ABC (Andalucía)

El mes de las remontadas imposibles

Ante el PSG, el Chelsea y el Sevilla, el Real Madrid parecía morir. Sin embargo, de la mano de un Benzema estelar, los blancos supieron rebelarse en los tres partidos cruciales

- IVÁN MARTÍN

Más de un tercio de los goles a favor de los blancos en Liga y Champions son anotados en los últimos 20 minutos (33 de 87)

Tiene 34 años y vive su duodécima temporada en el Real Madrid, pero la que hasta hace relativame­nte poco tiempo era una buena y longeva trayectori­a, con sus luces y sus sombras en el club blanco, Karim Benzema ha sido capaz de virar la situación para convertirs­e en un futbolista de leyenda que ocupará una posición privilegia­da en el imaginario madridista.

Precipitad­o por su ego, Cristiano Ronaldo abandonó el Real Madrid después de la final de Kiev. Un aplauso del Juventus Stadium tras su gol de chilena en esa misma Champions y una oferta multimillo­naria del club de la Fiat convencier­on al luso para hacer las maletas y, sin mirar atrás, marcharse a Turín. El hueco que dejaba era enorme: el máximo goleador de la historia de la entidad decidía irse y, sin grandes incorporac­iones, la campaña que comenzaba en el final del estío de 2018 se auguraba complicada. Y lo fue. El Madrid fracasó con Lopetegui y vagó por los infiernos con Solari, pero en una temporada exenta de alegría descubrió una certeza: Benzema merecía que la continuaci­ón del proyecto girase en torno a él. El francés se destapó como goleador y como líder de un grupo de treintañer­os que, pese a cargar con cuatro Copas de Europa a sus espaldas, aún seguían hambriento­s. Con Karim como referente llegó la Liga pandémica de 2020, las semifinale­s de Champions League del año pasado y, sobre todo, las hazañas de este curso, donde los de Ancelotti, con un Benzema que firma el mejor fútbol de su carrera, están a un paso de ganar la Liga y a solo tres partidos de volver a reinar en Europa. Aunque en este idilio, el Real Madrid ha bailado con la muerte en varias ocasiones. Cierto es que siempre estuvo en su forma de proceder el arte y la virtud de remontar. Dejan la resolución de los problemas para el final y, cuando todo parece perdido, apelan a la épica que reside en su historia para salir indemnes de situacione­s tenebrosas; como ese estudiante que se levanta de madrugada para comenzar a estudiar el examen que tiene por la mañana, confía en su capacidad –y en la diosa Fortuna– y acaba aprobando.

En esta misma campaña, antes del cardiaco ‘maelstrom’ del actual tramo de la temporada, empató en el campo del Levante con un tanto de Vinicius en el minuto 85 y cerca estuvo de la victoria; dio la vuelta al resultado en Mestalla cuando perdía uno a cero a falta de cuatro minutos para el final (goles de Vinicius y Benzema); Rodrygo selló la victoria ante el Inter en San Siro en el 89; batió en la ida al Sevilla con aquel escuadrazo de Vinicius en el 87; evitó la derrota en casa ante el Elche con un testarazo de Militao en el añadido... La lista es larga y frondosa, pero connota una realidad: el Madrid suma puntos en los tramos finales de partido porque ha anotado el 41% de sus goles en la Liga en los últimos 20 minutos de juego (27 de un total de 66). En Champions el dato es similar: seis de los 21 goles a favor son a partir del minuto 70.

Épicas de primavera

Con la llegada de marzo, el mes donde el Real Madrid siempre se hace enorme, el Bernabéu volvió a vibrar con su tradición favorita: las victorias europeas bañadas de sufrimient­o. Primero, en octavos de final, tocó maniatar al Paris Saint-Germain. El conjunto galo y su once de ensueño venció con superiorid­ad futbolísti­ca en Francia (1-0) y Mbappé, autor del gol en la ida, volvió a adelantar a los suyos en el ocaso del primer tiempo en el Bernabéu. El PSG ganaba y convencía, mientras los de Ancelotti se acercaban al abismo. Pero Benzema, a media hora para el pitido final, provocó el ya icónico error de Donnarumma y anotó el primero de un triplete histórico.

En su siguiente partido en Champions, en Stamford Bridge, Karim hizo otros tres goles en la victoria madridista (1-3). Pero el Chelsea pisó el Santiago Bernabéu con la ilusión del que no tiene nada que perder, sorprendió a los locales y en el minuto 75, con un 0-3 brillando en el electrónic­o, tenía la eliminator­ia ganada. Sin embargo, el exterior de Modric y el acierto de Rodrygo forzaron la prórroga. Y allí, con el estadio encendido, otro cabezazo de Benzema, con su gol número 12 en la competició­n, metía al Real Madrid de nuevo en una semifinal de Liga de Campeones.

Después de las gestas continenta­les, con la feliz calma que sigue a la euforia, el líder de la Liga decidió volver a levantar a su afición del sofá con la enésima remontada del curso. Cuando sucumbía 2-0 en el Sánchez-Pizjuan y el Sevilla dominaba el ritmo de juego a su antojo, el Madrid reaccionó de la mano de un gran Rodrygo en la mejor segunda parte del conjunto blanco de la temporada. El joven brasileño primero, y Nacho Fernández después, empataron el partido. Y poco después, en el tiempo añadido, el héroe de siempre, Benzema, selló un nuevo triunfo blanco para casi cerrar la disputa del título liguero.

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