ABC (Andalucía)

La Junta limita las plazas de los pisos turísticos a 15 y restringe las literas

∑Estos alojamient­os tendrán prohibido cobrar por la limpieza, jabones, toallas o ropa de cama que usen los huéspedes ∑Ningún propietari­o podrá tener más de dos viviendas turísticas en Andalucía y los vecinos podrán vetar su apertura

- M. MOGUER

Los pisos turísticos en Andalucía no podrán alojar a más de 15 personas. Y las literas quedan proscritas de los salones y de los estudios, aunque se permiten en las habitacion­es, siempre que sean de camas de 90 y no haya más de dos. Son parte de la nueva normativa que prepara el Gobierno andaluz para ordenar el mercado de los alojamient­os vacacional­es, un sector que ha crecido al calor del aumento del turismo pero que carecía de una regulación minuciosa.

Así, la Consejería de Turismo, regeneraci­ón, Justicia y Administra­ción Local ha preparado un decreto, aún en fase de borrador, «sobre apartament­os turísticos y de viviendas con fines turísticos» en el que se detallan qué equipamien­to deben tener estos alojamient­os, qué servicios deben incluir y cómo se organizan.

Según dicho documento que se retomará en la nueva legislatur­a, todos los apartament­os turísticos que funcionen en Andalucía deben contar con un mínimo de elementos que, además, están incluidos en el precio y no pueden cargarse aparte al cliente. Es el caso del consumo de agua y electricid­ad, limpieza, uso de ropa de cama y de baño así como el equipamien­to básico de aseo. Nada de facturar aparte por poner una lavadora o el aire acondicion­ado, advierten desde el Gobierno andaluz.

La norma es detalladís­ima. Tanto que, indica el proyecto de decreto, la construcci­ón de este tipo de alojamient­o turístico debe construirs­e y situarse de forma que «repeten el paisaje» y «se integren armónicame­nte en el mismo». Esto pone fin a los bloques de apartament­os turísticos que, a veces, se construyen en las zonas históricas de las ciudades de Andalucía y que desentonan por completo y rompen la estética del lugar.

La norma llega al detalle de declarar que es obligatori­o que todos los pisos turísticos cuenten con «estropajo, bayeta, paño y gel limpiador» así como «tendedero y pinzas» o «jabón de mano, gel, champú, una toalla de mano y otra de baño por persona, suelos antidesliz­antes en la ducha o bañera, luz, espejo, enchufe, escobilla, secador o cubo higiénico...»

Wifi en toda la casa, botiquín de primero auxilios... Los requisitos para una vivienda turística son muchos y, destacan desde la Junta, hay uno básico: la temperatur­a. Según destacan desde la consejería que dirije Juan Marín, también vicepresid­ente del Gobierno andaluz, ningún apartament­o para turistas puede estar por debajo de 17 grados centígrado­s ni por encima de 25. Eso obliga a los propietari­os a tener, en cualquier caso, sistemas de calefacció­n o de refrigerac­ión «en función de los periodos de funcionami­ento del uso turístico de la vivienda».

¿Qué pasa si al llegar al piso es un estudio y han puesto unas literas para que quepa más gente? No está permitido. Según el proyecto de decreto de la Junta, este tipo de camas está restringid­o solo a los dormitorio­s, nunca al salón y menos si la vivienda es un estudio. Además, las literas solo pueden tener dos camas de tipo individual. La norma establece, además,

Una mujer en el baño de una vivienda

que el resto de camas deben ser de, al menos 90 por 190 o de 135 por 190 en el caso de matrimonio.

Además del abuso de las literas, la Junta quiere evitar que este tipo de alojamient­os puedan confundise con pisos de larga duración. Es por eso que solo podrán obtener la categoría de vivienda turística la que se alquile por periodos de, como máximo, dos meses consecutiv­os a un mismo inquilino. Y, además, el Gobierno andaluz quiere restringir el número de estos pisos que puede tener cada persona. El límite es de dos, según la nueva norma. En todo caso, añade el decreto, no podrá ser una Vivienda de Protección Oficial (VPO) ni viviendas «fuera de ordenación».

Pero no solo la Junta tiene poder de decidir qué puede ser una vivienda turística. También los vecinos ganan derecho de veto sobre quiénes serán sus vecinos. Así, la norma establece que si la comunidad de propietari­os tiene una «prohibició­n expresa» en sus estatutos o un acuerdo que prohíba el uso turístico de inmuebles, tampoco se podrán instalar en ese edificio. Esto, aclara la norma, solo se aplica en caso de que la decisión de los vecinos fuese previa a la regulariza­ción de la vivienda turística.

Además de acabar con el vaivén constante de viajeros en las comunidade­s que no quieren este tipo de pisos, la nueva norma pone coto al nú

mero de personas que se pueden alojar en cada vivienda. Así, si se trata de un piso completo, el límite será de 15. En el caso de una casa que alquila cuartos, no podrá haber más de seis, con un tope de cuatro por cuarto.

El nuevo decreto sobre pisos turísticos recoge también el número de metros cuadrados mínimos que debe tener un piso de esta categoría por cada ocupante. No puede ser menos de 15. Y, señala además la norma, debe haber baños suficiente­s para todos los ocupantes de la vivienda. ¿Cómo? disponiend­o de un aseo completo en el interior de cada piso que, además, debe estar separado del resto de las habitacion­es. Al menos el inodoro, puntualiza el decreto. Y, en el caso de que se alojen más de cuatro personas, debe haber dos baños. Tres si superan los ocho inquilinos.

Turismo establece también que los pisos deben tener muebles suficiente­s para que la estancia sea cómoda. Una cama, obviamente. Y también televisión, toma de corriente, utensilios de cocina, tomas de corriente en todas las estancias, cocina con varios fuesgos, horno o microondas y frigorífic­o... El detalle de la norma es tal que exige que los pisos turísticos tengan «tijeras, abrelatas y escurridor» así como «batidora, tostadora, exprimidor y cafetera».

¿Y a la hora de irse a la cama? Por supuesto, no puede faltar en la vivieda ropa de cama. De hecho, indican en la Junta, el propietari­o –o la empresa gestora del inmueble– debe facilitar un juego de sábanas, mantas o nórdicos «y un juego de reposición» por si hay que cambiarlas durante la estancia.

Para un piso turístico no valen todas las camas. Deben tener 90 por 190 en las individual­es y 135 por 190 en las de matrimonio

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// VALERIO MERINO turística situada en Córdoba capital

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