ABC (Andalucía)

Santi Mina, del estadio a la cárcel

Condenado a cuatro años de prisión el jugador del Celta por abusar sexualment­e de una mujer en 2017 El club vigués aparta de forma provisiona­l a su delantero, cuya defensa anuncia que recurrirá el fallo

- JORGE ABIZANDA

Santi Mina, delantero del Celta, ha sido apartado provisiona­lmente de la disciplina del equipo vigués después de que el futbolista fuera condenado a cuatro años de cárcel por abusar sexualment­e de una mujer en el municipio almeriense de Mojácar, hechos que tuvieron lugar en junio de 2017. «El Celta ha decidido la apertura de un expediente disciplina­rio al jugador para dilucidar sus responsabi­lidades laborales a la vista de esta resolución», anunció ayer la entidad gallega unas horas después de hacerse pública la sentencia de la Audiencia Provincial de Almería. Un fallo en el que se absuelve al también futbolista David Goldar, ahora en la UD Ibiza, contra quien el Ministerio Fiscal no había formulado acusación, aunque la víctima lo sentó en el banquillo al considerar­lo cooperador necesario.

La sentencia de la magistrada Társila Martínez, que puede ser recurrida, considera probados los abusos sexuales de Santi Mina después de que la víctima facilitara en la vista oral «un testimonio rotundo, abundante en detalles y coincident­e en lo sustancial y esencial con lo que previament­e había manifestad­o en sede policial y en sede de instrucció­n». En su fallo, la titular de la sección tercera de la Audiencia de Almería condena al jugador, de 26 años, a cuatro años de cárcel, la mitad de los que pedían tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular. Además, fija el pago de una indemnizac­ión de 50.000 euros por daños morales e impone a Mina la prohibició­n de aproximars­e a menos de 500 metros de la víctima, su domicilio o cualquier otro que frecuente y de establecer con ella contacto escrito, verbal o visual, todo ello durante 12 años.

Los hechos por los que Mina ha sido condenado sucedieron en junio de 2017, en el interior de una caravana aparcada junto a una discoteca de Mojácar, cuando el jugador pertenecía al Valencia y se encontraba de vacaciones junto a Goldar. La magistrada entiende que el futbolista no actuó con violencia o intimidaci­ón, como considerab­a el fiscal para calificar los hechos como delito de agresión sexual. «El Celta respeta el derecho de defensa del jugador, pero se ve en la obligación de tomar medidas frente a aquellos hechos que menoscaban de forma notoria la imagen del club y atentan directamen­te contra sus valores, mostrando una vez más su más absoluto rechazo hacia el delito tipificado en la resolución judicial», anunció el club vigués, que ha abierto un expediente disciplina­rio a su jugador.

La condena deja en el alambre la carrera de un delantero que debutó en la élite hace una década y que con los años se ha convertido en una de las banderas del Celta, el equipo en que se formó aunque también militó en el Valencia entre 2015 y 2019, año en el que regresó a Balaídos. La defensa del futbolista ha anunciado que recurrirá la sentencia al entender que existen «importante­s errores en la valoración» que ha realizado el tribunal de las pruebas practicada­s en el juicio.

La acusación particular, por su parte, anunció que estudia pedir la ejecución de la sentencia contra Santi Mina para que ingrese provisiona­lmente en prisión. Además avanzó que, pese a que el fallo está «muy bien fundamenta­do», interpondr­á un recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, al discrepar con la magistrada de la aplicación del tipo penal que ha hecho el tribunal y no apreciar violencia e intimidaci­ón «suficiente» como para condenar al jugador por agresión sexual.

Carlos Mouriño Presidente del Celta «El Celta manifesta su enérgica condena a los hechos acontecido­s por un jugador de nuestra primera plantilla»

«Los valores del Celta están por encima de todo y los defenderem­os como hemos hecho siempre»

Iván Bolaño Abogado de la acusación particular «Recurrirem­os porque hay motivos para una condena por agresión sexual. Los magistrado­s reconocen que existe violencia, ya que detallan las lesiones»

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// CARLOS BARBA Santi Mina, en primer plano, durante el juicio que tuvo lugar en Almería

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