Medio millón de cazadores claman en Madrid contra el Gobierno Central
La caza y el mundo rural se manifestaron en Madrid el 20 de marzo en una movilización sin precedentes que llevó a más de 600.000 personas a protestar contra las continuas agresiones del Gobierno Central
Una marea naranja tiñó las calles de Madrid el pasado 20 de marzo para protestar contra las constantes agresiones a la caza y el mundo rural. Medio millón de cazadores, ataviados con los chalecos naranja de alta visibilidad que emplean en sus jornadas de caza, invadieron Madrid para convertirse en protagonistas de una movilización del mundo rural sin ningún precedente en las últimas décadas, que llevó a la capital a más de 600.000 manifestantes. La «marea naranja» de cazadores de toda España desbordó todas las previsiones convirtiendo la convocatoria de la Real Federación Española de Caza, junto a otras entidades del mundo rural, en una jornada histórica en la que se exigió al Gobierno de Pedro Sánchez respeto y libertad para el mundo rural, sus aprovechamientos y tradiciones. En este sentido, la Federación Andaluza de Caza, que movilizó a más de 20.000 cazadores en 350 autobuses, también vio como las previsiones se desbordaban superando los 60.000 andaluces que se unieron a los autobuses desplazándose en sus coches y en el transporte público para llevar a Madrid la voz de la caza andaluza. El anteproyecto de Ley de Bienestar Animal, redactado sin consenso ni interlocución alguna con el sector cinegético, la prohibición de caza de la tórtola ó el silvestrismo por parte de un Ministerio de Transición Ecológica que amenaza ya el aprovechamiento cinegético de otras especies emblemáticas como el zorzal o la perdiz, y el impulso desde el Ministerio de Agricultura de una tardía y estéril Estrategia Nacional de Gestión Cinegética que no soluciona los problemas del sector fueron algunas de las razones que llevaron a los cazadores a una movilización histórica en la que también se escucharon las demandas del mundo rural en las voces de agricultores, ganaderos, taurinos y demás sectores del campo español. El comienzo de la manifestación estaba previsto a las 11:00 horas en la Plaza Emperador Carlos V, frente al Ministerio de Agricultura, en Atocha. Sin embargo, desde varias horas antes del comienzo, la concentración de chalecos naranjas y el ruido en las inmediaciones de Atocha atisbaban ya el éxito de una convocatoria que hizo llegar a 1.500 autobuses con manifestantes llegados de toda España. A la hora de comenzar un recorriL: d5M LMGăE ®cEáU-Ee Mc áE 6áE-E LM San Juan de la Cruz, sede del Ministerio de Transición Ecológica, todo el Paseo de La Castellana se encontraba colapsado de manifestantes que, sin prácticamente poder avanzar debido a la muchedumbre, participaron en una movilización que en todo momento discurrió sin ningún inciLMcfM h Mc EbGUMcfM NMéfUg:Q ,EJă®J: y de absoluto respeto a la ciudad y a quienes se vieron sorprendidos por
la «marea naranja». «En Madrid demostramos que la caza no se toca, que no vamos a permitir al Gobierno Central, ni a ningún gobierno, más limitaciones y prohibiciones para acabar con una actividad que es fundamental para la conservación y el mundo rural» explica José María Mancheño, presidente de la Federación Andaluza de Caza, quien destaca el papel fundamental de la caza en la movilización: «una amplísima mayoría de los manifestantes eran cazadores sociales, cansados de que les impongan cómo tienen que vivir y que respondieron a la llamada de sus federaciones autonómicas de caza de manera incondicional y masiva». En esta línea, la Federación Andaluza de Caza expresó su agradecimiento a todos los cazadores federados andaluces que realizaron un «importantísimo esfuerzo» para luchar por sus derechos y libertades y los de todo el colectivo. «Tenemos el firme compromiso de trabajar para que la jornada histórica del 20-M impulse un movimiento que permita alcanzar logros y cambios que garanticen el futuro de la caza en Andalucía y en España» señala Mancheño.
