llamada guerra cultural «es la lucha política convertida en lucha de identidades», un territorio donde se ventilan y discuten los principales debates tanto de la representación simbólica del poder como de su uso. «No todo es el género, el color de la piel o las preferencias sexuales. ¿Cómo gobiernas un país desgarrado en una colcha de individualidades?».