Ay, banderita
Raro es que Mohamed VI no se limpiara las sobras con el ‘Plus Ultra’
‘ Su Persona’ cenaba con Mohamed VI, el mundo se iba al garete, y nosotros nos enamorábamos. No, no era ‘Casablanca’ sino Rabat y nuestra bandera estaba ahí, al revés, como sin decir nada, contemplando en silencio cómo rompían el Ramadán y España se entregaba a Marruecos por la vía de volcarla, con Tariq de invitado de honor. Difícil que alguien que sabe tanto de España cayera en tal error diplomático. En todo caso es un símbolo. Piensen en una cena con México y el águila de la laguna al revés; toda la América cocalera se nos echaría encima, y con razón. El símbolo pesa incluso más que nuestra diarrea diplomática con la tierra mora, con «allá la tierra africana», que cantaba aquel pasodoble de ‘Las Corsarias’.
La foto no tiene desperdicio. Pedro Sánchez/Don Julián sonríe con esa sonrisa de los sonrientes (sic) que no saben muy bien qué hacer cuando te invitan al Palacio Real. Si ya en el de Madrid se perdía, imagínense al presidente en Rabat en mitad de un cuento de ‘Las mil y una noches’ entre pastelas y una cesta de huevos, que la imagen sitúa a la altura del ministro Albares, felicísimo en el convite. Todo fue algo así como una cena de familia –andaba el hijo del Monarca– con bandera bocabajo: como castigaban en Roma a los primeros cristianos.
El sanchismo, principalmente vacío con foto y doble y triple vuelta sobre un mismo asunto, nos tiene acostumbrado a estas cosas. Detalles que poca importancia tienen cuando de lo que se trata es de complacer al satrapilla de ahí abajo, muñidor taimado de lo que pasa en España, enemigo/amigo íntimo y empecinado en condenar a Algeciras frente a Tánger y docto en otras malas artes. Pero la cena siguió, claro, y no nos ha llegado si la cohorte de ‘bienpagados’ de uno y otro país se dio cuenta del ‘tirito’. Y no se rasguen las vestiduras, la cena fue puro tercermundismo. Por ambas partes.
La bandera al revés, y todo lo que ha venido antes, nos dice a las bravas que en España se ha puesto el sol. Raro es que Mohamed VI no se limpiara las sobras con el ‘Plus Ultra’ en esa medio barba que pasea.