La negociación por Telegram acaba en un lío económico
Las interioridades del fallido acuerdo de la confluencia de las izquierdas en Andalucía evidencian que Teresa Rodríguez tenía razón: Podemos no tiene autonomía regional
La fracasada confluencia de los partidos de izquierdas en Andalucía en una coalición electoral ha puesto en evidencia —una vez más, desgraciadamente— que en política una cosa son los discursos y otra muy distinta la realidad interna de los partidos. La tan cacareada defensa del Estado de las Autonomías que hace Podemos no es más que una pose en un partido cuya principal característica es el control férreo por la dirección federal (léase Pablo Iglesias ahora a través de Ione Belarra). Y ha demostrado, entre otras cosas, que Teresa Rodríguez tenía razón: Podemos no tiene autonomía en Andalucía. Y esa ha sido una de las claves de que hayan llegado tarde a registrar esa confluencia por catorce minutos.
Aquellas históricas asambleas de los partidos de izquierdas que se encerraban horas y horas (hasta días y días) para negociar acuerdos y coaliciones electorales han quedado para los nostálgicos. La negociación de la confluencia de los partidos de izquierdas se ha hecho por Telegram, ese canal de comunicación que ellos consideran seguro (¿a salvo de Pegasus?) y por el que se citaban a reuniones por zoom. Pero la secretaria general de Podemos en Andalucía, Martina Velarde, se ha caracterizado por participar poco. Fuentes de la negociación afirman que es posible que ni siquiera esté al tanto de todos los detalles. Es una prueba evidente el que la diputada en el Congreso por Córdoba no vaya en ninguna lista electoral al Parlamento andaluz. Se quedará en Madrid. Allí es más directo recibir órdenes.
«Ha sido una vergüenza, un espectáculo bochornoso», explicaba otra fuente a ABC. «¿Cómo vamos a aspirar a gobernar si no somos capaces de presentar un papel en plazo?».
Precisamente para evitar otro ridículo, Podemos no va a recurrir el acuerdo de la Junta Electoral de Andalucía por el que le deniegan la entrada en la confluencia. La solución que pactaron ayer por la tarde noche fue presentar un recurso de subsanación pidiendo que incluyan a los dos partidos que se han quedado fuera por un «error material».
La verdad es que juristas consultados por ABC ven pocas opciones a esta salida ya que no es, ni mucho menos, un error material. Enrique Santiago, secretario general del Partido Comunista, decía ayer en Madrid que están trabajando para «subsanar el problema técnico-jurídico».
Pero la realidad es que el problema es económico. O electoral. O ambas cosas. Sobre todo para Podemos. Todas las fuerzas insisten en que lo importante es el acuerdo político alcanzado (aunque sea a última hora) por lo que se supone que Podemos no se presentará en solitario. Pero eso está por ver.
Porque la otra opción es que los candidatos de la formación morada vayan en la confluencia Por Andalucía como independientes. ¿Cómo se pagará la campaña entonces? Lo habitual es que los partidos políticos pidan un anticipo con cargo a los ingresos que van a tener tras las elecciones —y que se calcula por número de votos y de escaños obtenidos—. Al no concurrir como partidos, no podrán hacer uso de esta fórmula.
Tampoco podrán recibir ingresos del futuro grupo parlamentario ya que los partidos políticos no pueden donar dinero a particulares por lo que las fuerzas que sí están presentes en la confluencia podrán recibir fondos pero Podemos y Alianza Verde, no.
Es cierto que sí hay buen entendimiento, cosa que tampoco está tan clara, inscritos en Podemos podrán trabajar en el grupo parlamentario. También que sus diputados «independientes» a efectos legales podrán donar dinero de su sueldo a su partido. Claro que la Ley de Partidos es muy escrita también en estos términos. Las donaciones de particulares tienen un tope máximo. El conflicto está lejos de arreglarse y faltan 41 días para el 19J.