Todos los MIR quieren ser dermatólogos y nadie médico de familia
Las plazas del sistema sanitario para especializarse se agotan en dos días
Hay un día clave en el futuro profesional de un médico: el momento en el que el Ministerio de Sanidad adjudica las plazas MIR y se decide en qué rama de la medicina podrá especializarse. Si podrá ser cardiólogo, urólogo o quizá neurocirujano. El destino no se elige solo por vocación, sino por la disponibilidad de plazas, las preferencias del resto de aspirantes y, sobre todo, la nota obtenida en el examen MIR. El número 1 de la promoción escoge primero especialidad y hospital, mientras el resto va optando a las plazas que van quedando en función de su preferencia y disponibilidad. La elección de plazas dice mucho también de la situación de la sanidad española y del momento social.
Este año el número uno: Sofia Haselgruberl ha elegido dermatología en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada. Su elección no ha extrañado. En los últimos años, los primeros en elegir optan por ser dermatólogos, cirujanos plásticos, oftalmólogos o cardiólogos, las especialidades mejor pagadas en la medicina privada y con alta demanda. En el caso de dermatología, hay una ventaja añadida por ser una de las pocas especialidades en la que apenas hacen guardias. «No hay paro y todas tienen muchas salidas, tanto en la sanidad pública como en la privada», razona Vicente Matas, vocal de la Organización Médico Colegial.
El reparto de plazas empezó la semana pasada y los primeros cupos ya se han adjudicado, aunque aún hay margen hasta el 20 de mayo. Hasta la fecha se han asignado 1.129 plazas de las 8.188 de residencia disponibles. Dermatología agotó sus 115 vacantes el segundo día y el año pasado se repartieron también con rapidez sus 112. Cirugía plástica solo necesitó un día más para adjudicar sus 51 plazas. En orden de preferencia le siguen cardiología, oftalmología, pediatría y traumatología, según los datos que recoge el Sindicato Médico Andaluz.
Un plus de 9.000 euros
Sin embargo, la castigada Medicina de Familia está a la cola. Los mejores no la eligen como primera opción, pese a ser el pilar del sistema sanitario como se ha demostrado en pandemia. En el primer reparto de cupos solo se han adjudicado veinte plazas de las 2.336 que el Ministerio de Sanidad ha ofertado. Esta falta de vocación por ser médico de familia es una constante en los últimos años que no coinciden con las necesidades del sistema.
Cataluña ha sido la primera autonomía en afrontarlo y ha puesto en marcha un programa de incentivos de entre 5.000 y 9.000 euros anuales. Este aumento está reservado para los nuevos residentes que escojan este año una plaza para formarse en medicina familiar o en enfermería de salud mental.