El ala oeste de la cama (en la Casa Blanca)
‘The First Lady’, serie que se estrena hoy, mira a la intimidad marital del poder en EE.UU.
Las nuevas series, en su afán por cortejar al público femenino, han convertido la historia en ficción novelada: ahora las mujeres ya no aparecen en el escenario detrás de sus poderosos maridos, sino delante de políticos y partidos. Así, en ‘The First Lady ’, que se estrena hoy en Movistar Plus+, la cámara entra en la alcoba marital durante los mandatos presidenciales de Franklin D. Roosevelt, Gerald Ford y Barack Obama para descubrir que el poder político no estaba en ‘El ala oeste de la Casa Blanca’, como prometía la popular serie de Aaron Sorkin, sino en la intimidad, donde las primeras damas desplegaron una influencia que quedó ensombrecida por los flashes que solo apuntaban a sus maridos.
En la serie, y por turnos, se van contando las vidas de Eleanor Roosevelt, Betty Ford y Michelle Obama. Repleta de verdades atómicas, verdades debatibles y puras conjeturas, la naturaleza especulativa de la ficción obliga al espectador a mirar con cierta suspicacia. Creada por Aaron Cooley, ‘The First Lady’ relata hechos conocidos de la historia, a menudo debatidos por los mismos protagonistas, mientras desgrana las vidas de tres mujeres excepcionales. Comprometida con la puesta en escena, la narración se multiplica en el tiempo en innumerables escenarios de época: un momento estamos con Eleanor Roosevelt, a quien da vida Gillian Anderson, justo después en los 70 con Betty Ford (Michelle Pfeiffer) y al siguiente con Michelle Obama (Viola Davis) y sus hijas. Al espectacular elenco hay que sumar a Kiefer Sutherland como Roosevelt, Aaron Eckhart como Gerald Ford y O. T. Fagbenle como Barack Obama.
Las tres historias comparten espacio en cada episodio, haciendo eco de temas, eventos y pasajes de la vida: luchas juveniles, encuentros casuales, matrimonios, enfrentamientos, la llegada a la Casa Blanca, el esfuerzo titánico tras bastidores y, sobre todo, el hecho de que las tres fueron modelos de franqueza personal y visión de futuro, mujeres amadas y odiadas que han pasado a la posteridad con legados indelebles.
Primera dama
Al final de la serie, y sin hacer ‘spoilers’, cuando el segundo mandato de Barack Obama llega a su fin, su esposa recibe una carta de Betty Ford que resume muy bien la premisa de la serie: «El trabajo de una primera dama consiste en reemplazar a su esposo donde él no puede o no quiere ir. Las primeras damas y sus equipos son la vanguardia del progreso social en este país».
Lo que más deslumbra de ‘The First Lady’, además del morbo de descubrir lo que hacen las mujeres más poderosas del mundo durante su estancia en la Casa Blanca, es su elenco. Viola Davis, Michelle Pfeiffer y Gillian Anderson encabezan un reparto coral plagado de estrellas. Y, entre todas, destaca Gillian Anderson, que en los últimos años ha interpretado un manojo de las figuras femeninas más influyentes. Primero a Margaret Thatcher en la serie de Netflix ‘The Crown’, que le valió un Emmy, luego dio vida a Joanna, la madre de Catalina la Grande, en ‘The Great’, y ahora se mete en la piel de la primera dama de Estados Unidos Eleanor Roosevelt. «Me llamó mucho la atención su personalidad. No sentí que hubiera interpretado a alguien como ella en el pasado, y eso es algo que siempre tengo en cuenta», explica la intérprete, que define a Eleanor como «impredecible, extraordinaria y poderosa». «Su trabajo, su entrega, sus libros, las causas a las que se adhirió... Fue una trabajadora incansable. Su trabajo fue extraordinario y, por increíble que parezca, interpretarla me ha cambiado como ser humano», remata extasiada.
Así, ‘The First Lady’ entra en la última moda de las plataformas: los docudramas históricos desde una perspectiva femenina. «La historia no la escriben las masas», dice el conspirador del Watergate, Gordon Liddy, en los primeros compases de otra serie del estilo, ‘Gaslit’. «La historia la escriben y reescriben los soldados que llevan los estandartes de los reyes», le responden. Quizás, en Hollywood la escriben guionistas y ‘showrunners’.