La Supercopa aportó 60.000 euros al año a la cuenta de Rubiales
▶ El 0,15% de lo que ingresó la RFEF por llevar el torneo a Arabia fue para su presidente
Los audios robados a Luis Rubiales han puesto en tela de juicio, entre otras cosas, el salario del presidente de la Federación Española, por la controversia que provoca el hecho de que parte de sus ingresos dependan de que determinados equipos queden mejor o peor en la clasificación. Ocurre así porque Rubiales tiene (tenía) una parte variable en su sueldo ligada a los ingresos totales de la RFEF. También a los generados por la celebración de la Supercopa de España en Arabia Saudí, un acuerdo que según la propia RFEF reportará unos 40 millones de euros anuales al fútbol español hasta 2029, siempre y cuando Real Madrid y Barcelona formen parte del elenco de participantes. Si no, la cifra baja de forma sensible, lo que también repercutiría en la cuenta de resultados del propio Rubiales. Eso es lo que ha levanta más suspicacias.
Rubiales hizo público esta semana en el portal de transparencia de la Federación que había percibido un sueldo de 634.518,19 euros brutos, que se traducen en 339.237,12 euros netos. De ese montante, unos 160.000 forman parte de su salario fijo. El resto, en torno a 475.000 euros brutos, vendrían de la parte variable, que desde octubre de 2020 corresponden a un 0,15 % de los ingresos totales anuales liquidados, excluidas las subvenciones públicas. En el caso de la Supercopa, ese 0,15 % anual podría suponer, atendiendo a las cifras totales, unos 60.000 euros. La principal acusación a Rubiales sobre ese asunto tiene que ver con el beneficio económico que supone para su bolsillo que Madrid y Barça tengan siempre un hueco en la competición. Esos clubes cobran seis millones fijos por participar, una cifra muy superior al resto de participantes.
Para la RFEF no hay tal conflicto de intereses. Explica que los equipos que van a Arabia cobran en base a dos conceptos, uno asociado al premio por su clasificación y otro a los derechos audiovisuales. Según la Federación, es en este último concepto donde se hacen valoraciones distintas en función del caché internacional y los resultados deportivos, algo que ocurre al negociar los derechos de televisión de cualquier otra competición.
La realidad es que Rubiales dejaría de percibir un buen pellizco por la ausencia de cualquiera de los dos equipos en alguna de las ediciones, aunque no sería una cifra significativa respecto al montante total de su variable. El 0,15 % de 5 millones, que es la diferencia de ingreso entre que acuda el Barcelona (categoría A en el contrato con Arabia) a que lo haga el Betis (categoría E), son 7.500 euros. «Son cantidades pequeñas en relación a lo que ingresa la RFEF», relataba el miércoles pasado en rueda de prensa Andreu Camps, secretario general de la Federación. «Se han rechazado bastantes ofertas que la RFEF considera que no son adecuadas y que hubieran supuesto unos ingresos en patrocinios muy superiores a esa cantidad». En todo caso, Rubiales ya ha anunciado que planteará a la Asamblea su renuncia a esa parte variable del sueldo con carácter retroactivo.
Siempre Madrid y Barça
El monto habría sido menor de faltar Barça y/o Madrid. «Son cantidades pequeñas en relación a lo que ingresa la RFEF», dijo Camps
En los tres años en los que la Supercopa se ha celebrado con el formato actual (dos en Arabia y una en Sevilla, a causa de la pandemia), siempre han acudido Madrid y Barcelona. En la edición de 2020 el equipo blanco lo hizo como tercer clasificado de la Liga, toda vez que el Barça tenía plaza tanto por su presencia en la final de Copa como por haber ganado la Liga anterior. Esa situación venía contemplada en las bases de la competición. Para la edición del próximo año está en cuestión por primera vez la presencia del Barcelona. Valencia y Betis, finalistas de la Copa, tienen su plaza asegurada. Tampoco corre peligro la del Madrid, que tiene muy cerca el alirón liguero. Solo quedaría por definir la plaza reservada al segundo clasificado, puesto por el que aún pugnan los culés con el Sevilla y el Atlético. Los arbitrajes al club azulgrana empiezan a ser mirados con lupa.