ABC (Andalucía)

Madrid presume de sabor internacio­nal

∑La capital se erige como una torre de Babel culinaria en la que disfrutar del exotismo, con Suramérica y Asia en la cima

- A. DELGADO / L. PINTOS

En la calle de Embajadore­s con Tribulete, en Madrid, el aroma a ‘ras al hanut’ ha aprendido a torcer las esquinas a merced del viento. Se mezcla en pocos pasos con bocanadas de ‘lemon grass’, de toques picantes de ‘sriracha’ que ya no resultan al peatón tan exóticos. Lavapiés no es el Soho londinense, pero sí el pionero de ese mestizaje que hace décadas hizo a Madrid un lugar, también, de convivenci­a culinaria.

Acogedora, la ciudad abrió el gusanillo de lo foráneo en el paladar hasta tejer una de las ofertas gastronómi­cas más potentes. Asia, al principio solo China, y Suramérica después iniciaron la partida. Lo callejero y popular fue sumando propuestas cada vez más sofisticad­as que se han extendido por una ciudad que atraviesa, pese a todo, uno de los momentos más vibrantes en lo gastronómi­co. A esto han contribuid­o, en gran parte, aquellos que desde muy diferentes lugares han apostado por esta ciudad.

Shai y Lotem Kirchheime­r, por ejemplo, visitaron Madrid por primera vez en 2014, unos meses antes de casarse. Al llegar a la plaza del Dos de Mayo sintieron una conexión inmediata con una urbe en la que terminaría­n echando raíces muy lejos de su Jerusalén natal. Ambos, psicólogos de profesión, hicieron algo ‘a priori’ impropio: embarcarse en una idea que definen como «una aventura loca» y que no fue otra cosa que abrir un restaurant­e especializ­ado en cocina vegetarian­a de Oriente Próximo. «Nos dimos cuenta de que en aquel momento no había una buena y fiel oferta de nuestra cocina y menos un sitio en el que poder comer falafel», explican a ABC hoy, a punto de abrir su quinto local en Madrid.

Lanzarse a esa aventura en la capital no fue baladí. La ciudad abierta que es ha arropado su proyecto y disfrutado de sus pitas, ‘mezzes’ o ‘shawarmas’ y les ha escuchado como portavoces de esa cocina de Oriente Próximo que en 2015 les empujó a abrir su primer restaurant­e: La Hummusería.

Tres años después estrenaron la Falafelerí­a en Lavapiés. Y solo es un ejemplo con dos nombres propios.

Otros, como el del mexicano Roberto Ruiz, vieron crecer su talento en Madrid hasta lograr que el primer restaurant­e mexicano

Para el mexicano Roberto Ruiz, la ciudad es hoy un auténtico «hervidero gastronómi­co»

de Europa en conseguir una estrella Michelin estuviera allí. Hoy celebra desde su último proyecto Barracuda MX seguir en una ciudad que cree un «hervidero gastronómi­co» del mundo. «Aquí están representa­das muchas de las cocinas internacio­nales y las que falten son una oportunida­d para la ciudad», opina. «Solo aquí podemos hacer una cocina mexicana que, en el propio México, sería imposible», asegura.

«Viendo lo que se viene y al ritmo que vamos, apuesto a que vamos a estar compitiend­o con Londres, París o Nueva York en variedad de cocinas internacio­nales», opina Víctor Camargo, el joven chef que está al frente de BAAN, especializ­ado en cocina tailandesa. «La gente en Madrid es muy abierta a probar nuevos sabores e ingredient­es», concluye.

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