Una España a tiempo parcial
No hay nada en este país que sea completo, salvo el desastre de Pedro Sánchez y su club de fans
NOS están dejando una España que no conoce ni la madre que la parió. Que no está ni se la espera. Para nada ni para nadie. Todo en ella es parcial, en el más amplio sentido de la palabra. No hay nada que sea completo salvo el desastre de Pedro Sánchez y su club de fans. Ejemplos, a pares. O a mares mejor. El caso es que ayer mismo nos dieron a conocer los datos de paro y de afiliación del mes de abril. Todo enhorabuenas para vanagloria de los ministerios implicados en su gestión. El de Trabajo de la vipresidenta Yolanda Díaz, y el de Seguridad Social del ministro José Luis Escribá. Todo ‘superchulísimo’.
Se bajó el paro, sí. En concreto, por los 888.100 desempleados menos que los de hace un año. Y se registraron por primera vez en la historia más de 20 millones de ocupados. Eso totalmente, sí. Claro que gracias a la temporada turística en Semana Santa, que en 2021 y 2020, recuerden, poca tuvimos. Ahora que ya lo de la calidad del empleo es otro cantar. Por lo de parcial. Y por lo temporal, muy temporal, se pongan como se pongan en el seno del Ejecutivo español.
Pues... les contaré que mirando detenidamente las cifras las conclusiones para no lanzar las campanas al vuelo son unas cuantas. Y es que este Gobierno ha hecho una reforma laboral para los demás. Nada de temporalidad para la empresa privada. Prohibido. Pero para su garito público... ¡un 32% del total de la contratación es temporal, diez puntos más que en el sector privado! Así es que mientras autónomos y empresas hacen sus deberes en el sector privado y se reduce la temporalidad y crece la contratación indefinida –el empleo en este sector supera el nivel pre-Covid en unas 275.000 personas–, en el sector público pasan de todo y aumentan a una tasa de temporalidad del 32,5% –e, incluso, en el caso de las mujeres del 38,5%–. Además, en el pasado mes de abril se firmaron 284.732 contratos indefinidos a tiempo completo y 413.914 a tiempo parcial, estos últimos los calificados por expertos laborales, no por mí –aunque también lo creo así–, como de temporalidad encubierta. Incluso, ya que estamos, no pierdan de vista este apunte final: Andalucía y Madrid, donde gobiernan los populares, resulta que representan el 51% de la caída del número de parados de la que presume la vice Díaz.
Es la España de Sánchez donde todo es parcial: el empleo, la privacidad, la seguridad jurídica, la lealtad institucional… Nos han dejado un país fallido, un trampantojo vistoso a primera vista pero que en cuanto se rasca un poco aparece la nada, se le pilla el truco a los cubiletes de un trilero de quinta a quien de tanto decir que viene la bonanza ya no le cree nadie cuando más falta le hace. Es Pedro, el del lobo. O Antonio. Vaya usted a saber. ¿Seguimos hablando de Pegasus, pues? ¡Que viva el humo!