«La distancia, posición y velocidad» comprometieron la seguridad de los aparatos
A las 20:07:51 la torre de control de Sevilla seguía pidiendo explicaciones al piloto del helicóptero de Vigilancia Aduanera, porque parece que no se explica cómo se puede volar en esa zona, de noche, sin el TCAS:
—Torre de control: ¿Me puede informar qué tipo de contacto ha tenido con el otro tráfico para hacer el informe? —Piloto: Eh, visual. Por la parte izquierda lo hemos visto, a través de la ventana.
—Torre de control: Vale, ¿me confirma que usted nunca vuela, nunca lleva TCAS en el avión?
—Piloto: Sí, sí, tenemos TCAS pero lleva... Hace dos días que lo tenemos averiado, lo tenemos ahora mismo averiado...
Fuentes del sector aeronáutico aseguran que los equipos que llevaba a bordo el aparato son de última generación, por lo que hay que investigar por qué estaban fuera de servicio desde hacía dos días y la razón por la cual no se había reparado. Además, es extraño que el sistema de comunicaciones por radio también fallara.
En sus conclusiones, el informe de Enaire explica que en la zona donde se produjo el suceso «la responsabilidad de la separación de las aeronaves respecto del terreno recae directamente en los pilotos»; es decir, «no existe una separación reglamentariamente definida». Añade que los aparatos «continuaron acercándose hasta 0,2 NM (374 metros) sin conseguir su propia separación visual durante el vuelo».
«Sin embargo –añade– con independencia de a quién le corresponda la responsabilidad de esa separación, atendiendo a la definición del RCA (Reglamento de Circulación Aérea) este suceso se podría clasificar como Airprox (seguridad no garantizada) a que ha sido una situación en la que, en opinión de este Departamento de Seguridad, la distancia entre aeronaves, así como sus posiciones y velocidades relativas, han sido tales que han podido comprometer la seguridad de las aeronaves».