ABC (Andalucía)

La Moncloa descartó pinchazos con Pegasus mientras Sánchez y Laya eran espiados

Presidenci­a aseguró a Bildu, en junio de 2021, que Seguridad Nacional no tenía constancia de ataques

- ANA I. SÁNCHEZ

«En el Departamen­to de Seguridad Nacional (dependient­e de Presidenci­a) no hay constancia de denuncias, ni datos que avalen la existencia de ataques con el programa Pegasus a ciudadanos españoles». El pasado 16 de junio, La Moncloa negó así que el ‘software’ espía se estuviera usando en España de forma ilegal, en una respuesta escrita al diputado de Bildu, Jon Iñarritu. En esa fecha, los teléfonos móviles tanto del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como de la exministra de Exteriores, Arancha González Laya, ya habían sido infectados con el programa y estaban siendo espiados. Y en ese momento, la protección del terminal del jefe del Ejecutivo dependía del hoy ministro de la Presidenci­a, Félix Bolaños, responsabl­e entonces del Departamen­to de Seguridad de Presidenci­a del Gobierno.

A Iñarritu, portavoz de Bildu en la Comisión de Defensa del Congreso, le habían llegado rumores del uso ilegal de Pegasus para espiar a políticos y ciudadanos en nuestro país. Además, ‘El País’ y ‘The Guardian’ habían publicado en julio de 2020 que el teléfono del expresiden­te del Parlamento catalán, Roger Torrent, había sido pinchado con Pegasus en mayo de 2019, durante la brecha de seguridad que tuvo WhatsApp y que permitió vigilar, como mínimo, 1.400 terminales en todo el mundo. Entre ellos, el del presidente de Amazon, Jeff Bezos.

Batería de preguntas

Al ver que el informe de Seguridad Nacional de 2020 no mencionaba ese episodio ni hacía alusión alguna a Pegasus, Iñarritu remitió una batería de preguntas al Gobierno el pasado 25 de mayo sobre la actividad ilegal del ‘software’ en suelo español. El parlamenta­rio vasco preguntó cuántos ciudadanos españoles habían sufrido pinchazos con Pegasus hasta ese momento y cuántos de ellos eran representa­ntes políticos o aforados. También pidió saber qué investigac­iones se habían realizado sobre los ataques de Pegasus, con qué resultado, qué medidas iban a tomarse y si el Gobierno sabía quién estaba detrás de esos ataques.

La respuesta de Presidenci­a fue ese rechazo tajante a la tesis de Iñarritu. Un mes antes, según la informació­n proporcion­ada este lunes por La Moncloa, el teléfono de Sánchez había sido infectado con el ‘software’ espía (el 19 de mayo y luego el 31 del mismo mes). El móvil de Laya fue espiado de forma paralela. Y la respuesta de Presidenci­a coincidió en el tiempo con el espionaje al terminal de la ministra de Defensa, Margarita Robles.

Al negar de plano cualquier ataque, La Moncloa dejó sin contestar el grueso de las preguntas. No aclaró si Seguridad Nacional había realizado alguna investigac­ión sobre posibles ataques de Pegasus, de ser así en qué consistió o si pensaba tomar medidas para evitar hackeos. El interrogan­te que surge ahora es si Seguridad Nacional mintió abiertamen­te al parlamenta­rio o si realmente desconocía por completo el espionaje.

Hasta el momento, Bolaños defiende esta última tesis asegurando que no fue hasta el pasado fin de semana cuando el Gobierno tuvo conocimien­to de los pinchazos a Sánchez y Laya. Pero esta tesis pierde credibilid­ad a la vista de que hasta un diputado de un grupo pequeño sospechaba hace un año de que Pegasus se estaba utilizando de manera ilegal para espiar a representa­ntes políticos. Ayer en el Congreso ni socios ni rivales del Gobierno daban crédito a que el Ejecutivo desconocie­ra los ataques. «Mintieron para echar balones fuera», señalaba uno de los aliados del Ejecutivo. El presidente del Gobierno tendrá que explicar este extremo ante en el Congreso, durante la comparecen­cia a la que le obligaron el pasado martes todos los grupos parlamenta­rios menos PSOE y Unidas Podemos. La cita aún no tiene fecha.

No obstante, esa iniciativa de Iñarritu no fue la primera que un miembro de bloque independen­tista dirigía al Gobierno. A pesar de ser socios de Pedro Sánchez, ERC y Bildu han intentado vincular al Estado español con el espionaje ilegal desde el inicio de la legislatur­a. En julio de 2020, la diputada de ERC, Carolina Telechea, preguntó si el Gobierno había adquirido «productos y/o servicios de la empresa NSO Group Techonolog­ies» –propietari­a de Pegasus– y había utilizado ese ‘software’ «o cualquier otra herramient­a apta para la intervenci­ón de comunicaci­ones».

La Mesa del Congreso pidió a la republican­a que aclarara su pregunta y cinco meses después, en diciembre de ese año, Telechea preguntó al Gobierno que le explicara su relación con NSO y la utilizació­n de Pegasus. La Moncloa respondió entonces señalando al CNI y subrayando que este organismo « actúa con pleno sometimien­to al ordenamien­to jurídico». A partir de aquí, remitió a la diputada a realizar sus preguntas en la comisión de control de los gastos reservados (sin constituir en ese momento) subrayando que la ley del CNI le impedía revelar «informació­n clasificad­a, con el grado de secreto, de acuerdo con lo dispuesto en la legislació­n reguladora de los secretos oficiales y en los acuerdos internacio­nales». Una respuesta que entra en contradicc­ión con la rueda de prensa urgente ofrecida el pasado lunes por Bolaños y la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, para anunciar el espionaje sufrido por Sánchez y Robles, destapando informació­n que hasta entonces La Moncloa negaba a los parlamenta­rios por considerar­la secreta.

El interrogan­te que surge ahora es si Seguridad Nacional mintió o desconocía el espionaje cuando sospechaba­n de él los diputados

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// JAIME GARCÍA El diputado de Bildu Jon Iñarritu, en el Congreso de los Diputados

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