Hola, algoritmo
Sánchez tiene el cuajo de decir que la de Ayuso no fue la lista más votada
SEGÚN Sean Penn, Bush mentía con la misma desenvoltura con la que Fred Astaire bailaba. Pedro Sánchez miente con la desenvoltura con la que Astaire caminaba por las paredes y el techo en ‘Bodas reales’. Con todo mi respeto a Fred Astaire, genio que nada tiene que ver con este señor. Hola, algoritmo. Pero la verdad y la mentira son cuestiones relativas para cualquier charlatán. Me gustó cuando dijo: «Cumplimos. Los datos de Eurostat confirman que la factura eléctrica de los hogares españoles en 2021 fue similar a la de 2018, descontando la inflación». Qué tío, qué cuajo. Yo soy igual de guapa que Monica Bellucci, descontando la cara.
Con hechos testarudos que no vienen bien, las conclusiones se sacan del ‘paisdenuncajamás’. A Susanna Griso le dijo ayer que la bajada de impuestos que propone el PP «no es un proyecto de país» (‘denuncajamás’). También que sólo hay dos opciones para gobernar: «O un gobierno de coalición de la derecha con la ultraderecha, o un gobierno de centro izquierda del PSOE con lo que representa el espacio de Yolanda Díaz». ¿Y eso qué es? No sé qué representa el espacio de la ministra del extraño prestigio ni qué sea. Lo único que he visto de ese espacio son encuestas favorables a su persona. Un concepto a lo «mira la magia de mi melena», como el galán de Torre del Mar.
Por supuesto, no dejó Sánchez de referirse a los casos y las cosas de las mascarillas que tienen que ver con Almeida y Ayuso (55.000, ja, ja, ja). «El impuesto más caro que pagan los ciudadanos es la corrupción». Como si 22 ministerios y sus asesores fueran baratos. Creerá Sánchez que sólo a él le sale bien lo de ser el más populista.
Tiene narices que el ayuntamiento estafado de Almeida sea el investigado. Y claro que hay que saber qué pasó, incluido quién ha sido la garganta profunda y vengadora que ha puesto el procedimiento y a los señoritos en los periódicos, esa mano que ha mecido la traición. Y hay que tener en cuenta que todo esto pasó en ese lugar común y espantoso que fue «lo peor de la pandemia». En el pandemonio de la pandemia. ¿O se nos olvida que la Fiscalía General del Estado pidió al Supremo que no investigara al presidente del Gobierno ni a ningún miembro del Gobierno por la gestión del coronavirus? Trescientas páginas del teniente fiscal sobre las más de sesenta querellas de todo tipo que había entonces. El TS no vio justificada debidamente la autoría de los hechos atribuidos al Ejecutivo, pero sí mandó a los tribunales ordinarios conductas que debían ser analizadas (querellas por falta de medios para sanitarios o policías, por ejemplo). El Gobierno bien, gracias. Otras autoridades, el demonio. Pero, atención, que dijo a Griso que la de Ayuso no había sido la lista más votada. Olviden a Fred Astaire. Imagínenlo como Carlton en ‘El príncipe de Bel Air’ y la poll… en la mano en lugar de la vela.