La resistencia en la acería Azovstal se acerca a sus últimos estertores
► La planta metalúrgica, un símbolo para los ucranianos, recibe un intenso ataque de artillería pesada rusa ► Kiev cree que Moscú prepara un desfile en Mariúpol el 9 de mayo con motivo del Día de la Victoria sobre los nazis
El portavoz del Ministerio de Defensa ucraniano, Oleksandr Motuzyanyk, declaró ayer durante una rueda de prensa que los combatientes de las unidades del Ejército ucraniano que defienden la acería Azovstal de Mariúpol «siguen bloqueados en el interior de la planta (…), hemos perdido la conexión con ellos». Según sus palabras, tras las evacuaciones de civiles de los últimos días, «ha habido múltiples intentos de asalto. Los ataques de artillería, con cohetes y bombas no cesan».
De la situación en Azovstal habló también el alcalde de Mariúpol, Vadim Boichenko, quien aseguró ante las cámaras de televisión en otro lugar de Ucrania, ya que de su ciudad salió hace días, que «nuestros chicos defienden esta fortaleza, pero está siendo muy difícil». Contra la planta siderúrgica «están disparando con artillería pesada, tanques, aviones y hasta desde los navíos rusos que se han aproximado. Desgraciadamente están teniendo lugar violentos combates».
Los últimos soldados ucranianos que resisten en la acería se protegen en los sótanos, un complejo laberinto en donde quedarían todavía también «cientos de civiles y niños, de estos hay más de 30» sin evacuar, según el alcalde. Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, desmintió ayer que esté en curso un asalto a la acería. «La orden fue dada –el pasado 21 de abril– públicamente por el comandante en jefe –Vladímir Putin– de cancelar cualquier asalto. No hay ningún asalto ahora mismo», puntualizó Peskov, que sí admitió que Azovstal está completamente cercada.
El portavoz presidencial explicó que las fuerzas rusas «intervienen solamente para evitar que los combatientes ucranianos creen posiciones de tiro». Pero a juzgar por las informaciones facilitadas por las autoridades ucranianas, tales ataques deben estar siendo demoledores. Además, un portavoz de las tropas rusas sostuvo el martes que el batallón nacionalista ucraniano Azov, considerado ‘nazi’ en Rusia, aprovechó la reciente tregua destinada a evacuar civiles para «instalar posiciones de fuego en el exterior de la factoría». Por su parte, Sviatoslav Palamar, subcomandante del batallón Azov, dijo el martes que «fuimos bombardeados toda la noche (...), dos mujeres murieron y ahora hay un asalto contra Azovstal».
El último reducto
El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, dijo ayer que las tropas rusas han puesto bajo su control todo Mariúpol y «ya se establece allí una vida normal y pacífica». Refiriéndose a Azovstal, señaló que, al haberse negado a deponer las armas, «lo que queda del Ejército ucraniano dentro del perímetro de la planta se encuentra ahora bloqueado de forma segura». El titular de Defensa recordó que los defensores de Azovstal «se han negado a deponer las armas».
El pasado día 21 de abril, Putin y Shoigu aparecieron juntos en un vídeo televisivo para anunciar la caída de Mariúpol. El ministro de Defensa informó de que la ciudad había sido «liberada», salvo Azovstal. Añadió que también la acería sería pronto desalojada, a lo que máximo dirigente ruso respondió conminando a «cancelar el asalto» por considerarlo «inapropiado». «No hay necesidad de meterse en esas catacumbas y arrastrarse bajo tierra a través de instalaciones industriales», agregó Putin para después ordenar que se «bloquee esa zona industrial para que ni una mosca pueda escapar volando».
Corredores humanitarios
Fuentes militares rusas informaron de que habilitarán varios corredores humanitarios para salir de la planta de Azovstal del 5 al 7 de mayo entre las ocho de la mañana y las seis de la tarde. Durante ese período, las fuerzas rusas no llevarán a cabo ninguna actividad militar.
La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, aseguró ayer en declaraciones a la radio Sputnik que «voy a decir algo que los políticos israelíes no quieren sin duda escuchar, pero que tal vez les interese. En Ucrania, mercenarios israelíes están hombro con hombro con los combatientes del batallón Azov», considerados ‘nazis’ por
Moscú. El día antes, el Ministerio de Exteriores ruso acusó a Israel de apoyar a los neonazis en Ucrania por plantearse la posibilidad de enviarles armas. Mientras que, el domingo, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó que Hitler tenía «sangre judía», teoría no corroborada por los historiadores. Israel calificó las palabras de Lavrov de «escandalosas e imperdonables».
Además, la inteligencia militar ucraniana cree que Rusia prepara un desfile militar en Mariúpol el próximo 9 de mayo con motivo del Día de la Victoria sobre la Alemania nazi. Uno de los indicios de que tal celebración podría tener lugar en la ciudad ucraniana ocupada por las tropas rusas es la presencia del subjefe de la Administración del Kremlin, Serguéi Kiriyenko. Otra señal reveladora de la posibilidad del evento es que se están descombrando y limpiando las calles a ritmo acelerado.
Shoigu advirtió ayer de que «cualquier transporte de la OTAN que llegue a Ucrania será considerado objetivo a destruir». A este respecto, el jefe de la Administración presidencial ucraniana, Andriy Yermak, afirmó que «Rusia quiere parar con misiles la ayuda occidental». «A pesar del bombardeo masivo de ciudades, los rusos no podrán detener la entrega de armas al frente, ni siquiera destruyendo la infraestructura ferroviaria», subrayó.