La digitalización y la inmediatez, claves para el futuro de la sanidad privada
Los expertos aseguran que una dicotomía entre la sanidad pública y la privada «no es viable»
Que el estallido de la pandemia del coronavirus cambió numerosos aspectos de la vida cotidiana no es un secreto y que zarandeó los cimientos de los ámbitos político, económico y social tampoco se le escapa a nadie. Pero, sin duda, el sector al que golpeó primero fue el sanitario, que, en primera línea de fuego, se vio obligado a reinventarse en un tiempo récord. Se trata de un tema que sigue de actualidad y que ha reunido a diferentes profesionales de la sanidad privada para compartir su experiencia, debatir acerca de la gestión de la crisis y, con la mirada puesta en el futuro, hablar sobre cuáles son los nuevos desafíos y planteamientos para seguir evolucionando.
José Antonio Méndez, director gerente de Hospital Fátima, cuenta que, frente al caos inicial desatado por la pandemia, «ha habido que estar adaptándose cada día a las circunstancias», ya que «el paciente Covid no es un paciente normal, es un área completa: hacerle una prueba diagnóstica a un positivo por coronavirus ya implica cerrar la sala, esterilizarla después, el área de hospitalización donde tiene que permanecer debe quedar aislada… tienes que poner un hospital casi de infecciosos con circuitos y ascensores separados; es mucho más complejo de lo que parece […] Es como un cubo de rubik, hay que estar cambiando constantemente, rediseñando el hospital». Amadeo Corbí, director gerente de Hospital Vithas de Sevilla, define aquella incesante reestructuración de los centros médicos como «un reto» y destaca la labor de los profesionales: «La palabra que se me viene a la cabeza es orgullo por nuestras plantillas, me faltan superlativos para definirlo porque fueron flexibles, hicieron funciones que no hacían habitualmente, se apoyaron entre compañeros, se sustituyeron, doblaron cuando fue necesario, cogieron vacaciones cuando se lo pedimos… desde mi punto de vista , su comportamiento ha sido impecable y muy profesional. De eso no te das cuenta en el día a día hasta que no pasa algo así. Cuando ocurre, dices: ‘Vaya equipo tenemos de gente comprometida y vocacional’». «Han dado una lección de profesionalidad. Hay que tener en cuenta además que en este sector hay mucha endogamia, muchos sanitarios casados con sanitarios, están al lado de la enfermedad, en diferentes hospitales, entonces lo han vivido muy de cerca», agrega Méndez.
TECNOLOGÍA Y DIGITALIZACIÓN
Además del capital humano, otro factor clave para batallar contra la pandemia han sido los avances tecnológicos. Pilar Serrano, directora gerente territorial de Grupo Hospitalario Quirónsalud en Andalucía, rememora: «Lo que más se ha necesitado por el Covid son respiradores y monitores. […] Todos hemos tenido que implementar nuestras habitaciones de UCI con una dotación de dos respiradores más, tres monitores más… cada uno dentro de sus posibilidades los ha adquirido». Por su parte, Méndez pone el acento sobre el uso de respiradores de alto flujo, que aportan «60 litros de oxígeno por minuto por minuto» (mientras que con una ventilación normal se logran cinco): «Es posiblemente la tecnología que más vidas ha salvado. El personal de mantenimiento de los hospitales pensaba que teníamos una fuga de oxígeno [...]. Las personas mayores aguantaban muy bien el tránsito sin necesidad de ingresar en UCI o de intubación, que realmente era una técnica
muy agresiva. Creo que la tasa de mortalidad en la privada ha sido bastante baja. Aunque también hemos tenido casos dramáticos, ha sido realmente muy satisfactorio». A lo que Corbí añade: «La necesidad te agudiza el ingenio y en Vithas, por ejemplo, trabajamos con el Colegio de Ingenieros de Madrid en las primeras fases de la pandemia y se diseñó un duplicador para los equipos de oxígeno, para que se pudieran conectar dos pacientes al mismo tiempo, se diseñó un respirador portátil de OxyVita que se ha estado exportando a países en desarrollo que necesitaban suministros clínicos, y se ha diseñado también un módulo de aislamiento portátil para los pacientes. Todas estas innovaciones han venido para quedarse, se están comercializando como soluciones porque, por desgracia, el aislamiento va a seguir siendo necesario y hay muchos países que no tienen las condiciones de la sanidad privada o pública de España». Otro de los aspectos que, coinciden los expertos, ha mejorado a toda velocidad a raíz de la emergencia sanitaria es la transformación digital, algo en lo que el sector «ha estado a la cola, comparado con otros ámbitos como la banca o la ingeniería», lamenta Serrano, que, continúa: «La mayoría de las consultas eran presenciales pero ahora con la pandemia todos los facultativos, que tenían