Retirada de la Ley de Bienestar
La reacción a la masiva manifestación del 20 de marzo no se hizo esperar: en la semana posterior la movilización, tanto la Real Federación Española de Caza como la Federación Andaluza de Caza exigieron públicamente al Gobierno de Pedro Sánchez la retirada inmediata del anteproyecto de Ley de Derechos de los Animales y el cese del director general de Derechos de los Animales, Sergio García Torres.
Este anteproyecto de Ley, que ya cuenta con la aprobación previa del Consejo de Ministros y está en fase de tramitación, ha generado un profundo malestar en el sector cinegético por la publicación, sin consenso o interlocución alguna con el mundo de la caza, de un texto que afectaría gravemente a la actividad cinegética, no sólo provocando una fuerte inseguridad jurídica sobre el colectivo y sobre determinadas prácticas, sino que de facto vendría a prohibir -en caso de publicarse el texto actualdiversas modalidades de caza con fuerte arraigo.
«El Gobierno Central debe res-ponder de manera firme e inmediata al mayoritario rechazo social que ha provocado un texto legal redactado sin contar con el sector cinegético» expresaba el organismo federado andaluz en un comunicado público publicado dos días después de la manifestación del 20-M en Madrid.
En los mismos términos se expresaba el presidente de la FAC, quien señalaba que «hemos intentado, por todas las vías, que se tengan en cuenta nuestras propuestas y las particularidades de un colectivo que está al cien por cien comprometido con el bienestar animal pero que no puede permitir un texto legal que genera gran inseguridad jurídica y supone, de facto, prohibir la caza» explicaba José María Mancheño, que añadía que «en este punto, el tiempo de la negociación ha terminado con una manifestación sin precedentes en Madrid. Ahora sólo cabe la retirada del anteproyecto y el cese inmediato de su responsable».
El 20-M, sólo el comienzo
Más allá de convertirse en una movilización histórica, el 20-M ha supuesto el despertar de muchas conciencias en el sector cinegético, que han entendido que la manifestación de Madrid sólo es el comienzo de una nueva manera de reivindicar sus derechos y libertades a pie de calle. «Son muchas las sociedades de cazadores que en estos días nos llaman para trasladarnos su compromiso y su disposición a acudir a nuevas manifestaciones, ya sea a nivel nacional, autonómico o provincial, en las que debamos exigir nuestros derechos» explica Fernando Gutiérrez, delegado provincial de la Federación Andaluza de Caza en Sevilla, que añade que «el 20-M ha cambiado la mentalidad: ahora muchos cazadores sociales saben que nuestros problemas no se arreglan en los bares o en las redes sociales; ahora muchos cazadores sociales y de pueblo tienen claro que las reivindicaciones y la presión social es el único camino para que nos atiendan y escuchen».
Más movilizaciones
De hecho, casi sin solución de con-tiunidad el sector cinegético ya ha anunciado la siguiente movilización: será en apenas dos días, el 21 de marzo, con una concentración de cazadores que protestarán frente a las puertas del Ministerio de Transición Ecológica por la decisión del Ministerio de considerar la catalogación de la codorniz como «especie protegida» a propuesta de SEO BirdLife y sin tener en cuenta los estudios cientificos más importantes en Es-paña sobre la materia, que contradicen esta postura. En apenas un mes, los chalecos naranjas volverán a la capital para exigir respeto, libertad y el fin de las limitaciones y prohibiciones. «Podemos garantizar que no será la última acción social en defensa de la caza» apostilla José María Mancheño.
La Federación Andaluza de Caza movilizó a más de 60.000 cazadores en autobús o en sus coches particulares
El anteproyecto de Ley de Bienestar Animal, sin consenso ni interlocución, ha generado un fuerte rechazo social que se reflejó en Madrid el 20-M