El Atlético se repite en Mánchester
Siguiendo paso a paso, por cábala, la liturgia previa al triunfo ante el United, Simeone vuelve a Inglaterra, una plaza que afea su fútbol agrio y ya ha conquistado
Mánchester y su cielo metálico reciben al Atlético con esa expresión tan usual en Inglaterra, «Sunny british spring». Soleada primavera inglesa que se muestra como de costumbre en las islas británicas. Lluvia, paraguas y prendas de abrigo que lo mismo sirvan para los meses primaverales que para el corto verano sin rastro de sol. Llueve en la coqueta y nueva ciudad deportiva del Manchester City, pegada al estadio Etihad, que los dueños del club construyeron poco después de comprar la entidad en 2008. Un mundo azul celeste que conecta con el puntilloso protocolo que se exige en las islas para cualquier trámite. Una aplicación para las ruedas de prensa, un enlace para certificar la presencia, un ir y venir de saludos solemnes vía correo electrónico para decretar que todo está en orden... Y gracias para el visitante que se ha pospuesto o aplazado hasta nueva orden el formulario de localización o el pasaporte Covid. Llega la plantilla del Atlético a Inglaterra sin ninguna de estas inquietudes y lo recibe el candidato a ganar la Champions. Eliminado el PSG, no quedan más jeques en competición. Es el Manchester City formato Guardiola aspirante a todo (21 h, Movistar +). Pero al Atlético le sienta bien Inglaterra.
Tipo de costumbres y manías consistentes, supersticioso al máximo, Simeone repite hotel en Mánchester (céntrico y equidistante de Old Trafford y el Etihad), misma hora de vuelo y de entrenamiento, mismo futbolista a su lado en rueda de prensa (Marcos Llorente), por aquello de continuar la secuencia que comenzó hace dos semanas ante el United, el gol de Renan Lodi y la eliminación de los de Cristiano. Una conquista más en Inglaterra que enlaza con las de Liverpool (apeado el teórico mejor equipo de Europa en la Champions 2020, último partido antes del pandemia); el Arsenal en las semifinales de la Europa League 2018, pasaporte a la final que ganó el club rojiblanco en Lyon; o el Chelsea en las semifinales de la Champions 2014 para llegar a la final de Lisboa.
Son terrenos que el Atlético ha pisado con sufrimiento y que han tenido patrones más o menos comunes en los recintos británicos: un rival que arrolla en la causa atacante, una defensa agónica de los rojiblancos y algún héroe coyuntural que anota algún gol de rescate (Lodi, Marcos Llorente, Griezmann...). Salvo la semifinal contra el Chelsea (goles de Adrián, Diego Costa y Arda Turan), el Atlético siempre ha vivido colgado del alambre en Inglaterra (fue aplastado por el Chelsea el año pasado).
Lo da su idiosincrasia cholista y un estilo no siempre simpático. Jurgen Klopp (Liverpool) y Ralf Rangnick (Manchester United) afearon el fútbol del Atlético por defensivo y poco creativo. No ha ocurrido lo mismo con Pep Guardiola en la previa al partido de cuartos. «¿Qué es jugar feo? El Atlético es un equipo más ofensivo de lo que dicen».
Frente al City se puede pronosticar sin demasiado riesgo que la posesión del balón no estará en discusión. El grupo inglés es una prolongación de Guardiola en el césped, largas circulaciones, pelota al pie, control del juego; y el Atlético de Madrid es lo contrario pese a contar en ataque con dos fenómenos como Joao Félix y Griezmann.
«No voy a decir nada de este estúpido debate», zanja Guardiola cuando se le pregunta por el cruce de estilos. «Son muy ofensivos, pero les gusta estar seguros, no correr riesgos», analiza. Luego, Simeone, aunque deja claro que el Atlético va a jugar como siempre, devuelve elogios al rival: «El City tiene mejores futbolistas que nosotros. Lo que más me gusta son los equipos que juegan bien. Es un gusto verlos jugar».
En todo caso, a ambos técnicos les une una anécdota, justo antes de que Simeone se hiciese cargo del Atlético, que lo desmiente. Fue a Barcelona a conocer el método de Guardiola, fútbol de toque y demás, y se volvió antes de lo previsto. «A mí esto no me gusta. No lo siento», le confesó entonces a su colega. Cuando la Champions los reunió, con Guardiola en el Bayern, pasó el Atlético del Cholo tras salir airoso, como otras veces en Inglaterra, de un asedio.