ABC (Andalucía)

«La Quinta del Buitre fue un fenómeno fan, como los Beatles»

Capitán en la Séptima y la Octava, y miembro de una hornada que marcó un antes y un después: «Jugábamos bien al fútbol sin acudir a la heroica»

- RUBÉN CAÑIZARES

Manolo Sanchís Exfutbolis­ta del Real Madrid

El pasado 22 de febrero, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, entregó el Premio Internacio­nal del Deporte a La Quinta del Buitre, una de las mejores generacion­es de la historia del Madrid, y del fútbol español y europeo. Ahí estaban todos, entre ellos Manolo Sanchís, el cuarto jugador con más títulos en el club blanco (21) –por ejemplo, dos Champions, la Séptima y la Octava, que él mismo levantó–, solo por detrás de Gento y Marcelo (23), y Sergio Ramos (22).

—Ayuso los ha puesto de nuevo en el foco en los últimos dos meses.

—Cuatro de los cinco miembros de La Quinta somos de Madrid y uno de La Palma del Condado (Huelva), pero vino a los 13 años a Madrid. Somos niños de Madrid, criados en Madrid, de la cantera del Madrid. Así que imagínese la ilusión que nos hizo que la Comunidad se acordara de nosotros. Estuvo muy bien organizado y sentimos mucho cariño.

—¿Qué legado dejó la Quinta?

—Cuando intentamos analizar lo que ocurrió en aquella época en la sociedad, vemos un movimiento que se cristalizó con la entrada del PSOE por primera vez en el Gobierno, y todo el tema cultural, social y musical de La Movida. A nosotros nos tocó en el fútbol. Nuestro concepto de fútbol cambió el concepto tradiciona­l que había, más vinculado a la furia. Algo que parecía que no era posible, jugar bien al fútbol sin acudir a la heroica, se empezó a considerar normal dentro del fútbol español. Ese fue nuestro legado sobre el verde.

—La Quinta fue más que fútbol.

—El Bernabéu se llenaba para ver al Castilla en el que jugábamos nosotros. Siendo niños del filial ocupamos primeras páginas y portadas de periódicos deportivos, y nos reconocían en los restaurant­es, donde la gente se levantaba para hacerse una foto y charlar con nosotros. La Quinta fue también un fenómeno fan, como los Beatles. Recuerdo que pasear al Buitre por Madrid era como pasear a Julio Iglesias o Camilo Sesto.

—¿Hoy la fama es más nociva?

—Hay que ser justos. El entorno que tiene hoy un futbolista no es el que teníamos en nuestra época. Cuando yo llegué al primer equipo, el saludo con la prensa era individual y diario. Tenían acceso directo al terreno de juego. Era una sociedad y un entorno del futbolista que te permitía ser normal. Hoy en día hay dos cuestiones que condiciona­n mucho el comportami­ento de los chavales. El móvil es una de ellas. En cualquier momento de tu vida privada alguien puede grabarte y exponer esas imágenes hacia todo el mundo, y una situación privada se convierte en pública. Y segundo, las redes sociales. Tienen tanto de comunicaci­ón como de peligro. Los chavales futbolista­s de hoy lo tienen complicado para ser normales. La propia realidad te cierra y te hace ver agresiones donde las hay potencialm­ente, pero no tiene por qué haberlas. Nosotros salíamos en Madrid con 19-20 años y éramos más cercanos porque no creías que detrás de cada saludo podía haber una mala intención. Y hoy, si eres un futbolista famoso y ves a una persona con el móvil un poco enfocado hacia ti, dices, «¿me estará grabando?». Es un tema muy complicado.

—Ustedes no ganaron la Copa de Europa y la Holanda de Cruyff tampoco ganó un Mundial. ¿Las dos mayores injusticia­s de la historia del fútbol?

—Claro que fue injusto. Fíjate, cuando yo era niño, mi equipo favorito era aquella selección holandesa, y perdió dos finales de Mundial con Argentina y Alemania. Rensenbrin­k, Krol, Cruyff, Rep... Eran todos jugadores brutales y no lo ganaron. Para la Quinta de Buitre hubiese sido el broche de oro, por lo que nuestra generación significó tanto dentro como fuera del campo.

—20 de mayo de 1998 o 24 de mayo de 2014, ¿cuál es el día más importante de la historia del Madrid?

—Los datos objetivos no justifican que sea el 24 de mayo de 2014. ¿Qué tuvo de especial la Décima? Sobre todo el desenlace del partido y el rival. El partido se enconó con el 1-0 y llegó el minuto 93, pero nos habíamos merecido ese gol mucho antes. En la prórroga, lo normal es lo que pasó porque el Atlético estaba destrozado. Fue la Décima sí, pero se había ganado la Séptima, Octava y Novena hace poquito. Había un sentimient­o de cercanía con la Champions. Ahora bien, vamos a la Séptima. 32 temporadas, 32 vestuarios, 32 generacion­es de jugadores, 32 generacion­es de aficionado­s... Ese día se pone a cero de verdad el reloj del Madrid en la Champions y el reloj del Madrid en su historia. El Madrid nunca había estado tanto tiempo sin ganar la Champions y espero que nunca vuelva a suceder. No hay debate. Entiendo lo impactante del gol del Ramos, pero la Séptima no tiene comparació­n. Es el título más importante de la historia del Madrid, no la Décima.

—¿Qué parte de la remontada ante el PSG le recordó a las suyas?

—Coincidía con nosotros en que se había hecho lo suficiente­mente mal antes como para necesitar una machada en el segundo partido. En este caso se venía de un resultado no tan duro como eran los nuestros, porque un 1-0 en contra con las normas de hoy en día no es tan duro, pero se le complica mucho más con el 0-1 del Bernabéu. Ahí sí que entra la heroica, y eso levanta el fervor del campo. El partido, sin duda, entra en la leyenda de las remontadas.

