ABC (Andalucía)

LA FERIA DE ABRIL DEL FIN DEL MUNDO

Lo más destacado este año en Sevilla no ha sido el abarrotami­ento histórico del puente de mayo ni el desorden en algunas casetas, ha sido la ausencia total de mascarilla­s en el real, tal vez porque la NASA anunció el apocalipsi­s para el viernes

- ALBERTO GARCÍA REYES

Esta Feria de Sevilla ha sido un experiment­o mundial. Después de la prueba de las Fallas en Valencia, donde aún era obligatori­o el uso de mascarilla­s en espacios cerrados, el real sevillano ha sometido al Covid a su máxima tensión desde que empezó la pandemia. Según los datos oficiales, este ha sido el año de mayor afluencia de público de la historia. La cantidad de toneladas de basura recogida supera con creces a los kilos de los años dorados. El algodón (de azúcar) no engaña. Si se ha consumido más, ha habido más gente.

Por un lado, los dos años de suspensión han provocado una explosión de regreso a la normalidad que ha desbordado las calles feriales. Por el otro, el cambio de formato promovido por el Ayuntamien­to para que la Feria se alargue durante dos fines de semana, sumado a la coincidenc­ia con el puente de mayo, ha atraído a turistas de todas partes. Los primeros días fueron un delirio. No se podía entrar en las casetas, era imposible andar por las calles, se agotaron las existencia­s en las cocinas, los repartidor­es de hielo eran asaltados por bandoleros de la copa larga y el rebujito...

Desmadre sin precedente­s

Este desmadre no tiene precedente­s. Y esa marabunta generaliza­da ha decidido, además, refugiarse en el vino para olvidar la pandemia. En toda la semana no ha habido absolutame­nte nadie con la mascarilla puesta. Dentro de diez días veremos los resultados para comprobar si el Covid ha perdido su virulencia o sigue estando ahí. Porque la Feria de Abril, además de un espacio masificado, es un lugar cuya esencia consiste en romper las burbujas. El comportami­ento tradiciona­l de los feriantes se basa precisamen­te en la promiscuid­ad social. Se trata de ir de caseta en caseta visitando a distintos amigos que, a su vez, han visto antes a otros tantos amigos no coincident­es. Y así sucesivame­nte. Si el virus entra por la portada principal, sale por la noria. Circula de punta a punta. En la Feria los aerosoles son como la falsa moneda. Pero nadie ha mostrado la menor preocupaci­ón por esto. Todos han decidido enfrentars­e a la realidad a cara descubiert­a.

Afluencia histórica

El día más loco fue el domingo pasado, el primero del calendario oficial. Ese día entraron en el real 182.647 personas en autobús y 156.000 en metro. Los aparcamien­tos habilitado­s se completaro­n a media tarde con más de diez mil vehículos privados y también llegaron al recinto 1.394 coches de caballos. La gente llegó a las casetas por tierra, mar y aire. Y desde entonces la afluencia se ha mantenido en niveles históricos.

Pero durante estos días todos los sevillanos –el que esté libre de pecado que tire la primera piedra– han recibido en su móvil la foto de un test de antígenos de algún amigo con las dos rayas coloradas a punto de estallar. Quien diga que no tiene alguien cercano que se ha contagiado, miente. Sin embargo, esto no ha evitado que la Feria haya seguido adelante con naturalida­d. Sencillame­nte

no se ha hablado de este asunto. Punto. Hablarán los datos de contagios y de hospitaliz­aciones en los próximos días. Pero durante esta semana la Feria de Sevilla ha sido una vacuna mental, un placebo psicológic­o para enfrentars­e a los estragos de la pandemia y a los del bolsillo. En Sevilla se ha demostrado que se le ha perdido el miedo al Covid.

El aviso de la agencia

Tal vez la culpa de esta valentía la tenga la NASA, que en enero dio una noticia que puede explicarlo todo. Según los cálculos de la Agencia Espacial, el 6 de mayo, es decir, el viernes de la Feria de Abril, chocaría contra la Tierra el asteroide 2009 FJ1, un elemento de un tamaño similar al de la pirámide de Giza. El impacto provocaría una explosión equivalent­e a 230 kilotones de dinamita por lo que este asteroide se considerab­a el sexto más peligroso de la ‘Lista de Riesgo

de Objetos Cercanos a la Tierra de la Agencia Espacial Europea’. Los sevillanos conocían esta informació­n porque se hizo viral en la ciudad unas semanas antes del inicio de las Fiestas de Primavera. Por eso esta Feria de Abril se ha vivido, literalmen­te, como si se fuera a acabar el mundo.

Placebo psicológic­o EN LOS PRÓXIMOS DÍAS HABLARÁN LOS DATOS DE CONTAGIOS Y DE HOSPITALIZ­ACIONES. PERO ESTA SEMANA LA FERIA HA SIDO UNA VACUNA MENTAL

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AFP / JUAN FLORES // Dos jóvenes sin mascarilla pasean por la Feria. Abajo, un hombre a caballo
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