«Ya no me apetece el día a día con una pareja, no me veo en esos menesteres» Antonia San Juan ACTRIZ
Imparable sobre las tablas de un teatro, la actriz charla con ABC sobre su trabajo, el amor y sus miedos
De gira con la obra ‘La gran depresión’, lo suyo con Nuria Roca ha sido más que una suerte. Desde el minuto uno se entendieron como pareja artística y como buenas amigas que saben compartir y disfrutar. Rodeada de sus chihuahuas, la actriz es pura verdad en cada una de sus respuestas. —De primeras nunca habría imaginado que se iba a llevar tan bien con Nuria Roca. ¿No fue una apuesta arriesgada la de Félix Sabroso emparejándolas para esta función?
—No hay que ir con prejuicios en la vida. La amistad, al igual que el amor, se pueden dar o no y no depende del tiempo o el conocimiento anterior. En todos mis años de carrera te puedo asegurar que he tenido muy buenas compañeras, pero es verdad que con quien he sentido amor a primera vista es con Nuria Roca, además tenía muy buenas referencias porque mi amigo David Delfín estaba enamorado de ella. —Llevan un año rodando por distintas ciudades con esta obra y ya han pasado por Madrid. Hay diferencia a la hora de ir a un sitio u otro. —Hoy vivimos en un mundo donde todos recibimos la misma información a la vez sobre todo con las redes sociales, pero es verdad que parece que Madrid es una plaza más especial y creo que es porque hay una cartelera más amplia. —Trabajó en la película de Pedro Almodóvar ‘Todo sobre mi madre’ en lo que supuso su gran trampolín, pero nunca más han vuelto a rodar.
—La verdad es que no, pero me fue tan bien que igual no hay que ser pesada, sino elegante. —Ha trabajado en series tan populares como ‘La que se avecina’, pero incluso así creo que no acaban de conocerla bien. Incluso tuvo un susto grave de salud siendo muy joven.
—Fue a los 17 años cuando me operaron de apendicitis y se dejaron una gasa dentro que al cabo de un año me perforó el intestino. Eso me ha producido adherencias intestinales que no sabes cómo molestan. No necesita un tratamiento especial, pero el año pasado tuvieron que volver a operarme. Más que una enfermedad es un accidente. —¿En el trabajo le afecta la edad?
—Es una realidad que mientras que los hombres no tienen fecha de caducidad nosotras sí. Vivimos en una sociedad muy patriarcal y machista donde la mujer siempre está menos valorada y es que creo que la sociedad es muy cainita contra la mujer. Nosotras somos las primeras que decimos ‘si no te operas eres una vieja y si lo haces eres una vieja operada’. Las mujeres nos ponemos verdes entre nosotras y es que hay cosas en las que no avanzamos. Yo también tengo mis prejuicios y quien diga lo contrario se engaña. El único que no es así es Dios para los creyentes. —¿Es creyente?
—Creo en el trabajo, en las personas y en el amor. Me parece muy narcisista pensar que hay otra vida. Me crié en un ambiente muy religioso, pero después de mucho leer me he dado cuenta que no hay otra vida y la única certeza que tengo es que un día te vas. —¿Y de amor cómo se encuentra?
—Siempre he sido de parejas largas. Hace seis años que rompí con Luis Miguel Seguí y, aunque he tenido algún noviete, he llegado a la conclusión de que ya no creo en ese tipo de amor que nos han enseñado de Góngora o Quevedo. Sí creo en la pasión, algo que no es tan difícil, pero lo que viene después que es el día a día ya no me apetece. O al menos no me veo en esos menesteres. Eso no quita
❝ Temor «Mi mayor miedo en la vida es perder la memoria por mi trabajo» Jubilación «No he pensado en dejarlo, pero además no soy rica para como para decir adiós»
que aparezca alguien para cenar los viernes, pero para las 24 horas tengo mi casa, trabajo, amigos y familia. Además, a mi edad ya no es tan fácil porque los hombres las prefieren jóvenes. —¿Cuáles son hoy sus miedos?
—El teatro es lo que me da de comer, mi nómina, pero es un salto sin red donde tienes que memorizar y de ahí que mi terror es perder la memoria. —Hace días tuvo un susto en su casa.
—Creo que fue un acto de vandalismo. Me levanté por la mañana y creí que estaba el balcón lleno de sangre, pero luego resultó que eran fresas y huevos. Fui a la comisaría a denunciarlo y no he sabido nada más. Soy una mujer muy discreta y no me planteo que fuera algo contra mí, sino alguna gamberrada. —¿Tiene pensado en la jubilación?
—Para nada porque trabajo para que funcionen mis vísceras. Subirme a un escenario es mi vida. Si me viera mal no lo haría porque tengo un alto sentido del ridículo, pero no es el caso y además no soy rica como para pensar en un adiós. —¿Tiene mucho de lo que arrepentirse?
—No me arrepiento de nada porque todo es mi vida y estoy contenta y plena. Llevo 25 años acudiendo al psicoanalista y eso hace que tenga una buena salud mental y tenga una mirada benévola sobre las cosas. —¿Cuál es su mayor alegría?
—Despertarme cada día con la sensación de que todo empieza. Soy muy feliz. —¿Hoy cómo se daría un homenaje?
—Para el resto puede ser una fiesta o un atracón y para mí el mejor homenaje es cuidarme: hacer ejercicio, escribir con continuidad, alimentarme bien… —¿Tiene un plan B en la vida?
—A los 61 años no hay plan B, eso se piensa con 20.