—Chelsea-Madrid. ¿Cómo lo ve?

—Este año el Madrid en su mejor versión es mejor equipo que la mejor versión que se pudo enfrentar al Chelsea el año pasado. Sigue habiendo para mí un problema. La forma de jugar del Chelsea no nos viene bien. Por cómo defiende

❝ Chelsea «Su forma de jugar no nos viene bien. Pero la mejor versión del Madrid puede ganarle a cualquiera»

Bale «Su personaje no me gusta, que alguien tan talentoso mande esa imagen de que me da igual todo; no está siendo honrado»

y ataca puede hacerle daño al Madrid, pero si ese Chelsea se encuentra la mejor versión del Madrid, con los centrocamp­istas con aire suficiente para jugar en condicione­s, con Benzema y Vinicius en buen estado y con ese nivel de Courtois, somos capaces de ganar al Chelsea. La mejor versión del Madrid le puede ganar a cualquiera, pero hay otros equipos que, en una versión no tan alta, pueden optar al título más que el Madrid. El Madrid necesita su mejor versión para ganar la Champions.

—¿Es Hazard recuperabl­e?

—Con Hazard tengo el deseo de que llegue a triunfar en el Madrid. El chico creo que pone todo de su parte y está teniendo mala suerte con las lesiones. Me apetecería ver su mejor versión, pero la realidad es que no ha sido así.

—El que ya no es recuperabl­e es Bale.

—El personaje de Bale a mí no me gusta. No me gusta que alguien tan talentoso esté mandando a la sociedad esa imagen de que me da igual todo. Te ven chavales que te quieren imitar y tienes una responsabi­lidad por ser quien eres y por el club al que representa­s. Cuando juega, juega muy bien al fútbol, pero Bale no está siendo honrado con el Madrid. En algunos momentos tendría que haber tenido un poquito más de respeto al club, a la camiseta y a la historia. El mensaje que envía Bale a los jóvenes no me gusta.

—¿El Madrid necesita a Mbappé, a Haaland, o a los dos?

—Hay dos cualidades en un jugador que son las que más dinero cuestan porque son las que más te hacen ganar partidos y las que más gustan a un especta

dor: el gol y el desborde. ¿Qué conseguirí­a el Madrid con Haaland? Gol. Y eso tiene un valor incalculab­le porque esta clase de jugador te da títulos. Yo tuve uno así, como fue Hugo Sánchez, que le lanzabas una caja de zapatos y metía gol. Muchos partidos que se te atascan te los solucionan este tipo de jugadores. Para mí el fichaje de Haaland es prioritari­o. Si hubiese que discernir entre uno y otro, yo me iría más a por Haaland que a por Mbappé. Ahora bien, por supuesto que fichaba a Mbappé, porque Mbappé posiblemen­te no tenga la capacidad goleadora que Haaland, pero como jugador es brutal. Encara y se va, y eso es muy valioso. Si el Madrid es capaz de fichar a los dos, ¡uf!, da un golpe en la mesa.

—¿Mbappé frenaría a Vinicius?

—Le da competenci­a a Vinicius y de eso sale beneficiad­o el equipo. Si en la plantilla tengo a Mbappé, Vinicius y Benzema voy a intentar que jueguen los tres para que tanto potencial no se quede en el banquillo. Vinicius tiene que seguir por el camino que va, que no pierda el norte y que evolucione como jugador, porque si es así no habrá entrenador que se atreva a quitarlo.

—Asensio acaba contrato en 2023.

—Como club, la primera decisión a tomar es si Asensio en su versión buena es interesant­e para la plantilla. Para mí, sí. El jugador tuvo una lesión gravísima y después de eso volver a encontrar tu juego a veces cuesta, pero lo está empezando a encontrar. Yo no me desharía de Asensio ni de coña. Es un chaval que tiene un don para el gol y es muy válido. Luego está la versión jugador que a lo mejor cree que no tiene todos los minutos que se merece, que comparte titularida­d con Rodrygo y eso le perjudica de cara la selección. A lo mejor tiene sus razones para irse, eso no lo valoro, pero como club yo no lo permitiría.

—Hay bastante casos recientes que demuestran que irse del Madrid suele salir más mal que bien. Ozil, Di María, Morata, Cristiano, Ramos, Varane... ¿Hace mucho frío fuera del Madrid?

—Fuera del Madrid hace infinito frío. Hay una perspectiv­a que en un momento dado el jugador pierde. Y es ‘yo soy futbolista del Madrid, estoy en una buena etapa de mi carrera y puedo llegar a pensar que nada de lo que está ocurriendo es gracias a estar en el Real Madrid’. Ahí te puedes llegar a equivocar. El Madrid, por las plantillas que suele formar, más por la filosofía de club, te hace mejor. Cuando sales de aquí, el balón que te llegaba ya no te llega, el contraataq­ue ya no va tan rápido, el compañero que hacía la filigrana y tu centro lo remataba ya no lo remata, y donde antes te llamaban la atención porque te salías de tiesto, ahora te dejan hacer lo que te da la gana. Hay un apego bidireccio­nal entre jugador y club. El club por supuesto se ha beneficiad­o, por ejemplo, de un jugador excelso como Cristiano durante nueve años, pero ese jugador nunca había sido tan importante y nunca lo ha sido después, y eso no es casualidad. Los grandes lo son por talento personal y por el entorno. El entorno del Madrid ha hecho siempre mejores a todos los jugadores que hemos jugado ahí.

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