ordenadores en su casa, han tenido la posibilidad de hacer telemedicina». Sin cambiar el hilo argumental, Corbí señala que «la ubicuidad de los profesionales va a ser cada vez más clara. Los trabajos de diagnóstico a distancia se complementarán con un par de jornadas presenciales al mes o de visitas, pero también con la robótica, que va a permitir a cirujanos intervenir desde otra ciudad en tiempo real: es el robot el que pone las manos en el paciente y el cirujano lo dirige». Gracias a ello se ha producido una agilización, fundamental para el sector privado, que ha reducido de manera muy significativa los tiempos de espera, en muchos casos, casi nulos, «un valor añadido» en opinión de Serrano. A ello, consciente de vivir en una sociedad hiperconectada en que la concepción del tiempo es diferente a la de hace apenas unas décadas, Corbí añade que «el factor tiempo es un bien escaso, cada vez más. Los chavales que están dirigiendo su empresa por el móvil mientras están en la sala de espera están nerviosos, porque su tiempo es tan valioso como el del médico». Apoyándose en las avanzadas tecnologías y en la digitalización, así como en el buen trato al paciente o en el cuidado de su experiencia global - entornos físicos, comida, estándares de climatización-; la sanidad privada pretende crear una oferta atractiva, en palabras de Méndez, «de calidad que el paciente quiera usar»: «Va justo al revés que en otros sectores, se crea una oferta y eso ya genera una demanda». Es por ello que, tal y como informa Serrano, «el sector privado ha crecido muchísimo en los últimos años: en España, el 30% del gasto sanitario es privado […] Las capitales con más componente privado en Andalucía son Sevilla (casi en el 29%), Málaga (31%) y Córdoba (26%). Ha sido un incremento muy fuerte, el más importante he vivido. Andalucía es, después de Cataluña y Madrid, la tercera comunidad autónoma con más porcentaje de aseguramiento privado».
RETENCIÓN DE TALENTOS
Sin embargo, el sector tiene aún desafíos por delante, como incentivar a los profesionales. Expone Serrano: «Hay un déficit de profesionales importante, no solo en España, sino en toda Europa. Tenemos primero que retener a los talentos, que no se nos vayan. La cantidad de jubilaciones [generación de los ‘baby boomers’] que vamos a tener en el año 2027 va a ser espectacular, se habla de que en 2030 vamos a tener un déficit de un 12% de médicos. Esta nueva generación de profesionales es diferente a la de antes: viven en una sociedad globalizada, son bilingües y tecnológicamente muy avanzados… lo mismo pueden trabajar aquí que en Canadá. Están altamente cotizados por la preparación que se les da en España, ya que tienen que obtener una nota de corte que alcanzan los privilegiados, sacan un sistema MIR, hacen las especialidades de cinco años...». Con ella coinciden tanto Méndez como Corbí; este último hace hincapié en otro aspecto fundamental de los profesionales más jóvenes: «En España, el que se saca las oposiciones al acabar la carrera no sale de ahí [del ámbito público], sin embargo, en el colectivo sanitario, esto ya está empezando a cambiar: [los profesionales] están un tiempo en la pública, otro en la privada y luego otro en la pública porque les ofrezcan una jefatura de servicio… y eso demuestra madurez profesional por parte de este colectivo», algo que también sirve para desmitificar la supuesta dicotomía entre la sanidad pública y la privada, que, afirman los expertos, «no es viable», ya que, asegura Serrano, «en nuestro país la sanidad pública es un valor que hay que preservar por encima de cualquier tema porque es el logro más importante que tiene la sociedad, tener un sistema público universal». Además, los tres expertos ensalzaron al médico de familia, una figura -dicen- infrafinanciada: «La atención primaria se ha devaluado muchísimo en la sanidad privada, habría que ponerla mucho más en valor y evitar ese acceso tan directo al especialista para patologías que son muy leves, un problema que atasca las especialidades [...] ahí es donde está nuestra espada de Damocles ahora mismo», asevera Méndez, sabedor de los retos futuros del sector.
AMADEO CORBÍ, Director gerente de Hospital Vithas de Sevilla «La relación ente el médico y el paciente ha evolucionado, la población ha cambiado, su formación, sus conocimientos…»
JOSÉ ANTONIO MÉNDEZ, Director gerente de Hospital Fátima «No hay organizaciones más complicadas que la sanitaria porque la cantidad de eslabones que tiene es infinita. Es un trabajo apasionante»
PILAR SERRANO, Directora gerente territorial de Grupo Hospitalario Quirónsalud en Andalucía «Nuestra estrategia se basa en tres pilares: la experiencia del paciente, poner el foco en los profesionales y la digitalización para mejorar nuestros procesos con mucha más agilidad»