Gibraltar da luz verde al proyecto sobre la montaña de rellenos en el mar
El estudio de impacto medioambiental descarta los efectos transfronterizos que se temen a este lado
Luz verde al proyecto urbanístico sobre la montaña de rellenos que Gibraltar lleva años acumulando en la zona este y con la que ha ganado terrenos al mar en aguas que España considera de su jurisdicción, una iniciativa presentada por la empresa TNG Global Foundation para ejecutarla en una década y con un presupuesto que ronda los 390 millones de euros.
El proyecto ha obtenido el permiso inicial de la Comisión de Desarrollo y Planificación del Gobierno del Peñón para levantar sobre esta montaña de rellenos 1.300 viviendas, un puerto deportivo, un hotel, un aparcamiento público para 500 vehículos y un jardín botánico, tras el acuerdo alcanzado entre el Gobierno gibraltareño y dicha empresa para reurbanizar esta parcela de la Zona Este después de varios intentos infructuosos en el pasado.
El permiso de planificación general que le ha sido concedido a la empresa requerirá no obstante solicitudes de planificación detalladas para cada una de las diferentes fases de la promoción a lo largo de los próximos diez años, según han indicado a ABC fuentes del Gobierno gibraltareño.
Enmiendas
Los miembros de la Comisión de Desarrollo y Planificación votaron a favor del plan con dos enmiendas: la reducción del puerto deportivo para embarcaciones pequeñas y la supresión de una torre de viviendas de 25 plantas.
Los arquitectos y promotores destacaron en la reunión en la que se aprobó este asunto que existe una fuerte demanda del mercado de megayates en tránsito «que Gibraltar está estratégicamente situado para aprovechar», así como una demanda local de amarres para embarcaciones pequeñas.
En dicha sesión fue presentada además la evaluación de impacto medioambiental, centrada en consideraciones de patrimonio, ecología marina y terrestre, biodiversidad, dinámica costera y una evaluación del tráfico marítimo.
Dicha evaluación concluye que, «si se mitigan los efectos, no debería haber efectos residuales o acumulativos significativos causados por la promoción, ni impactos transfronterizos».
El Gobierno de Gibraltar descartó en febrero rellenos adicionales para este proyecto y abrió la puerta a consultar con España «cualquier efecto transfronterizo causado por las nuevas obras de recuperación».
La evaluación de impacto medioambiental descarta por tanto que dichos efectos se vayan a producir, aunque a este lado de la Verja se teme que este conjunto edificatorio pueda causar estragos en la dinámica del litoral, especialmente en el municipio más cercano, La Línea de la Concepción.
Las objeciones principales al proyecto fueron presentadas por un residente de la zona de Catalan Bay, con duras críticas al puerto deportivo. Argumentó que dicha dársena tendrá «un efecto irreversible y devastador en el ecosistema marino, así como el bloqueo de los patrones de marea que alimentan y limpian el ecosistema». Añadió que aumentarán las medusas y que Catalan Bay necesitará una constante reposición de arena, algo que fue descartado por el ministro de Medio Ambiente del Peñón, John Cortés.
El ministro, que calificó estos argumentos como «poco científicos e incoherentes», defendió que ésta es la única propuesta «viable en décadas» y que ve «enormes oportunidades de mejora medioambiental», así como que los residentes en la zona se alegrarán de ver desaparecer la montaña de escombros.