Ironías sobre la nueva Historia
Aquí hemos vivido una Historia Fake de España que gracias a la ‘ley Celaá’ va a terminar
DESDE luego que no puede haber mejor elección del momento de nuestro pasado para empezar a estudiar la Historia de España según las enseñanzas mínimas del Bachillerato de la ‘ley Celaá’: las Cortes de Cádiz de 1812. ¡Viva la Pepa! Todo es un inmenso ‘viva la Pepa’. Nada anterior a 1812 existirá para los estudiantes según el nuevo plan de estudios, ‘curriculum’, que le llaman. Y tienen razón. Lo importante no es saber quién fue Fernando VII ni si usaba paletó, sino «el estatus jurídico de la mujer y su evolución de la antigüedad a nuestros días». La ‘antigüedad’ ha sido objeto de todas las manipulaciones, de modo que ya era hora de que se pusieran las cosas en su punto y se sacara a los futuros bachilleres de tan falsas creencias como se han venido manteniendo. Igual que hay ‘fake news’ y hay que luchar contra ellas y denunciarlas y desmentirlas: aquí hemos vivido una Historia Fake de España que gracias a la ‘ley Celaá’ va a terminar. Por ejemplo, el 2 de mayo de 1808 no hubo ningún levantamiento del pueblo de Madrid contra las tropas del fraterno pueblo francés. El año de 1808 es anterior a 1812 y, por tanto, no existe. ¿Los fusilamientos de La Moncloa, dice usted? Fueron un invento, tenidos por ciertos a raíz de un cuadro que se le ocurrió a Ferrer Dalmau, «el pintor de batallas», gran fabulador, que se inventó incluso derrotas como Trafalgar, y que ha pasado por ser obra de un tal Goya, que no existió nunca; era en el mejor de los casos el seudónimo con que firmaba sus pinturas negras un grafitero, pero no de esa época que ha de ser olvidada gracias a los planes de estudio de Historia en Bachillerato, sino de nuestros días.
¿Y Roma? ¿Cómo es eso de que España fue civilizada por Roma? Mucho hablar de Roma, pero la Historia hasta ahora no ha dicho nada de la Juventus ni del Inter de Milán, que habrá de ponerlo en los nuevos planes. Donde se van a deshacer muchas mentiras, como lo de Tarik y Muza, que no invadieron península ibérica ninguna, porque son un carrilero y un central de la selección de Marruecos, y no las leyendas falsas que les han levantado. ¿Colón? Colón es un detergente, y no descubrió nada; ese fue Edison con la bombilla. ¿España en América? Si todavía no existía la compañía Iberia, ¿cómo va a haber «españoles de ambos hemisferios»?
Y mucho hablar de la invasión árabe y de un personaje de ficción como Don Pelayo, que dicen que inició la Reconquista. Mentira. Si hubiera sido así, a Don Pelayo le hubieran dado ya el premio Princesa de Asturias. Como tampoco existió la batalla de las Navas de Tolosa, otro invento de Ferrer Dalmau, que no sabe ya qué pintar. Como la Alhambra, la Giralda o la Mezquita de Córdoba, que son decorados de películas que no desmontaron. ¿Y los Reyes Católicos? Ni hubo reyes, ni mucho menos católicos. Lo que hay que estudiar es el XIX, y ligerito, para llegar cuanto antes a 1931, que es cuando de verdad empieza la grandeza de España y no esas monsergas que cuentan los historiadores fachas sobre lo que ocurrió antes de 1812. ¡Y viva la Pepa de Puerto Real!